/ miércoles 18 de septiembre de 2024

Autopista Puebla-Veracruz, una pesadilla para los transportistas

Muy pocos choferes hoy corren con la suerte de salir ilesos de un asalto, relatan quienes transitan por la autopista Puebla-Veracruz

Los robos en la autopista Puebla-Veracruz, cometidos principalmente entre los municipios de Amozoc y Esperanza, alarman a choferes de carga y automovilistas que circulan por esta vía federal. Relatos de asaltos, desapariciones y hasta violencia extrema son recurrentes entre transportistas que ejecutan acciones desesperadas para proteger su vida y sus mercancías, como son embestir a sus atacantes, viajar en caravana y evitar hacer paradas para comer o ir al baño, que son esenciales para su salud en trayectos de más de 10 horas.

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Luis Rodríguez, quien desde hace 30 años se dedica al transporte de carga, recientemente fue testigo de un asalto a mano armada en Esperanza, cerca de las Cumbres de Maltrata. En medio de la noche cubierta por la niebla, mientras manejaba a baja velocidad para no deteriorar sus frenos, fue interceptado por una camioneta polarizada que llevaba torretas policiales. Ante la incertidumbre, el otro conductor se detuvo, pero fue atacado a golpes por delincuentes que le quitaron el control del tráiler. Ante la impotencia de no poder ayudar, Luis tuvo que huir del lugar para evitar también ser víctima de robo.

Muy pocos choferes hoy corren con la suerte de salir ilesos de un asalto, dice Armando, un poblano de 25 años que maneja junto a sus primos una unidad de fletes.

Debido a los recientes hurtos cometidos a mano armada entre los límites de Puebla y Veracruz, algunos conductores prefieren incluso arrollar a sus atacantes, sin importar si viven o mueren, antes de tener que ser víctimas de robo. “Mejor que lloren en su casa a que lloren en la mía”, sostiene José Luis, quien, a inicios de año, –insiste– se vio obligado a embestir y sacar del camino a un “taxi chocado y sin placas” donde viajaban sujetos que lo amagaron con pistola para detenerse.

De los casi 400 kilómetros que recorre la autopista México-Veracruz de inicio a fin, el tramo que va de San Martín Texmelucan hasta Esperanza –especialmente este último punto– es el más violento para transportistas y automovilistas, concentrando el mayor número de reportes de robo en toda la vía, señala David Román, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV).

Según datos de dicha organización, la vía federal de cuota que conecta a Puebla con Veracruz es la carretera más peligrosa para las unidades de carga en todo el estado, debido a la alta cantidad de hurtos que suceden periódicamente, superando incluso al Estado de México, que por varios años lideró dicha estadística sobre asaltos a transportistas en todo el país.

Transportistas viven desesperados ante ola de asaltos

Varios transportistas obligados a recorrer la Puebla-Veracruz, ya sea para llegar al Golfo de México, la capital del país o el sureste nacional, encuentran la inseguridad como un reto común.

José Luis es uno de muchos chóferes de carga que navegan día a día sin la certeza de llegar a salvo a sus destinos. También conducen con la idea de que su vida está por encima de cualquier cosa o persona, especialmente cuando deben elegir entre su integridad o la de sus agresores, que están dispuestos a todo para ejecutar sus violentos asaltos con éxito.

Recientemente, José Luis, originario de Puebla, fue víctima de un intento de robo en Esperanza. Cansado de enfrentarse a esa situación, pues en los últimos dos años ha sufrido tres hechos similares, tomó la decisión de impactar su tráiler contra un taxi, que era manejado por sujetos armados y que pretendían usar la unidad para impedir que siguiera avanzando.

Está de la chingada. Van tres veces que me corretean. Del tramo de Tecamachalco para acá (Palmar de Bravo), y luego si te paras por la caseta [de Esperanza] te bajan (asaltan) ahí. Te paras en corto y ahí llegan en camionetas, la mayoría de las veces con violencia. Te quitan lo que pueden cuenta.

Si bien el trayecto completo de la Puebla-Veracruz implica incertidumbre para hombres como José Luis, la zona que más angustia les produce es la de las cercanías a las Cumbres de Maltrata.

Transitar por ahí conlleva varios retos para los transportistas como él. Los obstáculos son esencialmente mecánicos y climáticos. Por ejemplo, deben conducir a bajas velocidades para no destruir sus balatas y frenos, o para no afectar el motor. Todo se agudiza cuando ocurren hechos de tránsito que detienen el tráfico de vehículos, pues la zona prácticamente se convierte en un campo propicio para que los asaltantes cometan sus robos.

