“Hoy es el informe de Eduardo Rivera y me toca hablar bien de él, ¡pues ni modo que no!”
Con estas palabras abrió el gobernador Miguel Barbosa su participación en el informe del presidente municipal de Puebla.
“Nuestra amistad no tiene nada de misteriosa, somos amigos desde hace más de 20 años. Nos conocimos cuando fuimos diputados, en la 58 legislatura”, dijo después, para responder la cortesía previa de su anfitrión y completar esa parte que, en tono de broma, pero muy en serio, Eduardo Rivera resaltó al reconocer la sorpresa, muchas veces contagiada de intriga, que provoca entre los integrantes de la clase política su buena relación.
“Eduardo Rivera sigue remarcando nuestra misteriosa amistad, sospechosa, que no tiene nada de misteriosa”, expuso Barbosa, bromista, para generar la risa de los asistentes al Centro de Convenciones, entre quienes figuraron Marko Cortés, líder nacional del PAN; Jesús Zambrano, presidente del PRD, y Carolina Viggiano, secretaria general del CEN del PRI, en representación y ausencia de Alejandro Moreno, a quien los opositores ya no quieren ver ni en pintura.
Santiago Creel Miranda no pudo escucharlo porque partió del inmueble inmediatamente después del final del discurso del presidente municipal.
Barbosa llamó destacado, lúcido e inteligente a Eduardo Rivera y remató el episodio de correspondencia de elogios con una frase que volvió a provocar la risa del público:
“Mi querido Eduardo, en este día le voy a decir que sí a todo”.
Luego vino un ligero cambio de tono en el mensaje para dejar en claro que, aunque muy amigos y camaradas, para usar el lenguaje de la cuatroté, uno es presidente municipal de la ciudad de Puebla y otro gobernador de todo el estado, con un mayor ámbito de competencia, una mayor responsabilidad y mejores recursos de ejercicio público para responderle a los poblanos:
“Dice Eduardo Rivera que a la labor que hace el municipio se suma el gobierno del estado, es al revés”.
“Me pide que apoyemos a la seguridad pública. Quien hace el combate frontal a la delincuencia es el gobierno del estado, no son los municipios”.
“Dice que está cambiando el rumbo de Puebla, pero de la ciudad, porque del estado lo estoy haciendo yo”.
Usó las palabras exactas para poner en perspectiva quién es cada quién.
No fue rudo, tampoco agresivo, e incluso mantuvo la línea amigable con su anfitrión:
“Celebro que esté gobernando Eduardo Rivera, que haya estilos distintos de gobernar en el estado, respeto a todos y los hago míos. Soy un gobernador que cree en la democracia”.
Para concluir hizo dos comentarios que se llevaron la nota del mensaje.
El primero fue dirigido al regidor Carlos Montiel, quien, en representación del Cabildo, minutos atrás, se asumió como un ciudadano apartidista para tratar de darle legitimidad a su contestación del informe:
“Se para qué son los informes, mi querido Carlos. Hace mucho dejaron de ser actos ciudadanos”.
Montiel, que fue presidente de ese Consejo Coordinador Empresarial que le dio la espalda a Barbosa para apoyar a Martha Erika Alonso en la elección de gobernador de 2018, palideció frente a la alusión.
Ya en la comida, terminado el informe, tuvo que ser consolado por Herberto Rodríguez Regordosa y Rubén Furlong Martínez.
La segunda y última de sus expresiones tuvo como destinatario al edil y a todos sus invitados:
“Eres libre, Lalo. La primera vez que es libre siendo alcalde”.
El gobernador se refirió al primer periodo de Eduardo Rivera como presidente municipal, entre febrero de 2011 y febrero de 2014, cuando gobernó sometido a los deseos del extinto Rafael Moreno Valle.
Sin el senador Alejandro Armenta, sin el diputado federal Ignacio Mier, sin las corcholatas del gobernador en el recinto, los reflectores políticos fueron todos para Eduardo Rivera, que antes de que hablara Barbosa reconoció, entre líneas, pero lo hizo, estar puesto y dispuesto para competir por la gubernatura en la elección que viene:
“Y para quienes me preguntan acerca del futuro, les digo que los tiempos y las circunstancias cambian constantemente y las luchas también. Un Político debe estar preparado para los retos por venir, y yo soy un hombre de lucha que siempre está listo para afrontar las batallas que vengan. Dios y el tiempo abrirán el camino y los ciudadanos siempre tendrán la última palabra”, expresó.
