Un emprendimiento puede nacer en medio de una situación difícil. Por ejemplo, Diana Franco comenzó su negocio luego de terminar una relación y poco a poco fue consolidando la creación de artículos de fieltro para facilitar y mejorar el aprendizaje de niños.
“Hace 11 años empecé este negocio, al inicio fueron solo de artículos decorativos, pero después también fueron interactivos (...) cuando era chica mi mamá me enseñó a hacer cosas de fomi, pero yo lo fui evolucionando y la enseñanza la transporté al fieltro”, comentó a El Sol de Puebla.
Al principio, las figuras sólo las hacía para familiares y conocidos, pero de un momento a otro más personas le empezaron a pedir artículos de todo tipo, pero principalmente para niños. Le pidieron que hiciera cosas personalizadas y de ahí surgió hacer su propio negocio.
“No me la creía. Al inicio pensaba que nadie iba a querer mis creaciones, pero me fueron pidiendo mucho y hay productos que se han ido a Colombia, Canadá, Estados Unidos y hasta un grupo de Colombia ocupó mis figuras para hacer uno de sus videos musicales en stop motion”, agregó.
Diana dejó el miedo, se atrevió a emprender y resultado fue su emprendimiento: “Tuchi-Tuchi”, negocio que la empoderó y la ayudó a salir adelante debido a que ella es madre soltera, hoy su hija tiene 15 años.
“Mi hija me apoya en absolutamente todo, ella es mi principal porrista. Me separé de su papá hace tres años entonces ella es la que está conmigo y la que me respalda cuando el cansancio me vence o arregla mi espacio de trabajo”, externó.
La introducción de los artículos interactivos en su emprendimiento, fue debido a que en una ocasión una clienta le pidió un juguete para su hijo. El juguete tenía como objetivo ayudar el desarrollo cognitivo del menor y desde ahí hace libros interactivos o juguetes didácticos.
Entonces Martha puso manos en la obra y comenzó la producción de artículos que ayudan a los niños en el control de manos, mejorar la concentración, desarrollo en la motricidad fina, coordinación oculo-manual y a calcular espacios y dimensiones.
“Fue muy beneficioso tanto para las familias como para mí. Encontré la manera de ingresar la diversión y la ayuda para que mejore su inteligencia. Las mamás que lo compran son muy bellas y me agradecen porque entre ellas y yo creamos beneficios con imaginación”, comentó.
Para todas las mujeres que quieren emprender, pero no saben cómo dar el siguiente paso, Diana dijo lo siguiente: “Atrévete, qué es lo peor que puede pasar”. En suma, las exhortó a perder el miedo y disfrutar su proceso de emprender, ya en el futuro van a ver los resultados.
“A mí este negocio me ha empoderado, me ha hecho más fuerte y el hecho de saber que tienes algo para salir adelante y para sacar adelante a mi hija me hace muy valiente. Afortunadamente me ha dado motivos para vivir y día con día me enorgullece saber que ayudo más niños”, concluyó.