El director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto señaló que han realizado esfuerzos para salvar la vida de bebé Lázaro, recién nacido que fue declarado muerto por el personal del Hospital General de Zona número 20, La Margarita.
Zoé Robledo comentó que las autoridades y directivos del hospital han mantenido comunicación con el padre del menor para informarle constantemente sobre la evolución de la salud de su hijo, que normalmente es reservada al tratarse de un bebé extremadamente prematuro.
Comentó que se realizó “un procedimiento de investigación de los hechos de acuerdo a lo que establece la norma institucional del Seguro Social a partir de eso se establecen recomendaciones o la determinación laboral de servidores públicos, pero tenemos que darle cause a un procedimiento sin anticiparnos a conclusiones", expresó el titular del IMSS en rueda de presa.
El titular del IMSS recordó que al nacer con sólo 23 semanas de gestación la salud del bebé Lázaro es delicada, por lo que los especialistas hacen todo lo posible para que el recién nacido sobreviva; mientras que la madre del bebé se encuentra estable luego de permanecer en cuidados intensivos.
“Se aplicaron los protocolos recién nacido prematuro extremo como era el caso y no presentó signos vitales por eso se certificó el fallecimiento”, agregó Robledo Aburto.
Aunque han pasado dos semanas desde la supuesta negligencia médica, Robledo Aburto expresó que las investigaciones para determinar a los responsables de dictaminar erróneamente la muerte del menor continuarán conforme el proceso del instituto, además de comentar que mantienen comunicación con el gobernador del estado, Miguel Barbosa Huerta y la delegada del IMSS, Aurora Treviño.
Pues el Gobierno del Estado presentó una denuncia por los hechos ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y la Fiscalía General de la República (FGR) con la intención de fincar responsabilidades a los involucrados en el tema.
Fue el 21 de octubre que Salvador, padre de Lázaro descubrió que su hijo aún tenía signos vitales cuando personal de los servicios funerarios estaba por llevárselo, de forma que el neonato pasó alrededor de seis horas en la cámara mortuoria del nosocomio.