Tres años después de un largo proceso penal, y de intentar buscar la reparación del daño causado a su hijo de entonces 15 años que vio frustrado su sueño de ser futbolista, ya que fue embestido y dañado de por vida por una Ruta 44 en la colonia Anzures, los padres del afectado tuvieron que conformarse y aceptar por parte de la aseguradora Banorte, la cantidad de 241 mil pesos que no representa ni la mitad de los gastos que, aseveran, han sufragado a lo largo de este tiempo.
El asesor jurídico de las víctimas compartió a este medio que tras varias pláticas y sesiones con múltiples cambios de abogados por parte de la aseguradora de la Ruta 44, unidad 15, los padres de Yhair, en medio de su desesperación y necesidad económica, acabaron por acceder al ofrecimiento que les hicieron de 241 mil pesos de los 800 mil que exigían por todos los daños, gastos médicos y afectaciones permanentes que el joven ahora tiene por las lesiones que sufrió durante el accidente vehicular del cual fue presuntamente responsable el chofer de la Ruta 44, y que ocasionó que el adolescente fuera intervenido quirúrgicamente en 29 ocasiones por las fracturas que sufrió en una pierna.
Ante esta situación, la madre del afectado comentó de manera breve para El Sol de Puebla, que al ver la poca cooperación de la asegurada y de que el proceso podía seguir varios años sin llegar a un acuerdo, aceptó la tercera parte de lo que pedían de indemnización.
Sin embargo, desde luego, consideró que el tener que aceptar este tipo de arreglos, es una injusticia, ya que como en el caso de su hijo, se hizo por necesidad y por lo complicado de estar solventado diversos gastos y las deudas que adquirieron para ayudar a su hijo a tener una pronta recuperación y poder retomar parte de su vida, luego del acortamiento de tres centímetros, en la pierna izquierda, que sufrió por los hechos.
Incluso la señora Ángeles Chacón, madre del afectado, resaltó que la aseguradora tampoco quiso hacerse cargo del pago permanente de una plantilla de 480 pesos que por lo menos, tres veces al mes, se le tiene que estar cambiando a su hijo Yhair.
Finalmente, reiteró que si bien hubo un acuerdo, no se trató de algo justo, por lo que consideró que como tal, no hubo justicia para su hijo, quien fue embestido el 12 de julio de 2019, sobre la calle 20 Sur, entre las avenidas 17 y 19 Oriente en la colonia Azcárate, donde el menor circulaba en una motocicleta y el chofer de la ruta le hizo un corte de circulación.
Cuándo sucedió el accidente
Como en su momento se dio a conocer, el día de los hechos, Yahir iba a bordo de una motocicleta cuando el operador de la Ruta 44, unidad 15, le hizo un corte de circulación y lo embistió sobre la calle 20 Sur, entre las avenidas 17 y 19 Oriente en la colonia Azcárate.
El chofer del transporte público identificado como Enrique N, fue detenido y puesto a disposición del agente del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado de Puebla, quien dio inicio a la carpeta de investigación 1853/2019/UF2 por el delito de lesiones y daño en propiedad ajena.
A la par, el menor de entonces 13 años de edad fue atendido y llevado a un hospital, donde el diagnóstico fue de fractura expuesta de tobillo izquierdo, fractura de tibia y peroné izquierdo, así como otras laceraciones, por lo que incluso tuvieron que colocarle cinco fijadores externos.
Debido a que se trató de un delito culposo en el que no es forzosa la prisión preventiva y existe la posibilidad de una mediación, la juez de la causa concedió que el acusado pasara su proceso en libertad ya que comprobó arraigo domiciliario. Tiempo después, el detenido a través de sus abogados solicitó un acuerdo y entonces se suspendió de manera provisional el proceso.
Sin embargo, al no llegar a ningún tipo de convenio, el caso fue devuelto a los tribunales, donde la juez de control insistió y ordenó resolver el asunto a través de la unidad de Medidas Alternas de Solución de la Fiscalía.
Para cuando denunciaron los hechos, el 11 de octubre de 2021, el herido ya había recibido cerca de cien terapias con un costo de 600 pesos cada una, situación por la que incluso el padre de familia tuvo que solicitar préstamos, mientras que la madre del menor tuvo que renunciar a su trabajo para poder cuidar a su hijo, el cual incluso dijo, jugaba futbol y tenía posibilidades de convertirse en jugador profesional.
Lo anterior incluso causó tristeza en Yhair, quien tuvo que adaptarse a su nueva vida y renunciar a sus sueños.
“Es un sueño que tengo que abandonar, ya no puedo jugar profesionalmente, por el momento ya lo asimilé, pero llegaban momentos en lo que lloraba, me afectaba mucho pensar que no volvería a jugar futbol, que no tendría un trabajo donde requiriera hacer cosas pesadas, y a la fecha, son momentos en los que todavía me llego a deprimir y llego a llorar por pensar que ya no podré hacer cosas”, explicó Yhair.