En lo que va del proceso electoral de este año, siete funcionarios del Ayuntamiento de Cuautlancingo se han inscrito en los pre-registros de candidaturas a la alcaldía, así como de diputaciones federales y locales, pero solo dos renunciaron a sus cargos.
De esa lista de aspirantes, dos son regidores en funciones, dos auxiliares administrativos y tres directores de área.
Guadalupe Daniel Hernández y Juan Reyes Rodelo, quienes se desempeñaban como titulares de las direcciones del Impuesto ISABI y del Registro Civil, respectivamente, hasta ahora son los únicos que representaron sus renuncias, ya que la primera busca la candidatura de la alcaldía de Cuautlancingo por el Partido Encuentro Social (PES), y el segundo aspira al mismo cargo, pero por el Partido Acción Nacional (PAN).
Escenario contrario al caso de los regidores de Educación y Desarrollo Social, Sandra Tlaque Gómez y Edgar Hernández Hernández, quienes a pesar de haber formalizado sus registros como preaspirantes, en caso de la concejal a la suplencia de una diputación local, y el segundo, como competir por la candidatura por una curul federal, siguen ocupando sus oficinas en el Palacio Municipal.
Lo mismo sucede con los auxiliares administrativos de las Regidurías de Grupos Vulnerables y Desarrollo Social, Tayde Martínez y Raúl Saavedra, respectivamente, quienes buscan alcanzar las candidaturas a la alcaldía de Tlaltenango y Cuautlancingo, aunque la primera por la vía independiente, y el segundo por el Partido Nueva Alianza.
Mientras que otra funcionaria que aún sigue vigente en la nómina del Ayuntamiento es Micaela Quecholac, quien solicitó su pre registro como aspirante por la presidencia municipal de Cuautlancingo por el Partido Acción Nacional, cuando de acuerdo al organigrama es la titular de Servicios Municipales.
A inicio de este mes, el presidente municipal Félix Casiano Tlahque, indicó que cualquier servidor público en búsqueda de otro cargo tendría que separarse de sus funciones, aunque admitió que algunos de ellos no lo han hecho, porque esperan tener seguro un lugar en el proceso electoral y de ahí definir sus situaciones laborales.