En tan sólo 24 horas, los centros de monitoreo de calidad del aire en Puebla de la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial estatal, detectaron un incremento en la concentración de partículas contaminantes en la zona metropolitana.
Fueron las estaciones colocadas en la Universidad Tecnológica de Puebla (UTP), y en el Parque de las Ninfas las que detectaron una cantidad considerablemente alta de material particulado menor a diez micras (PM10) y menor a dos punto cinco micras (PM2.5), desde la tarde del lunes 21 de febrero.
A las 7 de la mañana, la estación Ninfas registró una concentración de 28 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de PM10 –contaminantes dañinos regularmente atribuidos a la ceniza volcánica o la quema de carbón– en el aire. Horas más tarde, a las 10 AM esa cifra alcanzó los 90 µg/m3.
A pocas horas de terminar el lunes, a las 11 de la noche, esa misma estación recabó la concentración más alta del día, llegando hasta los 114 µg/m3; algo similar ocurrió ayer, pues a las 10 de la mañana, la cifra osciló los 102 µg/m3.
Por su parte, la estación colocada en la UTP alcanzó niveles aún más altos, pues a las 10 de la noche del lunes la concentración de contaminantes PM10 alcanzó los 160 µg/m3, y durante la mañana del martes, logró fijarse en 141 µg/m3. Respecto a contaminantes de PM2.5 –principalmente hallados en extractos derivados de la combustión de diésel–, esa misma estación contabilizó 76 µg/m3.
LO QUE COMPONEN ESAS PARTÍCULAS
El PM10, es un tipo de contaminante que se esparce en el aire en morfologías sólidas y líquidas. Regularmente se encuentra en componentes naturales como: ceniza volcánica, polen en las plantas, e incendios forestales, por mencionar algunas; pero también son generados artificialmente, como por ejemplo: los polvos liberados por la industria de la construcción, la quema de carbón, uso de fertilizantes y la combustión de vehículos, aviones y trenes, principalmente.
Por su parte, las microscópicas PM2.5 que son lanzadas diariamente a la atmósfera, se componen de materiales como: sulfatos, nitratos, amonio, plomo, cadmio, y carbón, esencialmente.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), las partículas finas PM2.5 pueden sobrevivir en la atmósfera desde un par de días, hasta varias semanas, mientras que las PM10, lo hacen hasta por un par de horas.
De acuerdo con la NOM-025-SSA1-2014, fija que, durante periodos máximos de 24 horas, las PM10 pueden existir hasta en un máximo de 75 µg/m3, antes de considerarse dañinas para los seres humanos. En el caso de las PM2.5, ese mismo índice se fija en las 45 µg/m3.
Ambos tipos de contaminantes son dañinos para los seres humanos, pues su ingreso al organismo ocurre principalmente por vías pulmonares y bronquiales, aumentando el riesgo de contraer alguna enfermedad respiratoria aguda e incluso, COVID-19.