Ejemplares de al menos 200 especies de aves que convergen en el Humedal de Valsequillo, algunas de ellas en estado de amenaza y protección especial, se encuentran en riesgo frente a la creciente contaminación de la cuenca del Alto Atoyac, principalmente ante la dispersión de metales pesados, coincidieron especialistas de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
En conferencia de prensa, la investigadora Ligia Catalina Muñoz Arenas, doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma de Tlaxcala, señaló que Puebla capital alberga el humedal más importante del estado, el cual es incluso reconocido por la convención Ramsar, que enlista a los humedales más relevantes del planeta.
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Este espacio, sin embargo, se ve amenazado por la creciente contaminación de la cuenca, que desciende principalmente de los ríos Atoyac, Xochiac y Alseseca.
La catedrática de la UPAEP reveló que investigaciones recientes hechas por esa casa de estudios demostraron que los metales pesados ya ingresan a los organismos de algunas aves, principalmente anátidas. Esto ocurre a través del agua que consumen, pero también de las especies vegetales que absorben estas sustancias.
Aunado a ello, la especialista indicó que este sitio Ramsar ofrece a la ciudad de Puebla y la zona metropolitana varios servicios ambientales. No obstante, sus alcances no se limitan a esa región, pues el agua almacenada en la presa de Valsequillo, que es donde se encuentra el humedal, sirve para regar varias toneladas de cultivo en el distrito de Tecamachalco.
Por ese motivo, Muñoz Arenas alertó que la contaminación de la cuenca y del humedal, no sólo dañan la flora y fauna que ahí converge, sino que también constituye riesgos de salud para la población, no sólo la que vive en las cercanías del río, sino también la que consume los alimentos regados con estas aguas.
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un metal pesado es “un elemento químico metálico o metaloide que es tóxico para el medio ambiente y para el ser humano”. Esta situación se agrava cuando la sustancia se esparce en altas concentraciones.
Según la convención Ramsar, en Valsequillo se encuentran 283 especies de animales de todo tipo, incluidas migratorias, de las cuales el 82 por ciento son aves. Aunado a ello, viven 80 especies de flora.
Cabe recordar que El Sol de Puebla documentó en marzo pasado que, según especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Humedal de Valsequillo es una “gran planta tratadora de aguas”, principalmente gracias a las propiedades de su lirio acuático.
El problema, sin embargo, es que no existe un plan de manejo para esta especie vegetativa, lo que implica que su crecimiento sea desmedido, y ello afecte sus funciones purificadoras.
Por su parte, Raciel Flores Quijano, ingeniero químico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) e investigador de la UPAEP, señaló que la contaminación del humedal sólo puede solucionarse de origen, es decir, si las industrias que contaminan la cuenca llevan a cabo procesos de saneamiento.
Finalmente, el académico enfatizó que el Río Atoyac es el segundo raudal más contaminado de México, y aseguró que es necesario multiplicar esfuerzos entre Puebla y Tlaxcala, pues detalló que, cuando un agente contaminante no hace nada para enmendar su acción, los esfuerzos de quienes sí lo hacen se ven afectados.