A pesar de las inversiones millonarias que han realizado los Gobiernos con recursos públicos, el Río Atoyac mantiene su cauce contaminado con elementos considerados cancerígenos por su grado de peligrosidad a la salud humana: cadmio, cloroformo, cloruro de vinilo o cromo, que provienen de las descargas de aguas residuales, tanto industriales como municipales, que no reciben tratamiento adecuado.
A lo largo de la cuenca se encuentran 22 municipios del lado de Puebla, donde 2.3 millones de personas están en riesgo por la contaminación porque de las 25 plantas de tratamiento de aguas residuales 13 no funcionan, de acuerdo con los últimos datos oficiales e información de organizaciones como Fray Julián Garcés y Dale la Cara al Atoyac.
Se encuentran en el río en toda su extensión San Gregorio Atzompa, San Martín Texmelucan, Chiautzingo, Coronango, Cuautlancingo, Domingo Arenas, San Matías Tlalancaleca, Juan C. Bonilla, San Andrés Cholula, San Felipe Teotlalcingo, San Miguel Xoxtla y Tlaltenango; mientras que en forma parcial San Salvador el Verde, San Jerónimo Tecuanipan, Amozoc, Huejotzingo, Calpan, Ocoyucan, San Pedro Cholula, Puebla, Tzicatlacoyan y Tlahuapan.
El centro Fray Julián Garcés ha detectado casos de cáncer, abortos espontáneos y enfermedades gastrointestinales que se relacionan con la contaminación que existe en el río, que recibe además otros elementos como arsénico, plomo, aluminio o manganeso que son tóxicos para la salud humana y para seres acuáticos.
Un informe sobre decesos y enfermedades gastrointestinales por la contaminación en el agua de los ríos asegura que 11 mil 143 personas en seis municipios presentan riesgo de morir por enfermedades gastrointestinales, pues el agua del Atoyac tiene además 333 mil 300 bacterias de “escherichia coli” por cada 100 mililitros de agua.
“Los modelos estimados reportan una relación causal entre contaminación del río e incidencia de enfermedades gastrointestinales, lo cual es preocupante ante la ausencia de protección del río Atoyac y Zahuapan”, destacó un documento modelo sobre la contaminación del afluente en el que participaron la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el Ayuntamiento de Puebla y la BUAP, en la gestión pasada.
Aunado a los problemas de salud que enfrentan los ciudadanos; también, algunos pagan por servicios inexistentes como en San Miguel Xoxtla que cobra por saneamiento, pero no tiene planta, como tampoco San Andrés ni San Pedro Cholula.
Mientras tanto, Puebla capital cuenta con cuatro plantas tratadoras que son Atoyac Sur, Parque Ecológico, Alseseca, Barranca del Conde y San Francisco, ésta última es la más grande pues tiene una capacidad instalada de mil 100 litros por segundo, no obstante, todas se encuentran en un proceso de tratamiento primario avanzado.
La organización Dale la Cara al Atoyac, a través de su consejera Verónica Mastretta, dijo que la condición en la que se encuentran las plantas de tratamiento es la misma en la que estaban en la pasada administración, la de Antonio Gali Fayad. A la fecha la Secretaría de Medio Ambiente del Estado no ha brindado información al respecto.