/ lunes 29 de julio de 2024

Brigadistas forestales, una labor entre la adrenalina y la crítica social

Puebla acumuló 427 incendios forestales que afectaron 18 mil 622 hectáreas, siendo las áreas herbáceas y de arbustos las más dañadas

Adrenalina y desesperación son de los sentimientos que invaden a Francisco Espinoza López y Jonathan Hernández Castillo cuando están combatiendo las llamas de los incendios forestales. Ambos brigadistas de la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT) compartieron su experiencia en la temporada de siniestros más complicada en la historia de Puebla, ya que en un solo día se llegaron a tener 26 activos.

Ambos hombres son integrantes de las 13 brigadas Coyote que existen en la entidad, Francisco está adscrito a la 11 con base en Tlachichuca y Jonathan a la cuatro, con sede en La Fragua. Los dos enfrentaron incendios de gran magnitud y riesgo en la pasada temporada de sequía, por lo que también expresaron su preocupación por los efectos que esto representa en materia de cambio climático.

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Francisco estuvo al mando de su brigada para combatir el incendio en el Cerro de La Cañada, que se registró en abril pasado en Libres afectando a tres comunidades y dejando un saldo de dos brigadistas voluntarios muertos, debido a que no acataron las instrucciones de las autoridades al mando; mientras que Jonhatan se enfrentó al ocurrido en La Fragua y que estuvo activo más de una semana.

Combatir el fuego, gusto por la adrenalina.

Jonathan de 37 años de edad recuerda las jornadas de su padre como combatiente, que lo inspiraron a seguir sus pasos y a incorporarse, primero como voluntario y después como integrante oficial y segundo al mando de la brigada, en donde lleva 14 años de servicio.

“Es la adrenalina y el gusto, porque mi papá trabajaba en incendios y yo lo veía que se iba y decía: yo también quiero andar apagando incendios, veía mucha adrenalina en eso”, comentó.

El brigadista señala que es un trabajo pesado en el que se llega a laborar todo el día durante la temporada de estiaje, que es cuando la falta de humedad y los vientos provocan que el fuego se genere y extienda de forma más fácil en las zonas boscosas, además de que implica diversos riesgos, ya que además del fuego existen derrumbes o colapsos de árboles.

“Por ejemplo, tuvimos un incendio en Francisco I. Madero en donde hicimos seis horas para llegar al incendio caminando, o sea nos echamos medio día para caminar llegar y combatirlo unas cinco o seis horas y caminar de regreso para llegar a la camioneta por lo menos ocho o nueve de la noche”, relató.

El brigadista señala que es un trabajo pesado en el que se llega a laborar todo el día durante la temporada de estiaje. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

Francisco Espinosa señaló que quienes trabajan combatiendo incendios tienen claro los riesgos a los que se enfrentan y por eso se capacitan constantemente y, sobre todo, se encomiendan a Dios durante cada jornada.

“Desde que salimos cada mañana a combatir cualquier incendio siempre nos encomendamos, somos católicos la mayoría de los combatientes y siempre pedimos regresar, a la hora que sea pero regresar porque como hemos vivido con algunos compañeros y voluntarios no quisiéramos que pasara en nuestras vbrigadas en ningún lado (un deceso)”, dijo.

Añadió que aunque las jornadas de trabajo son muy largas y cansadas porque deben realizar brechas corta fuego quitando maleza que es difícil de arrancar, bajo el calor intenso y la presión de saber que las llamas pueden propagarse, la mayor recompensa es cuando las tareas de combate concluyen en saldo blanco.

“Son jornadas largas, muy cansadas pero muy satisfactorias, cuando nosotros terminamos un incendio en saldo blanco, sin ningún incidente nos llena de satisfacción, porque logramos salvar mucho del medio ambiente”, remarcó.

