Tras finalizar el Buen Fin los integrantes del comercio informal regresaron a las calles del Centro Histórico, pues se observaron desde la 4 hasta la 12 Poniente, esto solo en las calles laterales a la 5 de Mayo, ya que continua la presencia de elementos de seguridad para inhibir su instalación.
En un recorrido realizado por esta casa editorial se observaron puestos de diferentes productos, pues si bien las calles permanecieron libres del 10 al 16 de noviembre, para el este día las vialidades lucieron de manera habitual.
Desde cubrebocas hasta comida y ropa es lo que se ofertó como se acostumbra por parte de los vendedores en vía pública.
En una edición pasada de El Sol de Puebla se dio a conocer que el titular de la Secretaría de Gobernación Municipal, Jorge Antonio Cruz Lepe, aseveró que los ambulantes de la calle 5 de Mayo rechazaron la posibilidad de instalarse fuera del Centro Histórico como se había mencionado, sin embargo, aun con ello se llegó a un acuerdo, en el que al menos cuatro días dejarían libres las calles del primer cuadro de la ciudad.
A decir del funcionario la explanada del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, el Paseo Bravo y calles aledañas a El Parían fueron puestos a disposición de los comerciantes informales, quienes se negaron a utilizarlos, pues argumentaron que no era viable debido a que no es la zona a la que están acostumbrados.
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“Permisos no hay, y no hay no porque no queramos darlos, sino porque el Coremun es muy claro en ese sentido, hay un área dentro de lo que es el Centro Histórico donde no podemos dar permisos”, dijo en su momento.
Por tanto, una vez que los días de ofertas culminaron, los ambulantes retornaron a sus espacios en el corazón de la ciudad.
En tanto, en La Margarita son los vendedores informales los que se adueñan cada vez más de las banquetas frente al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ya que, si bien siempre ha habido presencia de puestos, poco a poco van cerrando la calle.
No obstante, aquí no se observan operativos o rondines que regularicen dichos espacios, que cada vez se vuelven menos viables para transitar, pues los puestos obstruyen la movilidad.