Temporadas de lluvias como la actual suelen ser beneficiosas para quienes se dedican a la reparación de llantas y rines de automóviles, los talacheros, pues la proliferación de baches y la acumulación de agua que muchas veces los hace imposibles de ver incrementan la cantidad de vehículos averiados cuyos propietarios recurren a sus servicios para arreglar los daños.
Conductores y talacheros de la zona metropolitana de Puebla comparten sus experiencias ante el deterioro de la cinta asfáltica en esta temporada de lluvias y coinciden en que tanto hoyo representa un peligro constante para las personas y sus vehículos.
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“La llanta siempre se poncha, ya sea en seco o en lluvia es lo mismo, hubo una temporada que en seco hubo mucho bache también, y pues siempre la gente dice que se ponchan más en lluvia, ahorita lo que los daña más son los baches porque ahorita tienen agua y no los ven”, señala Juan Carlos Tlapalama, talachero ubicado en el centro de la ciudad de Puebla.
Diana Méndez es conductora en el municipio de Puebla y sus traslados habituales son de su casa a la escuela de su hija, trayecto en el cual se ve obstaculizada por la proliferación de baches en las calles.
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“Siempre en temporada de lluvias hay baches, pero los baches en esta temporada de verdad son unos hoyos tremendos, son hoyos muy muy grandes que si esquivas uno te vas a otro”, señala Méndez.
Para la ciudadana llega a ser imposible en ocasiones esquivar las fallas que se encuentran en el pavimento, ya que los hoyos llegan a ser tan grandes que es inevitable caer en ellos, además de que en avenidas de alto tránsito si se esquiva un bache podría llegar a chocar con otro vehículo.
“Te los vas aprendiendo porque lamentablemente no los reparan en seguida, pasas y al siguiente día ahí sigue y cuando ves es más grande, prácticamente te lo aprendes y ya sabes mejor por dónde esquivarlo para no caer en él”, agrega Méndez.
Desde el punto de vista de esta conductora se ve muy poco interés por parte de las autoridades correspondientes, señalando que han acabado con las iniciativas públicas que atacaban este tipo de problemas.
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“La aplicación Alerta contigo te permitía reportarlo y aparentemente yo sí veía respuesta, pero pues definitivamente ahora esa aplicación no funciona y parece que de plano ya no les interesa mucho o ellos parece que no anduvieran en las calles y no supieran la cantidad de hoyos que hay por todos lados”, lamenta.
Juan Sánchez Cano, talachero que tiene su negocio en el norte de la ciudad, por la zona de Galerías Serdán, señala que en la temporada de lluvias recibe una mayor cantidad de clientes, quienes resultan afectados por motivos diferentes, ya sea que cayeron en un hoyo o que traen un clavo atorado en la llanta.
Los automovilistas se ven afectados de modo que se revientan sus llantas y se doblan sus rines. Sánchez atribuye este incremento en siniestros a factores distintos, “los baches, el agua jala todo, todos los clavos, el conductor no ve porque los baches están llenos de agua”.
El Sol de Puebla tuvo la oportunidad de entrevistar a un ciudadano, quien prefirió mantener su nombre anónimo, que se encontraba en una talachería reparando la llanta delantera de su vehículo, que había explotado después de caer en un bache.
A pesar de los esfuerzos del conductor por evitar caer en los hoyos que se pueden ver por toda la ciudad de Puebla, sus tácticas resultaron poco efectivas, “tomamos vías alternas nada más, otras vías que realmente nos sacan a otro lugar, pero igual hay baches, por donde sea que te intentes ir aquí en Puebla hay baches”, resalta.
“Que compongan las calles porque la mayoría ya se accidenta en el aspecto de caer en un bache, motociclistas a veces, inclusive no ven los baches, se van y se voltean, nada más pido que compongan las calles, que las dejen parejas”, concluye el automovilista afectado.
¿Cuánto cuesta reparar una llanta?
Los precios que cobran los talacheros por reparar una llanta dañada tras caer en un bache oscilan entre 90 y 600 pesos, lo que depende del grado de afectación sufrido por el neumático.
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Eso solo en caso de que la llanta tenga reparación, si no, debe comprarse una nueva, cuyo costo varía según el tamaño y la marca de la empresa que la fabrique.