En un camino solitario entre los límites de Tlacotepec de Benito Juárez y Palmar de Bravo, se encuentra el Centro de Regeneración “Adulam”, exclusivo para mujeres, en donde la Fiscalía de Puebla descubrió que un grupo de jóvenes eran privadas de su libertad y se encontraron en pésimas condiciones.
Los vecinos del lugar refirieron que hace 15 años, unas personas ajenas del municipio comenzaron a edificarlo. Inició siendo una purificadora de agua en donde nadie acudía, luego un centro cristiano, para luego terminar siendo un anexo. Por miedo, nunca se acercaron y tampoco los habitantes de este lugar los incitaron a unirse a su grupo. De un día para otro, “desaparecieron”.
- Te recomendamos: Mujeres rescatadas en Amozoc eran explotadas por un presunto pastor
El lugar fue ignorado por encontrarse en límites territoriales
Pese a que los vecinos refieren la existencia de este lugar desde hace 15 años, la autoridad municipal de Palmar de Bravo supo de su existencia hasta que se concretó la detención de los presuntos responsables y la administración de Tlacotepec de Benito Juárez, aseguró que no está en su jurisdicción.
El Ayuntamiento de Tlacotepec de Benito Juárez está a 30 minutos de distancia del supuesto anexo. Solo pasa una combi “L2” del transporte público (esporádicamente) que puede llevarte a la presidencia. Este medio buscó una entrevista con el edil Pedro Flores, quien platicó acerca de la situación.
Aceptó que él y su equipo, en varias ocasiones pasaron por ese lugar, pero al estar “fuera de su jurisdicción” y al no existir señalamientos, nunca ejecutaron alguna medida. Se deslindó de esta situación y aseguró que, hasta el momento, la Fiscalía no lo ha mandado a llamar por no ser parte de su municipio.
El presidente compartió que envió a su equipo a verificar el sitio y confirmó que por unos metros, ya no es parte de su demarcación. La entrevista se estaba desarrollando exitosamente, hasta que al encuentro llegó el director de seguridad pública, de nombre Víctor. Se desconoce su apellido.
Este funcionario de manera hostil pidió a la reportera y fotógrafa de El Sol de Puebla que se identificaran, pese a que ya lo habían hecho previamente con el edil, que dejaran los celulares en la mesa y a gritos dijo: “no podemos filtrar información”.
Se le explicó que no se pedía una filtración, sino la información oficial, pero siguió con tono alto a decir que la Fiscalía era la única que podía dar información. Luego, en forma de intimidación, se acercó, indicó que tenía un sistema para rastrear grabaciones y que se borraran todas las grabaciones de voz en el celular.
Pese a que se le insistió que era para su archivo, este funcionario presionó, intentó quitar el celular y finalmente terminó borrando el audio. Luego de este hecho pidió al edil que se retirara.
Al mencionarle al presidente que si se podía grabar un video o tomar una fotografía, el director de seguridad volvió a intervenir, se negó y dijo que su trabajo era “cuidar a su presidente”.
El Sol de Puebla también tuvo oportunidad de entrevistar a Adán Silva Valeriano, edil de Palmar de Bravo, quien confirmó que tuvo información del lugar hasta que se concretó la detención, no antes. Indicó que el caso ya lo lleva la Fiscalía, no su administración, por lo que pidió penas máximas.
El jueves 25 de enero estuvo en la capital poblana con miembros de la Fiscalía para abordar el tema y en próximos días arrancará rondines con la Policía Municipal y Estatal para detectar lugares de este tipo y clausurarlos. En Palmar de Bravo hay dos anexos, pero ambos, de acuerdo con el presidente, cumplen con toda la normativa.
El primer regidor pidió a su área de gobernación, salud y protección civil que estén atentos ante esta situación, empero, también dejó en claro que el lugar está en los límites de Palmar, no al cien por ciento en su municipio.
“Desgraciadamente este tipo de actividades son muy clandestinas y saben cómo operan. De hecho, el responsable es de por Veracruz, no es de acá. Aquí tenemos dos (anexos), pero cumplen con toda la normativa y están dentro de la comunidad (…) de esto yo me enteré pero hasta cuando los habían detenido por la caseta de Amozoc”, declaró.
