María Elena Ríos, activista y saxofonista oaxaqueña se pronunció por los ataques con ácido registrados en Puebla, los cuales, fueron perpetrados en contra de mujeres y pidió al Congreso del Estado legislar en torno a este tema porque no hay una ley puntual para atender “la violencia ácida”.
En suma, pidió al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, a Gilberto Higuera Bernal, titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), a la Secretaría de Igualdad Sustantiva, la cual aún no tiene titular y a la encargada de despacho de la Comisión de Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas, Miriam Chávez, tomar cartas en el asunto, pues desde el 2019, la entidad cuenta con la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), que brinda un presupuesto federal para generar políticas publicas en torno a estos temas.
En entrevista con El Sol de Puebla, María Elena, dijo que los casos acontecidos, el de la mujer que acudió al SAT de Angelópolis este 25 de mayo y el de Esmeralda Guillén, quien fue agredida con ácido por su expareja, deben tener el acompañamiento adecuado, tener perspectiva de género y el expedido proceso en donde se proteja su integridad, ya que no sólo se trata de un proceso de secuelas físicas/psicologías, sino de un proceso legal que debe ser concretado exitosamente a favor de la víctima.
“A esto se le anexa la falta de compromiso y empatía de las instituciones que les corresponde la impartición de justicia (…) hay ausencia de las autoridades, les corresponde pero no quieren tener responsabilidad”, puntualizó.
La también feminista, condenó el ataque se vivió este 25 de mayo en la zona de Angelópolis y aunque este caso tiene orígenes diferentes a los que ella vivió, pidió a las autoridades que se investigue a fondo, porque fue un claro ejemplo de violencia ácida, violencia feminicida y un claro ejemplo de “odio hacia el género femenino”.
“El Congreso tiene que saber de esta situación y no basta sólo la asesoría (…) además se tiene que ir a Angelópolis a dar rondines (…) a veces te toman a loca y eso te va mermando las ganas de denunciar (…) en Puebla sí ha habido casos y de los más graves en México y no han tenido la ayuda para continuar con sus denuncias”, compartió.
En su opinión, cualquier ataque con ácido es condenable, pues puede poner en riesgo a la mujer a grado de la muerte. De igual manera, solicitó a las autoridades que revisen la venta de estos productos, ya que su adquisición es muy fácil y muy barata.
Por ejemplo, el ácido clórico cuesta 20 pesos y el sulfúrico que se supone se utiliza exclusivamente en fábricas petroquímicas, se puede encontrar en las pilas de automóviles. Por ello, es de suma importancia revisar la venta de estos productos.
“Esta situación debe de llegar a oídos del Instituto Nacional de las Mujeres, en mi caso, en Oaxaca, te ofrecían ayuda psicológica, pero no quieren entrarle al apoyo legal, aunque hay recursos y hay alerta de género (…) que el Congreso legisle sobre el tema, que se capaciten a los Ministerios Públicos y que se tipifique la violencia ácida porque no es la primera”, enfatizó.
Entendió y se solidarizó con las mujeres que han sido víctimas de ácido y compartió que no es tan fácil denunciar este tipo de hechos, ya que hay muchos Ministerios Públicos que no están capacitados en violencia de género. Aunque esto debería ser un requisito luego de la AVGM. En este punto recordó que, gracias a la alerta, los estados tienen recursos federales que son distribuíos en las fiscalías, comisiones de víctimas, secretarías de la mujer y en el sector salud.
“En México sólo el 40 por ciento de las mujeres denuncia y ¿qué pasa con el resto?, pues tienen traumas psicológicos, amenazas de su agresor, están grave de salud, entonces no se logra el otro 60, además es muy desgastante, depende si tienen hijos, si tienen que trabajar. No es tan fácil denunciar”, compartió.
Recordó que ella fue víctima de un ataque con ácido, pero en su caso, le rociaron alrededor de 3 litros y ejemplificó con la poblana Esmeralda Guillén, quién hace tres años también su expareja la atacó con ácido, alrededor de dos litros. En ambos casos, la justicia no ha llegado.
“Los Ministerios Públicos muchas veces no quieren hablar de la violencia ácida porque no quieren problemas, quieren su trabajo bien fácil y no tienen la capacitación en perspectiva de género (…) es violencia ácida, es violencia feminicida, porque está premeditado y porque está dirigido al género (…) imagínate que unas personas te empiecen a gritar en la calle: mamacita; y si los ignoras te rocían ácido, está muy cabrón, eso es odio”, agregó.
Desde su óptica, los hombres que hacen este tipo de hechos abusan de su privilegio por ser masculinos, porque piensan que no les va a pasar nada y saben que a las mujeres les da miedo denunciar. No obstante, recordó a todas las que son sobrevivientes de estos lamentables hechos que no están solas y que hay muchas mujeres en la lucha que les brindarán apoyo.
