En el marco del Día del Maestro, la comunidad estudiantil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y de la Universidad Iberoamericana, rindieron homenaje a dos de sus pilares académicos más destacados: Arturo Villanueva González y José Luis Camacho Gazca, pues a los dos los consideraron dentro de los “profes” más queridos, más respetados y los que han dejado huella en sus vidas.
Para ambos personajes, la educación no sólo se trata de enseñar un curso y pasarlo, sino también de brindar su apoyo incondicional y dar un sabio consejo en cada paso que los alumnos den. Incluso, creen que es importante que los profesores aprendan de los pupilos, ya que las infancias, adolescencias y juventudes son los principales maestros.
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En entrevista con este medio, Villanueva González, compartió que ha dedicado su vida profesional a la enseñanza y que, gracias a su enfoque pedagógico, impregnado de un profundo sentido humanista, se ha ganado el cariño genuino de sus alumnos. “De tiempo completo llevo 28 años y durante este tiempo tengo múltiples anécdotas y eso es lo bonito de ser maestro, que incides en la vida de alguien y que tienes un eco en su mente y corazón”, comentó.
El “profe”, recuerda mucho a uno de sus alumnos que era de los más traviesos y cuando se convirtió en un profesionista se lo volvió a encontrar y le dijo que tenía mucha razón en todo lo que le aconsejó cuando era su maestro. “Uno cuando es maestro no sólo transmite conocimientos, la verdad es que ayudas a formar a las personas e incides en cuestiones de valores, socioemocionales y de sentido de vida”, agregó.
El profe Arturo estudió una ingeniería, pero para poder pagar su carrera universitaria y ayudar a su familia, tuvo que trabajar y el único empleo flexible fue dar clases de matemáticas y química. En ese punto, se dio cuenta que amaba la ingeniería, pero su pasión era ser maestro. “Fue un mundo que ya no solté, en ese momento yo no lo sabía, pero encontré mi verdadera vocación y no lo cambiaría por nada”, expuso.
En un mundo donde los desafíos educativos son cada vez más complejos, Arturo Villanueva, representa la esencia misma de la vocación docente: el compromiso inquebrantable con la formación integral de sus alumnos y el cultivo de los valores humanos que trascienden las aulas de clase.
Este medio, también entrevistó a José Luis Camacho Gazca, coordinador de la licenciatura en Literatura y Filosofía en la Ibero Puebla y maestro por 12 años de nivel superior. El “profe”, entró al mundo de la docencia por una práctica profesional, en donde se dio cuenta que enseñar, es una de las acciones más importantes que puede hacer el ser humano.
Para él, es de suma importancia que un maestro sea un acompañante y que esté dispuesto a aprender de sus alumnos. Estos dos puntos, ayudan a fomentar un ambiente de colaboración y respeto mutuo, pero también facilita la comprensión de los estudiantes.
De igual modo, cree que una tarea fundamental de los profesores es interactuar con los alumnos y estar abierto a aprender de ellos, ya que así, el maestro puede adquirir nuevas ideas, métodos de enseñanza innovadores y una comprensión más profunda de los temas que enseña.
“Cuando los estudiantes perciben que su maestro está dispuesto a aprender de ellos, se sienten valorados y empoderados. Esto puede aumentar su autoestima, motivación y compromiso con el aprendizaje, ya que se sienten parte activa del proceso educativo”, indicó.
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Este Día del Maestro, en El Sol de Puebla reconocemos su compromiso, y dedicación en la tarea de impartir conocimiento y valores a nuestros niños y jóvenes. Su legado perdurará como un faro de inspiración para las generaciones presentes y futuras.
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