Tienes que ir a las vivas, porque de pronto se te trepa un cabrón en el estribo y te apunta con la pinche pistola. Está muy cabrona toda la situación acá. Paso ya nada más a las vivas, no queda de otra afirma.


Muchos transportistas incluso reciben la indicación de no detenerse al transitar esta autopista. Foto: Daniel Casas / El Sol de Puebla

En meses pasados, José Luis viajaba de noche por la autopista. Luego de cruzar la caseta de Esperanza un vehículo se aproximó. Poco antes de entrar a las cumbres, esta unidad, un taxi sin placas, fue conducida de forma agresiva frente al tráiler que manejaba el poblano, con el objetivo de hacerlo frenar. Esquivó el obstáculo, pero, desde el automóvil, un hombre armado apuntaba a su trailer. Inmediatamente reaccionó acelerando e impactando a sus atacantes, provocando su salida del camino. Tras el dramático hecho, huyó del sitio.

No bajo la velocidad. Carro que se te para enfrente, te lo llevas; cabrón que se te para enfrente, te lo llevas, así de simple. Son ellos o nosotros (...) La otra vez me quisieron parar, un taxi que no traía placas, pero lo que hice fue aventarles el camión. No me importó porque tengo seguro (...) Incluso en las cumbres, si estas parado por un accidente, ahí están las ratas queriendo chingar. Luego hasta son ellos los que provocan accidentes”, explica.

Armando es un chofer de carga 25 años de edad y conduce junto a su familia desde hace casi 10 años. Para él, recorrer la autopista Puebla-Veracruz se ha convertido en una verdadera pesadilla, no sólo por los relatos que escucha de sus compañeros, a quienes han asaltado e incluso desaparecido, sino también porque él ha vivido en carne propia las persecuciones e intentos de robo en dicha vialidad.

En Puebla, desde que sales del Arco Norte, hasta Córdoba, es muy peligroso. No vamos con miedo, pero yo siempre salgo con la idea de que, si se me cierran, los mando a chingar a su madre. A mí, por ejemplo, ya me han apedreado el parabrisas cuenta el joven conductor.

Y añade: “Ahora es también el chófer, antes nada más era el carro o la carga. Ahora ya desaparecen al chófer. En Esperanza, al menos, ya es así, ya no aparecen ni el carro ni el chofer. Todo está parejo (...) A los compañeros los dejan amarrados en el camarote, los encierran en la caja o hasta los desaparecen”, relata.

Varios choferes que viajan entre el sur y sureste mexicano hasta el centro y norte del país reciben órdenes de no detenerse bajo ninguna circunstancia, ni siquiera para comer o ir al baño, incluso cuando son viajes de más de 10 horas, explica Juan, un experimentado conductor que trabaja en una empresa de carga desde hace 30 años.

Ahora da miedo pararse a descansar (...) Ahorita nos detuvimos porque tuvimos un problema con la llanta, pero, si no, no nos paramos. No nos dejan pararnos, ni para desayunar, por lo mismo. A veces ni del pinche baño hacemos, por Dios. Pararse aquí es riesgoso señala Juan.


En otro punto de la autopista, en Palmar de Bravo, Luis Rodríguez, quien se dedica al transporte de animales de granja entre el centro del país y las costas del Golfo de México, relata que los robos y retenes falsos en la carretera son desconcertantemente comunes.

Hace aproximadamente dos años, el hombre fue testigo del asalto a un transportista que viajaba hacia Veracruz con su unidad repleta de abarrotes. Observó cómo una camioneta obligó, con disparos de arma, al otro chofer a detener su unidad.

La impotencia y frustración lo obligaron a solamente ser testigo y mantener su marcha, dejando a su colega en ese aterrador suceso. En cuanto pudo, solicitó apoyó a las autoridades federales, pero ya no pudo detenerse a comprobar si éste llegó a la víctima.

Venía más o menos por esta distancia (Palmar de Bravo) y me rebasó una Suburban, y delante de mí iba otro tráiler. Entonces, se le pegan atrás de la unidad y ponen las torretas, como si fueran patrulla, pero como se pegan bien atrás uno no se da cuenta si es patrulla o no. Se orilló, lo emparejaron y le sacaron la pistola. Lo vi y lo rebasé, pues ¿qué puede uno hacer? (...) En las cumbres, cuando hay accidentes, o sea, cuando ya no te mueves, es un robadero. Vienen esos canijos armados y a todo mundo, coches, camiones y camionetas. Las cumbres son lo más peligroso, porque ni para donde te mueves”, relata Luis Rodríguez.

