La falta de enseñanza en lengua de señas mexicanas, de traductores y de espacios adecuados son algunas de las barreras a las que se enfrentan los alumnos con discapacidad visual, motriz o auditiva en diversos planteles de la entidad. Para una mujer con discapacidad estos obstáculos se agudizan, aseguran estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Durante el Primer Foro de Mujeres con Discapacidad BUAP, realizado en la Biblioteca Central de la institución, cuatro alumnas (con diversas discapacidades) dialogaron sobre las acciones que deben realizar los centros de estudios, de cualquier nivel, para garantizar un espacio inclusivo.
Lupita, estudiante sorda, expuso que el sistema de comunicación de las universidades se queda corto para las necesidades de esta comunidad.
“La comunicación no es inclusiva, no todos los profesores saben hablar en lengua de señas y otros ni lo intentan, hay palabras que nos cuestan trabajo por la diversidad de palabras”, refirió.
En esta charla, Mariana y Ana Tere, quienes tienen discapacidad motriz y visual, refirieron que la inclusión va más allá de reconocer las capacidades de cada alumno, sino que deben analizar y poner en marcha acciones que garanticen su pleno desarrollo en la universidad.
En el caso de Ana, quien es foránea y ciega, refirió que está situación vulneró su seguridad durante su etapa universitaria, pues al estar sola en Puebla y al no conocer la ciudad fue difícil su adaptación.
En este sentido las alumnas coincidieron en otro punto: el acoso. Al contar con diversas capacidades no siempre se daban cuenta de cuando alguien las estaba molestando o realizando comentarios lascivos.
Ante esto, la directora Institucional de Igualdad de Género de la BUAP, María del Carmen García Aguilar, recabó las recomendaciones de las participantes, y afirmó que la máxima casa de estudios está comprometida en garantizar la inclusión para todos los estudiantes.