Alina's es una pequeña empresa poblana que se dedica a diseñar sobre chocolate belga y que actualmente realiza envíos a todo México. Sus productos se han vuelto virales en redes sociales por la estética de su trabajo. El establecimiento fijo se encuentra en la calle 16 de Septiembre del municipio de Cuautlancingo.
LOS EMPRENDEDORES
El negocio está a cargo de Angélica Galindo (originaria de Cuautlancingo, Puebla) y José Luis Acoltzi (de Tlaxcala). Ambos se conocieron en Estados Unidos y tenían ganas de emprender desde que comenzaron su relación sentimental.
Años atrás, los dos adquirieron conocimientos sobre el chocolate, ya que acudieron a algunos cursos, sin imaginarse que tiempo después esto les ayudaría a comenzar un proyecto por necesidad y por ganas de salir adelante.
Angélica ya tenía una cafetería ubicada en la calle 16 de Septiembre número 10, desde el 2014, pero cuando llegó la pandemia, las ventas disminuyeron y necesitaba buscar la manera de sacar adelante el negocio. Fue entonces cuando se les ocurrió la idea de empezar a trabajar con bombones de chocolate importado de Bélgica. Eligieron el chocolate de ese país por la calidad y el sabor que querían ofrecer a los clientes.
Al poco tiempo, una clienta les pidió diseñar unos planetas sobre chocolate. Ellos aceptaron el reto y, aunque les costó trabajo culminar el trabajo, lograron sacarlo adelante. Compartieron las imágenes en redes sociales como Facebook y, sin pagar publicidad, lograron que se volvieran virales. Ese fue el momento clave para empezar a dedicarse de lleno a ese tema. Llevan más de cuatro años dedicándose a esto.
MÁS DE 10 DISEÑOS
El encargado de realizar los diseños es José Luis, quien incluso ha descubierto una técnica para llegar a las tonalidades de colores. Ha realizado más de 10 diseños fijos, entre los que destacan las esferas del dragón, villar, Los Vengadores, fútbol y planetas.
Si bien nos enseñaron algunas técnicas en los cursos, no te explican bien cómo hacerlo, debes aprender con la práctica, a prueba y error, así lo he hecho. Afortunadamente, todo ha salido bien y a la gente le ha agradado, indica Acoltzi, además de que agrega que las personas pueden pedir alguno personalizado.
REFERENTES A NIVEL NACIONAL
Aunque han hecho envíos prácticamente a todo México, ciudades como Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México son de sus principales clientes, sin dejar a un lado Puebla, uno de los lugares más exigentes, expresan los emprendedores:
"Puebla es una ciudad muy noble, pero a veces las personas son un poco desconfiadas cuando ven algo nuevo. Estamos agradecidos de que nos han dado la oportunidad. Nosotros pensamos que si pega en Puebla, pega en el resto del país".
Incluso también han enviado a Estados Unidos, y los han buscado desde otras partes de Europa, pero aún no lo han hecho por el tiempo en que llegarían los productos al otro continente. Sin embargo, no descartan hacerlo en algún momento.
Para las personas de Puebla, llegan a entregar en la cafetería, que hoy día es un complemento. La mayoría de las ventas son gracias a redes sociales.
TEMPORADA ALTA
Ambos comentan que la temporada alta de ventas es desde octubre hasta diciembre, aproximadamente, ya que llegan a vender hasta 100 cajas al mes, a diferencia de cuando hace calor, que se llegan a vender entre 20 y 30. Los precios rondan entre los $430 y los $1 mil, dependiendo diseño.
Al principio solo vendíamos una o dos cajas a la semana, esto ha crecido bastante. Estamos agradecidos, porque la gente empieza a conocer el sabor real del chocolate, le dan valor al precio, saben que están consumiendo calidad y agradecen el esfuerzo en el diseño. Prefieren gastar en esto a adquirir los productos comerciales, agregan.
MENSAJE A EMPRENDEDORES
La pareja confiesa que, en diciembre de 2020, entraron a un festival del chocolate que se realizó en el Complejo Cultural Universitario, donde invirtieron “mucho” dinero, y para su desgracia no vendieron lo esperado, por lo que terminaron perdiendo económicamente. Pero, lejos de desmotivarse, buscaron la manera de salir adelante y hoy día llegan a inspirar a más chocolaterías en el país.
"Nosotros tocamos fondo en aquella ocasión, fue mucho dinero perdido. Emprender no es fácil, la constancia y el esfuerzo es la clave. Es importante prepararse siempre. Hay que escuchar al cliente para corregir errores y saber lo que quieren (...) Estamos felices porque recibimos muchos comentarios negativos de gente cercana y hoy día podemos decir que sí pudimos y vamos por más", finalizan.
