Nahum Muñoz Villegas es docente de nivel primaria y asegura que, si tuviera que regresar al pasado y elegir una nueva carrera, nuevamente elegiría ser maestro a pesar de los riesgos a los que a veces se deben enfrentar.
“Es una vocación que se hace con mucho cariño y pasión. Cualquier maestro al que le preguntes y que realmente esté comprometido con la docencia te dirá lo mismo: elegiría por siempre el ser profesor”, compartió en el marco del Día del Maestro que se acerca.
Hace cuatro años Nahum encontró una oportunidad para desempeñarse como docente y por fin estar frente a su grupo, sin embargo, la zona a la que diariamente tendría que trasladarse estaba envuelta de mucha tensión: Palmar de Bravo, municipio integrante del denominado Triángulo Rojo.
“Platicando con la mayoría de los maestros que ya llevaban más tiempo trabajando en la zona, coincidimos en que sí salíamos algo temerosos de nuestra casa por lo que nos pudiera pasar en la carretera, pero aprendes a vivir con eso”, refirió.
Nahum, poco a poco se empezó a ganar el cariño de sus alumnos y el apoyo de los padres de familia con los que cada vez hizo más grande el lazo de colaboración y si bien, el temor estaba presente por la ola de inseguridad de la zona, su compromiso por enseñarle algo nuevo a sus alumnos siempre fue más fuerte.
“A la fecha es un gran reto porque, yo le apuesto más al desarrollo humano que exigirles un 10 o un nueve de calificación. Las nuevas generaciones, principalmente de esas zonas, hay que saberlas guiar para no tener ese tipo de problemas”, dijo al referirse a los enfrentamientos violentos que se han desarrollado en el municipio.
Reconoció que cada uno de sus alumnos aprenden de diferente manera, por lo que a diario debe buscar nuevas estrategias a fin de que todos tengan el mismo aprendizaje. “Parte de mi vocación es formar personas de bien, independiente de los conocimientos que yo les comparto”, comentó.
Agradeció que los padres de familia se comprometan con la educación de sus hijos, pero lamentó que haya quienes no puedan darle seguimiento en tiempo y forma de las actividades debido a que no todos cuentan con un celular, mucho menos con una computadora, no obstante, asegura que regresando a clases buscará la manera de que no tengan rezago de aprendizaje.
“En mi caso es complicado porque trabajo en un contexto rural y, por la cuestión económica, a muchos niños se les dificulta tener acceso a la tecnología. He tratado de comunicarme mediante WhatsApp con los que sí pueden y también hay madres de familia que me ayudan a repartir algunas actividades”, refirió.
Si bien, el contexto no siempre es el mejor, dijo que el hecho de recibir una palabra de felicitación y reconocimiento por su labor en la docencia por parte de alumnos y padres de familia hace que cada festejo del Día del Maestro sea especial.
“Quiero decirle a mis alumnos que ya los extraño, que me diento feliz de ser su maestro y que estoy seguro que regresando a clases todos le vamos a echar muchas ganas”, finalizó.