Sin el mínimo exhorto de tipo sanitario o al menos un filtro que disminuyera los riesgos de contagio, el presidente municipal de San Pedro Cholula, Luis Alberto Arriaga Lila, convirtió el acto de Grito de Independencia, pues permitió el funcionamiento de bares en horario extraoficial, el funcionamiento de juegos mecánicos y la colocación de puestos informales.
Aunque, en repetidas ocasiones prometió que sería responsable y encabezaría un evento alineado a las recomendaciones sanitarias, fue todo lo contrario, pues hasta juegos pirotécnicos, la actuación de una banda y un mariachi amenizaron la verbena.
Incluso, personal de Protección Civil acordonó una gran parte de la Plaza la Concordia, pero no para evitar concentraciones de las familias que circulaban por el zócalo, sino para que no violaran los espacios usados por los fabricantes de pirotecnia.
Antes de las 23:00 horas, el edil cumplió con la tradición ante cientos de personas reunidas en el zócalo y en la Casa del Caballero Águila, y luego posó una y otra vez para las fotografías del recuerdo y finalmente con su familia observó el espectáculo de los juegos pirotécnicos, que a decir de sus declaraciones, éste no estaba anunciado, pues previamente ante medios de comunicación afirmó que su agenda consistía en salir al balcón, dar el Grito de Independencia y de ahí se apagarían las luces y terminarían las actividades para que las personas no tuvieran alternativas de prolongar su permanencia.
Sin embargo, el escenario fue lo contrario, convocó al pueblo cholulteca, permitió una verbena popular e ignoró los múltiples comercios dedicados a la venta de alcohol que a unos metros de la sede del Grito ofertaban estas bebidas.
Y a diferencia de campañas de salud pasadas, en este evento, su gobierno no regaló cubrebocas y tampoco gel, ni siquiera existió el llamado de guardar la sana distancia, como solía hacerlo a principios de este año.