Cada año es más difícil visitar la Basílica de Guadalupe para los poblanos, pues la fe ya no es suficiente. Aún para las peregrinaciones que van a pie o en bicicleta el aumento en el precio de la gasolina ha impactado a su bolsillo y los hogares cada vez se ven más reducidos y con más gastos.
"Cuándo hay fe, lo demás es lo de menos", es lo que varios peregrinos dijeron ayer durante la 127 Peregrinación anual de Puebla a La Villita de Guadalupe, pero no pudieron evitar quejarse por el aumento en los costos de los combustibles.
Varias figuras de la Virgen de Guadalupe llegaron ayer a la Basílica en bulto, de grandes tamaños, en estandarte, retratos y hasta pergaminos, todas cargadas con la devoción de los poblanos, quienes entre sus manos también llevaron agradecimientos y acudieron cargados de peticiones relacionados con el trabajo y la salud.
Fieles a su devoción en la explanada de la Basílica algunas personas, mujeres con niños en brazos principalmente, entraron de rodillas al templo con una petición especial y relacionada con la criatura a la que fervorosamente protegían. Esta es una de las escenas que más impacta a los visitantes.
Manuel Sánchez y José Luis Leónides de Atzitzintla y Tlatlauquitepec, respectivamente, fueron tan solo dos de los peregrinos poblanos que no pudieron evitar quejarse por la situación que aqueja al país como la inseguridad el aumento en los costos del combustible y hasta los recortes que deben hacer en su hogar para subsistir.
Jesús, el hijo adolescente de José Luis, cargó ayer sobre su espalda un cuadro de la morenita del Tepeyac. Su corta edad no le impide ser partícipe de los problemas que agobian a su familia, y a México, pero también comparte la fe por la Guadalupana y con eso logró superar el cansancio y las dificultades del viaje.
Más de 70 personas participaron en la Peregrinación de Tlatlauquitepec, aunque fue a pie, tuvo que hacer uso de por lo menos un par de vehículos en los cuales trasladar las pertenencias de los peregrinos y ahí aplicó un gasto para la gasolina.
A decir de José Luis varios de los peregrinos son personas de la tercera edad por lo que a muchos no les pidieron que pagaran su pasaje y los organizadores se hicieron responsables de los gastos.
Por otra parte, Miguel Arce, de la junta auxiliar de San Miguel Canoa en la ciudad de Puebla relató que en comparación con otros años han gastado 20 por ciento más en esta peregrinación y eso que solo acudió con su esposa, hijas y una Virgen de tamaño natural.
El costo del combustible hace un poco menos llevadera la peregrinación. “Cada vez es más difícil”, lograr pronunciar, “pero con devoción todo es posible, nada más me hace falta en este momento y espero que la situación vaya cambiando”, dice.
LAS ELECCIONES TAMBIÉN LES PREOCUPAN
También el proceso electoral es un tema que mencionan de manera constante los peregrinos, están seguros de que pronto los candidatos llegarán a pedir el voto, pero no presentan propuestas que les permitan tener mejores condiciones de vida.
“Ya vienen las elecciones, dentro de poco vamos a tener a todos los candidatos allá, pero todo es para mal”, dijo con enfado Ramón Ortega, también de Tlatlauquitepec.
INSEGURIDAD EN LOS RECORRIDOS
Los teléfonos celulares y algunas monedas que cargan en sus bolsos los peregrinos son sus principales pertenencias y de las cuales son despojados en la carretera camino a la Basílica de Guadalupe, por delincuentes comunes.
Para Lucas Ordóñez es necesaria la presencia de más policías de caminos quienes los auxilien en el recorrido con la intención de prevenir accidentes y también que mantengan la seguridad para los peregrinos, pues entre sus filas hay mujeres, niños y personas de la tercera edad.