Armas cortas, largas y granaderos hicieron del Cuauhtémoc un búnker hoy viernes cuando Puebla recibía a Santos por la jornada 11. Todo para salvaguardar la seguridad de los asistentes al dos veces mundialista, donde aún se disfruta en familia el futbol, aunque cueste creerlo.
La seguridad fue tal que hasta el gobernador Luis Miguel Barbosa se retrató en la grada del estadio con la barra cumpliendo su palabra de seguir el duelo con la porra, dándose un baño de pueblo.
Si bien la imagen de policías y agentes dentro y fuera del estadio se asemejaba más a la de un mitin político por toda esa fuerza desplegada para que nadie se saliera del huacal o todo transcurriera con normalidad, dotaba a los aficionados de seguridad para darse cita al estadio… aún a pesar de lo fresco de Querétaro.
“Cuando escuché cómo iba a estar el asunto y toda la seguridad me animé a traer a mi hijo porque el futbol se disfruta en familia. El futbol es un deporte, sólo eso y no hay que ver más allá de eso”, comentó Mario tomando del brazo a su pequeño.
“Si te portas mal habrá consecuencias”, secundó el junior como reflexionando del comportamiento de cada uno de los fanáticos.
Y es que esta vez a chicos y grandes se les oscultó para ingresar al estadio como pocas veces, pero como siempre debió de haber sido. Aunque bien reza el refrán, “ahogado el niño y a tapar el pozo”; más real... Imposible.
TODO EN ORDEN
Pero cómo no iba a ver un operativo de primera si la plana mayor de la política del estado o de la ciudad se dio cita en el Cuauhtémoc, al menos así lo hizo el edil municipal Eduardo Rivera, quien ya entrado en calor hasta se atrevió con el marcador. Luego en un tono más serio habló de los primeros reportes de las acciones previstas para el viernes.
”El Puebla lo gana 2-0. La gente ha respondido bien a este operativo que ha trabajado en tres perímetros y hasta ahora todo se ha llevado en orden”, dijo.
Por su parte, el gobernador Luis Miguel Barbosa sorprendió retratándose en el estadio con las barras de La Franja. El ejecutivo disfrutó el duelo en gayola, como uno más, como supervisando de primera mano el comportamiento de los fanáticos más ultras del Puebla.