La falta de infraestructura tecnológica que dejó al descubierto la pandemia por Covid-19, abrirá más la brecha de desigualdad en conocimiento, modificará el modelo de enseñanza a docentes y obligará a los padres de familia estar más al pendiente de la formación educativa, consideraron los académicos de la Universidad Iberoamericana, Laura Angélica Bárcenas Pozos y Juan Martín López Calva, de UPAEP.
Los académicos refirieron que “la escuela no puede llevarse a casa” y que durante esta contingencia habrá consecuencias en la pérdida de más de 30 por ciento del actual curso y acrecentará la marginación en poblaciones vulnerables por su condición económica.
“Siempre hay un rezago educativo. Si los chicos de ciudades avanzan y los de comunidades indígenas no avanzan, la brecha de educación será mayor. El rezago de tres meses no me preocupa, me preocupa, la distancia, la brecha entre los niños que tienen apoyo y los que no los tienen”, comentó Angélica Bárcenas, académica de Investigación y Posgrados de la Universidad Iberoamericana.
En su opinión, los retos de la educación actual es dar el acompañamiento a los menores de edad en las actividades escolares.
“Esto en las comunidades rurales e indígenas es muy complicado. En ocasiones, los niños tienen más conocimiento que los padres, entonces si no hay profesores, no habrá aprendizajes, se necesita de la mediación. El aprendizaje se da entre una persona que sabe y otra que no”.
Durante este momento de la contingencia, consideró que sería recomendable terminar con el estrés de maestros, alumnos y padres de familia para cumplir con el plan de estudios, pues es mejor parar y reforzar las habilidades matemáticas, de lectura y escritura de los alumnos.
“Mi recomendación es que los padres que puedan trabajar sus habilidades de matemáticas y lectoescritura las trabajen y los que no, mejor que ni lo intenten”, agregó al decir que también se debe de fomentar en los niños la educación individual.
Angélica Bárcenas señaló que dado que aún no hay cura para atender el Covid-19 se deben de modificar los modelos de aprendizajes y, sobre todo, la infraestructura de internet porque ha alejado más la igualdad social.
“Los gobiernos de todos los niveles tienen que atender ese tema, tienen abandonadas a las escuelas de zonas rurales e indígenas, tienen que dotarlas de internet para no aumentar el rezago y los programas para que los niños sean más autónomos e independientes”.
MAESTROS, CON MÁS CARGA
Por su parte, Juan Martín López Calva, Decano de Artes y Humanidades de la UPAEP, señaló que con el modelo de educación en línea hay más carga laboral administrativa para los maestros.
“Hay desafíos importantes, se les está exigiendo de manera excesiva a los profesores con los reportes, la carga que tenían es mayor y al reto se añade la burocratización del aprendizaje desde casa”, comentó.
Agregó que existe un desafío, más allá de la tecnología y la pedagogía, para que los niños que están encerrados en su casa realmente aprendan: “(con la contingencia sanitaria) si va haber una perdida, no tan grave, pero si no habrá el mismo nivel de aprendizaje”.
Para el académico, este momento es primordial para renovar el pacto entre la familia, maestros y niños y en el regreso a clases, establecer los nuevos horarios y medidas sanitarias para prevenir el coronavirus.