A pesar del ingreso de la Guardia Nacional la cantidad de crimenes no ha dejado de bajar. Foto: Daniel Casas / El Sol de Puebla

Vialidad con más robos en Puebla

En lo que va de 2024, Puebla se convirtió en el líder de los robos a camiones de carga en todo el país, bajando de la lista al Estado de México, que por varios años coronó la marca, destaca Román, en entrevista con El Sol de Puebla.

Según el titular de la ANERPV, la posición ganada por la entidad poblana se logró en gran medida gracias a los hurtos cometidos en los municipios de Esperanza (52 casos) y Puebla (72), particularmente en la vía federal que conecta al estado con el puerto de Veracruz. Al listado también se suma San Martín Texmelucan (33).

La situación de criminalidad que atañe a la autopista Puebla-Veracruz se agudiza en Esperanza, pues, además de las condiciones geográficas que favorecen la comisión de hurtos, esto debido a la existencia de caminos rústicos e improvisados, así como en la dificultad para transitar entre poblados, los empresarios logísticos muy pocas veces recuperan sus unidades. A ello se suma la incapacidad de las autoridades para garantizar la devolución de los vehículos.

De acuerdo con la ANERPV, que basa su estadística en el número de activaciones mensuales de alertamientos de robo hechas por sus clientes, Puebla ocupa el segundo lugar a nivel nacional en el número de vehículos sustraídos de forma ilegal, al registrar 385 casos.

No obstante, la entidad poblana se posicionó en el primer lugar respecto al hurto de unidades pesadas, pues se robaron 300 unidades. Respecto a la retención ilegal de vehículos particulares, el estado se posicionó en cuarto lugar, no así en el robo de automóviles ligeros, donde ocupa el tercer lugar en todo el país.

A decir de Román, si bien la tendencia nacional indica que los asaltos a transportistas y hurto de mercancías van a la baja en varios estados, en Puebla, Veracruz e Hidalgo, lo cual es indicativo de la gravedad de la incidencia delictiva.

Por otra parte, destaca que la contratación de servicios de alertamiento y prevención de robos se disparó drásticamente en los últimos tres años. Durante ese periodo se atrajeron un millón de clientes nuevos.

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Finalmente, Román destaca que, si bien la Puebla-Veracruz concentra los mayores casos de robo a nivel estatal, hay otras regiones que también preocupan a la ANERPV, como es la Sierra Norte. Esto debido a que los hurtos que se cometen en la zona se agudizan con la dificultad de tránsito, entre otros obstáculos propios de la zona.

Los robos en la autopista Puebla-Veracruz, cometidos principalmente entre los municipios de Amozoc y Esperanza, alarman a choferes de carga y automovilistas que circulan por esta vía federal. Relatos de asaltos, desapariciones y hasta violencia extrema son recurrentes entre transportistas que ejecutan acciones desesperadas para proteger su vida y sus mercancías, como son embestir a sus atacantes, viajar en caravana y evitar hacer paradas para comer o ir al baño, que son esenciales para su salud en trayectos de más de 10 horas.

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Luis Rodríguez, quien desde hace 30 años se dedica al transporte de carga, recientemente fue testigo de un asalto a mano armada en Esperanza, cerca de las Cumbres de Maltrata. En medio de la noche cubierta por la niebla, mientras manejaba a baja velocidad para no deteriorar sus frenos, fue interceptado por una camioneta polarizada que llevaba torretas policiales. Ante la incertidumbre, el otro conductor se detuvo, pero fue atacado a golpes por delincuentes que le quitaron el control del tráiler. Ante la impotencia de no poder ayudar, Luis tuvo que huir del lugar para evitar también ser víctima de robo.

Muy pocos choferes hoy corren con la suerte de salir ilesos de un asalto, dice Armando, un poblano de 25 años que maneja junto a sus primos una unidad de fletes.

Debido a los recientes hurtos cometidos a mano armada entre los límites de Puebla y Veracruz, algunos conductores prefieren incluso arrollar a sus atacantes, sin importar si viven o mueren, antes de tener que ser víctimas de robo. “Mejor que lloren en su casa a que lloren en la mía”, sostiene José Luis, quien, a inicios de año, –insiste– se vio obligado a embestir y sacar del camino a un “taxi chocado y sin placas” donde viajaban sujetos que lo amagaron con pistola para detenerse.

De los casi 400 kilómetros que recorre la autopista México-Veracruz de inicio a fin, el tramo que va de San Martín Texmelucan hasta Esperanza –especialmente este último punto– es el más violento para transportistas y automovilistas, concentrando el mayor número de reportes de robo en toda la vía, señala David Román, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV).

