Hay quienes consideran que vivir en las grandes urbes es sinónimo de mejorar la calidad de vida, sin embargo, 75 mil 474 habitantes de la capital poblana cuentan con viviendas sin energía eléctrica, agua potable entubada y con piso de tierra, es decir, en muy alta marginación, según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo).
Aunque la capital del estado cuenta con un mayor acceso tanto a servicios públicos, como a instituciones educativas y de salud, aún no se alcanza la cobertura total en juntas auxiliares e inspectorías donde las personas viven en un entorno con un alto grado de marginación.
En la cabecera de Puebla capital habitan 28 mil 527 en un entorno de alta marginación; y tan solo a 40 minutos se encuentra la junta auxiliar de San Miguel Canoa con 15 mil 70 personas en la misma situación, en San Andrés Azumiatla, 11 mil 692 individuos tienen este problema; en la Resurrección, 10 mil 536; Santo Tomás Chautla 6 mil 230 y en la inspectoría de San Miguel Espejo un total de las 3 mil 409 personas en muy alta marginación.
A decir del sociólogo y académico Alfredo García Galindo, la idea de que vivir en la capital representa mejor calidad de vida sigue vigente, pues el municipio de Puebla ha sido históricamente atractor de flujos migratorios tanto desde otros municipios como del estado de Tlaxcala.
Argumento que respaldó el arquitecto Benjamín Campo, quien señaló que la idea de vivir en la capital es un tema que “se ha vendido” años atrás, pues desde que inicia el proceso de tecnificación masiva, la gente comienza a ver a la ciudad como el “gran atractor de vida”.
Los indicadores socioeconómicos, índice y grado de marginación urbana 2020, está elaborada con base a las diferentes Áreas Geoestadísticas Básicas (AGEB) urbanas, en las que se analiza si tiene carencias que van desde la falta de educación, hasta las condiciones de la vivienda en la que habitan.
PRINCIPALES CARENCIAS
En la cabecera municipal (zona que concentra mayor número de personas en muy alta marginación) la principal carencia es la falta de agua potable entubada, pues hay AGB en donde el 91.6 por ciento de la población no cuenta con acceso a este servicio, seguido del hacinamiento en viviendas que van desde el 50 por ciento y el 70 por ciento.
En este sentido, para el sociólogo García Galindo, el nulo acceso al agua aumenta la posibilidad de contribuir a complicaciones en materia de salud y a su vez, disminuye en la calidad de vida de las personas. “El acceso al agua es fundamental, no contar con este servicio básico pone en peligro la salud de las personas que habitan ahí, no existe una higiene adecuada, lo que desemboca a enfermedades en su mayoría gastrointestinales y sumado a que no cuentan con acceso a servicios de salud, esto empeora el panorama”.
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Además de zonas donde más del 50 por ciento de la población no tiene acceso a seguridad social, mientras que la falta de acceso a internet va del 60 al 95 por ciento en las localidades al interior de la cabecera municipal.
En el caso de San Miguel Canoa, la carencia más significativa entre las más de 15 mil personas en condiciones de muy alta marginación es la falta de acceso a internet, en donde el 70 y 92 por ciento de la población no cuenta con ella; además de que el 60 por ciento de sus habitantes de 15 años o más no tienen educación básica.
En lo que respecta a enseres como el refrigerador, más del 60 por ciento de una localidad no tienen este artículo.; y más del 50 por ciento de personas en una AGEB vive en hacinamiento.
A las 11 mil 692 personas que viven en San Andrés Azumiatla, la carencia de mayor impacto es la falta de educación básica con el 63 por ciento, seguido de la falta al acceso a internet con más del 90 por ciento, además de que en una localidad, el 46 por ciento de sus habitantes vive en hacinamiento.
La Resurrección la falta de conexión a internet supera el 90 por ciento; en cuanto a la falta de refrigerados permanece entre el 40 y 50 por ciento, y el 50 por ciento no cuenta con acceso a los servicios de salud.
En Santo Tomás Chautla 6 mil 230 personas viven en condiciones de muy alta marginación, destaca la carencia de educación básica con más del 40 por ciento, así como la falta de internet en las casas con el 80 por ciento.
En la inspectoría de San Miguel Espejo las personas en alta marginación carecen principalmente de falta a la educación con el 55 por ciento, más del 40 por ciento no tiene acceso a servicios de salud, el 74 por ciento no cuenta con agua potable entubada, el 56 por ciento no tiene refrigerador y más del 90 por ciento no tiene acceso a la red electrónica.
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CARACTERÍSTICAS DE UNA VIVIENDA DIGNA
El derecho a una vivienda adecuada es un derecho humano reconocido en la normativa internacional de los derechos humanos como elemento integrante del derecho a un nivel de vida adecuado.
A decir del arquitecto Benjamín Campo, la vivienda adecuada debe proveer más que cuatro paredes y un techo, debe de cumplir con una serie de condiciones particulares antes de considerarse como una vivienda adecuada, entre las que destacó no estar en condiciones de hacinamiento, o que carecen de servicios mejorados de agua o saneamiento.
Destacó que además de cubrirte de la intemperie, las viviendas deben de tener la iluminación y ventilación suficiente para que los habitantes puedan permanecer de manera adecuada en estos espacios.
También contar con los servicios básicos como el agua para tener una calidad de vida; asimismo que las aguas residuales tengan un desahogo adecuado, pues a decir del arquitecto y académico, las viviendas de alta marginación no tienen una red de drenaje. “Cuando están en zonas en plano las sacan directamente a la calle y tienen canales a cielo abierto que terminan siendo foco de infección e insalubridad”.
Detalló que la vegetación es fundamental para una mejor calidad de vida, ya que ayuda a mitigar los efectos del clima, desde la protección del viento hasta reducir la sensación de calor.
Refirió que en este tipo de condiciones de vida, es decir de muy alta marginación, las personas se acoplan a una vivienda de cuarto redondo donde duermen todos en el interior, mientras que el siguiente esquema es tener un porticado para colocar un fogón y un tablón que funciona como mesa y lugar de reunión, y el baño suele ser una letrina alejada de la vivienda.
ASESORAR PARA MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA
Benjamín Campo, quien también es miembro de la Academia Nacional de Arquitectos, Capítulo Puebla, dijo que la labor del gremio es orientar y asesorar a este sector de la población para tener viviendas más eficientes que permitan acceder a una mejor calidad de vida. “Debemos revalorizar estas tradiciones constructivas que normalmente traen”.
Mientras que en el caso de las autoridades municipales, estatales y federales, deben de desincentivar que la gente abandone los lugares de origen, a través de programas que apoyen económicamente y socialmente a los sectores más vulnerables.