Lidian con críticas e intervención errónea de voluntarios

Ambos combatientes consideraron que una de las dificultades a las que más se enfrentan es la crítica social y la ayuda inadecuada de los voluntarios, que terminan poniéndose en riesgo al combatir las llamas sin seguir las recomendaciones de los expertos.

“Hay mucha gente que piensa que es nuestro trabajo y piensa que llegamos y por arte de magia tenemos que apagarlo, que llegamos y ya debe estar liquidado el incendio, hay gente que piensa así y desafortunadamente llegamos a lugares en donde la gente nos dice groserías, nos trata mal, pero nosotros sabemos nuestro trabajo y el riesgo que se corre”, dijo Jonathan”,

“El problema es es cuando va la gente voluntaria y quiere meterse a combatir en puntos de mucho riesgo, en donde se les explica que no deben estar y aún así dicen hay que apagarlo y van, entonces a veces nosotros tenemos que estar lidiando con el incendio y con la gente y se nos complica en esa situación”, añadió Francisco.

Los brigadistas consideraron que es necesario que continúen realizándose capacitaciones en materia de combate. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

Los brigadistas consideraron que es necesario que continúen realizándose capacitaciones en materia de combate a siniestros en zonas forestales en las distintas regiones de la entidad, para que la población sepa cómo colaborar sin ponerse en riesgo y, sobre todo, sin obstaculizar la labor de los expertos.

Lo anterior, porque remarcaron que la temporada pasada evidenció que los incendios son más peligrosos debido al aumento de la temperatura, que facilita que el combustible, es decir la maleza seca, pueda encender con mayor facilidad, de tal forma que en condiciones de vientos fuertes las llamas de propagan muy rápido.

“Por ejemplo, en un incendio en La Trinidad llevábamos brecha corta fuego y no nos dábamos cuenta que el incendio nos estaba dando la vuelta, como es un cerro en forma de pico entramos por un flanco pero el incendio comenzó a rodearnos y salió por otro flanco, detrás de nosotros, entonces fue de los más peligrosos que tuvimos y es donde entra la desesperación de saber que vamos a hacer y pensar que hicimos mal”, comentó Jonathan.

Llaman a la conciencia social

Los hombres dedicados a proteger los bosques del fuego, apelaron a la consciencia social para evitar que en la próxima temporada de sequía aumente la cifra de siniestros, debido a que cualquier trabajo de combate resulta insuficiente para resarcir el daño a la naturaleza.

Para Francisco existe un gran sentimiento de impotencia cuando se da cuenta que el incendio que está combatiendo fue provocado por alguien, ya que considera que cualquier persona debería pensar en las nuevas generaciones.

“A veces es impotencia porque nosotros decimos ya cómo están las condiciones climáticas y ¿cómo puede haber gente mala que se atreve a hacer este tipo de actos, que no tiene consciencia de lo que estamos viviendo?”, dijo el también padre de dos hijos.

Por su parte, Jonathan consideró que todavía hay personas que acuden al bosque con la intención de realizar quemas en sus parcelas y prepararlas para la siembra o simplemente dejan una fogata sin apagar correctamente, lo que da pauta al inicio de las conflagraciones, por lo que insistió en que se necesita capacitar más a la población.

Puebla acumuló 427 incendios forestales que afectaron 18 mil 622 hectáreas. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

Suma Puebla 427 incendios forestales

Con corte al pasado 11 de julio, Puebla acumuló 427 incendios forestales que afectaron 18 mil 622 hectáreas, siendo las áreas herbáceas y de arbustos las más dañadas por el fuego, con un total de 9 mil 302 y 8 mil 389 hectáreas, respectivamente.

Con lo anterior, la entidad se ubicó en el quinto lugar a nivel nacional con el mayor número de incendios forestales, aunque no figuró entre los 10 estados que registraron más siniestros en zonas con vegetación sensible al fuego.

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Finalmente, la entidad reportó un total de 23 mil 41 personas involucradas en el combate a incendios forestales, de las cuales la mayoría fueron voluntarios, con 10 mil 835, seguidos de personal del gobierno estatal, con 2 mil 975 y oficiales de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) con mil 537.