Según datos de dicha organización, la vía federal de cuota que conecta a Puebla con Veracruz es la carretera más peligrosa para las unidades de carga en todo el estado, debido a la alta cantidad de hurtos que suceden periódicamente, superando incluso al Estado de México, que por varios años lideró dicha estadística sobre asaltos a transportistas en todo el país.

Transportistas viven desesperados ante ola de asaltos

Varios transportistas obligados a recorrer la Puebla-Veracruz, ya sea para llegar al Golfo de México, la capital del país o el sureste nacional, encuentran la inseguridad como un reto común.

José Luis es uno de muchos chóferes de carga que navegan día a día sin la certeza de llegar a salvo a sus destinos. También conducen con la idea de que su vida está por encima de cualquier cosa o persona, especialmente cuando deben elegir entre su integridad o la de sus agresores, que están dispuestos a todo para ejecutar sus violentos asaltos con éxito.

Recientemente, José Luis, originario de Puebla, fue víctima de un intento de robo en Esperanza. Cansado de enfrentarse a esa situación, pues en los últimos dos años ha sufrido tres hechos similares, tomó la decisión de impactar su tráiler contra un taxi, que era manejado por sujetos armados y que pretendían usar la unidad para impedir que siguiera avanzando.

Está de la chingada. Van tres veces que me corretean. Del tramo de Tecamachalco para acá (Palmar de Bravo), y luego si te paras por la caseta [de Esperanza] te bajan (asaltan) ahí. Te paras en corto y ahí llegan en camionetas, la mayoría de las veces con violencia. Te quitan lo que pueden cuenta.

Si bien el trayecto completo de la Puebla-Veracruz implica incertidumbre para hombres como José Luis, la zona que más angustia les produce es la de las cercanías a las Cumbres de Maltrata.

Transitar por ahí conlleva varios retos para los transportistas como él. Los obstáculos son esencialmente mecánicos y climáticos. Por ejemplo, deben conducir a bajas velocidades para no destruir sus balatas y frenos, o para no afectar el motor. Todo se agudiza cuando ocurren hechos de tránsito que detienen el tráfico de vehículos, pues la zona prácticamente se convierte en un campo propicio para que los asaltantes cometan sus robos.

Tienes que ir a las vivas, porque de pronto se te trepa un cabrón en el estribo y te apunta con la pinche pistola. Está muy cabrona toda la situación acá. Paso ya nada más a las vivas, no queda de otra afirma.


Muchos transportistas incluso reciben la indicación de no detenerse al transitar esta autopista. Foto: Daniel Casas / El Sol de Puebla

En meses pasados, José Luis viajaba de noche por la autopista. Luego de cruzar la caseta de Esperanza un vehículo se aproximó. Poco antes de entrar a las cumbres, esta unidad, un taxi sin placas, fue conducida de forma agresiva frente al tráiler que manejaba el poblano, con el objetivo de hacerlo frenar. Esquivó el obstáculo, pero, desde el automóvil, un hombre armado apuntaba a su trailer. Inmediatamente reaccionó acelerando e impactando a sus atacantes, provocando su salida del camino. Tras el dramático hecho, huyó del sitio.

No bajo la velocidad. Carro que se te para enfrente, te lo llevas; cabrón que se te para enfrente, te lo llevas, así de simple. Son ellos o nosotros (...) La otra vez me quisieron parar, un taxi que no traía placas, pero lo que hice fue aventarles el camión. No me importó porque tengo seguro (...) Incluso en las cumbres, si estas parado por un accidente, ahí están las ratas queriendo chingar. Luego hasta son ellos los que provocan accidentes”, explica.

Armando es un chofer de carga 25 años de edad y conduce junto a su familia desde hace casi 10 años. Para él, recorrer la autopista Puebla-Veracruz se ha convertido en una verdadera pesadilla, no sólo por los relatos que escucha de sus compañeros, a quienes han asaltado e incluso desaparecido, sino también porque él ha vivido en carne propia las persecuciones e intentos de robo en dicha vialidad.

En Puebla, desde que sales del Arco Norte, hasta Córdoba, es muy peligroso. No vamos con miedo, pero yo siempre salgo con la idea de que, si se me cierran, los mando a chingar a su madre. A mí, por ejemplo, ya me han apedreado el parabrisas cuenta el joven conductor.

Y añade: “Ahora es también el chófer, antes nada más era el carro o la carga. Ahora ya desaparecen al chófer. En Esperanza, al menos, ya es así, ya no aparecen ni el carro ni el chofer. Todo está parejo (...) A los compañeros los dejan amarrados en el camarote, los encierran en la caja o hasta los desaparecen”, relata.