¿En donde se encuentra el presunto anexo?
El lugar está ubicado puntualmente en la carretera Cuacnopalan-Tlacotepec con el código postal 75686 a un costado de la comunidad de San Martín Espirilla. Un lugar a una hora y media de distancia de la capital poblana y que para llegar, se tiene que pasar por una carretera solitaria con varias cintas de peligro durante su trayecto.
Enclavado en montes y sin señal telefónica, es donde se puede encontrar el presunto anexo. Es una casa amplia de color blanco y con acabados en mármol. Hoy en día, ya cuenta con sellos de la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) que dicen: “inmueble asegurado”. Los sellos son hojas blancas y las letras fueron pintadas a mano, pero cuentan con el sello oficial.
Afuera solo se puede ver una lona que tiene la siguiente leyenda: “Biblioteca y ludoteca. Un lugar especialmente para ti. Juntos podemos aprender, leer y jugar. Visítanos”, pero no sé indicó la organización a la que pertenece dicho anuncio. Mientras que en su radio, solo hay cinco casas, todas habitadas y una capilla.
Este medio se presentó con los vecinos y les preguntó acerca del origen de la casa. Refirieron que fue construida hace 15 años, aproximadamente. No conocieron a los dueños y por ser gente “extraña”, nunca les dio curiosidad de acercarse.
Al principio fue purificadora, pero preferían ir a la colonia más cercana en vez de comprar el agua ahí. Luego fue una iglesia cristiana, pero muy pocas veces vieron un gran número de creyentes. Solo llegaban varios coches, estaban por unas horas y se retiraban.
Sabían que atendía solo a mujeres, pero nunca los vieron. Tampoco se acercaron mucho, pues aceptaron que les daba miedo. No escucharon ruidos extraños y la verdad es que fueron indiferentes. “De un día para otro”, los coches ya no regresaron y a los pocos días “llegó la policía”. Es todo lo que saben.
A 80 metros de distancia está la colonia más cercana
El lugar está lleno de rejas, blocks y se quedó inconclusa una barda alta que no iba a dejar que se viera al interior del lugar. Había dos contenedores de agua y un pequeño jardín. Solo eso se pudo observar.
A 80 metros de distancia está la colonia más cercana y justo ahí, está la inspectoría auxiliar de San Martín Espirilla. Si desde el presunto anexo a este lugar se va caminando, es un aproximado de 15 minutos de distancia a pie.
La inspectoría está totalmente abandonada y aunque la reportera de este medio buscó a algún encargado, no se pudo localizar. El lugar tiene anuncios de “prevención al delito” y un número para denunciar algún tipo de ilícito al 2373810022. Sin embargo, no hay señal.
También se acudió a la Iglesia, la cual está a unos pasos de la inspectoría, pero, de igual modo, se encontró cerrada. Los vecinos son reservados, no salieron de sus hogares, el lugar es silencioso y solo cuenta con una calle pavimentada.
¿Qué fue lo que ocurrió?
Este 25 de enero, la FGE dio a conocer que un presunto pastor obligaba a nueve mujeres, entre ellas tres menores de edad, a bañarse frente a él, además de dejarlas sin comer a manera de castigo en este presunto anexo; el sujeto, quien fue detenido junto a otros seis cómplices, enfrenta el delito de privación ilegal de la libertad y trata de personas.
Fuentes cercanas al caso, agregaron que el hombre, identificado por las autoridades ministeriales como Rubén N, de 39 años, tenía sometidas a las víctimas en un centro de regeneración para hombres y mujeres con problemas de adicción con razón social “Adulam”. En dicho lugar, eran obligadas a realizar trabajos domésticos desde las 3 de la madrugada, los cuales consistían en lavar la ropa de todos los internos, barrer el inmueble y limpiar los vehículos del presunto pastor.
Las mujeres eran originarias de Oaxaca, Hidalgo y Veracruz, fueron rescatadas el pasado sábado sobre la autopista México-Orizaba, a la altura del municipio de Amozoc, cuando eran trasladadas a bordo de una camioneta, aparentemente a dicho centro de regeneración cuyo nombre, “A.Dulam”, proviene del idioma hebreo “Adullâm”, que significa refugio o lugar de reposo.