Adrenalina y desesperación son de los sentimientos que invaden a Francisco Espinoza López y Jonathan Hernández Castillo cuando están combatiendo las llamas de los incendios forestales. Ambos brigadistas de la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT) compartieron su experiencia en la temporada de siniestros más complicada en la historia de Puebla, ya que en un solo día se llegaron a tener 26 activos.

Ambos hombres son integrantes de las 13 brigadas Coyote que existen en la entidad, Francisco está adscrito a la 11 con base en Tlachichuca y Jonathan a la cuatro, con sede en La Fragua. Los dos enfrentaron incendios de gran magnitud y riesgo en la pasada temporada de sequía, por lo que también expresaron su preocupación por los efectos que esto representa en materia de cambio climático.

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Francisco estuvo al mando de su brigada para combatir el incendio en el Cerro de La Cañada, que se registró en abril pasado en Libres afectando a tres comunidades y dejando un saldo de dos brigadistas voluntarios muertos, debido a que no acataron las instrucciones de las autoridades al mando; mientras que Jonhatan se enfrentó al ocurrido en La Fragua y que estuvo activo más de una semana.

Combatir el fuego, gusto por la adrenalina.

Jonathan de 37 años de edad recuerda las jornadas de su padre como combatiente, que lo inspiraron a seguir sus pasos y a incorporarse, primero como voluntario y después como integrante oficial y segundo al mando de la brigada, en donde lleva 14 años de servicio.

“Es la adrenalina y el gusto, porque mi papá trabajaba en incendios y yo lo veía que se iba y decía: yo también quiero andar apagando incendios, veía mucha adrenalina en eso”, comentó.

El brigadista señala que es un trabajo pesado en el que se llega a laborar todo el día durante la temporada de estiaje, que es cuando la falta de humedad y los vientos provocan que el fuego se genere y extienda de forma más fácil en las zonas boscosas, además de que implica diversos riesgos, ya que además del fuego existen derrumbes o colapsos de árboles.

“Por ejemplo, tuvimos un incendio en Francisco I. Madero en donde hicimos seis horas para llegar al incendio caminando, o sea nos echamos medio día para caminar llegar y combatirlo unas cinco o seis horas y caminar de regreso para llegar a la camioneta por lo menos ocho o nueve de la noche”, relató.

El brigadista señala que es un trabajo pesado en el que se llega a laborar todo el día durante la temporada de estiaje. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

Francisco Espinosa señaló que quienes trabajan combatiendo incendios tienen claro los riesgos a los que se enfrentan y por eso se capacitan constantemente y, sobre todo, se encomiendan a Dios durante cada jornada.

“Desde que salimos cada mañana a combatir cualquier incendio siempre nos encomendamos, somos católicos la mayoría de los combatientes y siempre pedimos regresar, a la hora que sea pero regresar porque como hemos vivido con algunos compañeros y voluntarios no quisiéramos que pasara en nuestras vbrigadas en ningún lado (un deceso)”, dijo.

Añadió que aunque las jornadas de trabajo son muy largas y cansadas porque deben realizar brechas corta fuego quitando maleza que es difícil de arrancar, bajo el calor intenso y la presión de saber que las llamas pueden propagarse, la mayor recompensa es cuando las tareas de combate concluyen en saldo blanco.

“Son jornadas largas, muy cansadas pero muy satisfactorias, cuando nosotros terminamos un incendio en saldo blanco, sin ningún incidente nos llena de satisfacción, porque logramos salvar mucho del medio ambiente”, remarcó.

Lidian con críticas e intervención errónea de voluntarios

Ambos combatientes consideraron que una de las dificultades a las que más se enfrentan es la crítica social y la ayuda inadecuada de los voluntarios, que terminan poniéndose en riesgo al combatir las llamas sin seguir las recomendaciones de los expertos.