Varios choferes que viajan entre el sur y sureste mexicano hasta el centro y norte del país reciben órdenes de no detenerse bajo ninguna circunstancia, ni siquiera para comer o ir al baño, incluso cuando son viajes de más de 10 horas, explica Juan, un experimentado conductor que trabaja en una empresa de carga desde hace 30 años.

Ahora da miedo pararse a descansar (...) Ahorita nos detuvimos porque tuvimos un problema con la llanta, pero, si no, no nos paramos. No nos dejan pararnos, ni para desayunar, por lo mismo. A veces ni del pinche baño hacemos, por Dios. Pararse aquí es riesgoso señala Juan.


En otro punto de la autopista, en Palmar de Bravo, Luis Rodríguez, quien se dedica al transporte de animales de granja entre el centro del país y las costas del Golfo de México, relata que los robos y retenes falsos en la carretera son desconcertantemente comunes.

Hace aproximadamente dos años, el hombre fue testigo del asalto a un transportista que viajaba hacia Veracruz con su unidad repleta de abarrotes. Observó cómo una camioneta obligó, con disparos de arma, al otro chofer a detener su unidad.

La impotencia y frustración lo obligaron a solamente ser testigo y mantener su marcha, dejando a su colega en ese aterrador suceso. En cuanto pudo, solicitó apoyó a las autoridades federales, pero ya no pudo detenerse a comprobar si éste llegó a la víctima.

Venía más o menos por esta distancia (Palmar de Bravo) y me rebasó una Suburban, y delante de mí iba otro tráiler. Entonces, se le pegan atrás de la unidad y ponen las torretas, como si fueran patrulla, pero como se pegan bien atrás uno no se da cuenta si es patrulla o no. Se orilló, lo emparejaron y le sacaron la pistola. Lo vi y lo rebasé, pues ¿qué puede uno hacer? (...) En las cumbres, cuando hay accidentes, o sea, cuando ya no te mueves, es un robadero. Vienen esos canijos armados y a todo mundo, coches, camiones y camionetas. Las cumbres son lo más peligroso, porque ni para donde te mueves”, relata Luis Rodríguez.

A pesar del ingreso de la Guardia Nacional la cantidad de crimenes no ha dejado de bajar. Foto: Daniel Casas / El Sol de Puebla

Vialidad con más robos en Puebla

En lo que va de 2024, Puebla se convirtió en el líder de los robos a camiones de carga en todo el país, bajando de la lista al Estado de México, que por varios años coronó la marca, destaca Román, en entrevista con El Sol de Puebla.

Según el titular de la ANERPV, la posición ganada por la entidad poblana se logró en gran medida gracias a los hurtos cometidos en los municipios de Esperanza (52 casos) y Puebla (72), particularmente en la vía federal que conecta al estado con el puerto de Veracruz. Al listado también se suma San Martín Texmelucan (33).

La situación de criminalidad que atañe a la autopista Puebla-Veracruz se agudiza en Esperanza, pues, además de las condiciones geográficas que favorecen la comisión de hurtos, esto debido a la existencia de caminos rústicos e improvisados, así como en la dificultad para transitar entre poblados, los empresarios logísticos muy pocas veces recuperan sus unidades. A ello se suma la incapacidad de las autoridades para garantizar la devolución de los vehículos.

De acuerdo con la ANERPV, que basa su estadística en el número de activaciones mensuales de alertamientos de robo hechas por sus clientes, Puebla ocupa el segundo lugar a nivel nacional en el número de vehículos sustraídos de forma ilegal, al registrar 385 casos.

No obstante, la entidad poblana se posicionó en el primer lugar respecto al hurto de unidades pesadas, pues se robaron 300 unidades. Respecto a la retención ilegal de vehículos particulares, el estado se posicionó en cuarto lugar, no así en el robo de automóviles ligeros, donde ocupa el tercer lugar en todo el país.

A decir de Román, si bien la tendencia nacional indica que los asaltos a transportistas y hurto de mercancías van a la baja en varios estados, en Puebla, Veracruz e Hidalgo, lo cual es indicativo de la gravedad de la incidencia delictiva.

Por otra parte, destaca que la contratación de servicios de alertamiento y prevención de robos se disparó drásticamente en los últimos tres años. Durante ese periodo se atrajeron un millón de clientes nuevos.

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Finalmente, Román destaca que, si bien la Puebla-Veracruz concentra los mayores casos de robo a nivel estatal, hay otras regiones que también preocupan a la ANERPV, como es la Sierra Norte. Esto debido a que los hurtos que se cometen en la zona se agudizan con la dificultad de tránsito, entre otros obstáculos propios de la zona.

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