“Hay mucha gente que piensa que es nuestro trabajo y piensa que llegamos y por arte de magia tenemos que apagarlo, que llegamos y ya debe estar liquidado el incendio, hay gente que piensa así y desafortunadamente llegamos a lugares en donde la gente nos dice groserías, nos trata mal, pero nosotros sabemos nuestro trabajo y el riesgo que se corre”, dijo Jonathan”,

“El problema es es cuando va la gente voluntaria y quiere meterse a combatir en puntos de mucho riesgo, en donde se les explica que no deben estar y aún así dicen hay que apagarlo y van, entonces a veces nosotros tenemos que estar lidiando con el incendio y con la gente y se nos complica en esa situación”, añadió Francisco.

Los brigadistas consideraron que es necesario que continúen realizándose capacitaciones en materia de combate. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

Los brigadistas consideraron que es necesario que continúen realizándose capacitaciones en materia de combate a siniestros en zonas forestales en las distintas regiones de la entidad, para que la población sepa cómo colaborar sin ponerse en riesgo y, sobre todo, sin obstaculizar la labor de los expertos.

Lo anterior, porque remarcaron que la temporada pasada evidenció que los incendios son más peligrosos debido al aumento de la temperatura, que facilita que el combustible, es decir la maleza seca, pueda encender con mayor facilidad, de tal forma que en condiciones de vientos fuertes las llamas de propagan muy rápido.

“Por ejemplo, en un incendio en La Trinidad llevábamos brecha corta fuego y no nos dábamos cuenta que el incendio nos estaba dando la vuelta, como es un cerro en forma de pico entramos por un flanco pero el incendio comenzó a rodearnos y salió por otro flanco, detrás de nosotros, entonces fue de los más peligrosos que tuvimos y es donde entra la desesperación de saber que vamos a hacer y pensar que hicimos mal”, comentó Jonathan.

Llaman a la conciencia social

Los hombres dedicados a proteger los bosques del fuego, apelaron a la consciencia social para evitar que en la próxima temporada de sequía aumente la cifra de siniestros, debido a que cualquier trabajo de combate resulta insuficiente para resarcir el daño a la naturaleza.

Para Francisco existe un gran sentimiento de impotencia cuando se da cuenta que el incendio que está combatiendo fue provocado por alguien, ya que considera que cualquier persona debería pensar en las nuevas generaciones.

“A veces es impotencia porque nosotros decimos ya cómo están las condiciones climáticas y ¿cómo puede haber gente mala que se atreve a hacer este tipo de actos, que no tiene consciencia de lo que estamos viviendo?”, dijo el también padre de dos hijos.

Por su parte, Jonathan consideró que todavía hay personas que acuden al bosque con la intención de realizar quemas en sus parcelas y prepararlas para la siembra o simplemente dejan una fogata sin apagar correctamente, lo que da pauta al inicio de las conflagraciones, por lo que insistió en que se necesita capacitar más a la población.

Puebla acumuló 427 incendios forestales que afectaron 18 mil 622 hectáreas. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

Suma Puebla 427 incendios forestales

Con corte al pasado 11 de julio, Puebla acumuló 427 incendios forestales que afectaron 18 mil 622 hectáreas, siendo las áreas herbáceas y de arbustos las más dañadas por el fuego, con un total de 9 mil 302 y 8 mil 389 hectáreas, respectivamente.

Con lo anterior, la entidad se ubicó en el quinto lugar a nivel nacional con el mayor número de incendios forestales, aunque no figuró entre los 10 estados que registraron más siniestros en zonas con vegetación sensible al fuego.

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Finalmente, la entidad reportó un total de 23 mil 41 personas involucradas en el combate a incendios forestales, de las cuales la mayoría fueron voluntarios, con 10 mil 835, seguidos de personal del gobierno estatal, con 2 mil 975 y oficiales de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) con mil 537.

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