El rezago del Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Puebla para expedir todos los permisos relacionados con la construcción de obras en la capital, provocó que barrancas de la zona metropolitana se conviertan en tiraderos clandestinos de material de construcción, lo que representa una bomba de tiempo que podría detonar en tragedias por desastres naturales y contaminación del agua que se consume en la capital.
De las 30 afluentes y barrancas que conforman la hidrología superficial del municipio de Puebla, por lo menos cinco están identificadas como puntos donde se tiran de forma clandestina los desechos de construcción y otros cinco con alertas de contaminación generada por la población aledaña.
Se trata de la Barranca Temaxcala, Barranca Honda, afluentes de la Barranca Honda, Barranca de Xonacatepec, Barranca de San Diego Álamos, así como Barranca Tlaloxtoc, Barranca Manzanilla, Barranca El Santuario, Barranca Actipan y Barranca Xaltonac.
En un recorrido realizado por El Sol de Puebla en algunos de estos puntos, se comprobó la existencia de material de construcción que fue tirado en las laderas, lo que confirma el paso de camiones que acuden a estos puntos a depositar el cascajo de forma irregular.
En Barranca Honda, el nivel del escombro ya alcanza la copa de algunos árboles que se encuentran en la zona y junto a la montaña de cascajo se encuentran un par de viviendas que vigilan los movimientos alrededor.
Para llegar a ese punto se accede por la carretera federal a Tlaxcala hasta llegar a un camino de terracería que es el paso diario de varias pipas que se abastecen en una propiedad aledaña.
En la Barranca de Xonacatepec la cantidad de escombro visible es menor, sin embargo, las huellas de los camiones y máquinas que removieron el escombro está fresca, pues incluso se construyó un pequeño puente con ese material para cruzar un pequeño afluente que atraviesa por ahí.
UNA BOMBA DE TIEMPO
Para el especialista en desarrollo urbano y catedrático de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP), Octavio Flores Hidalgo, el desecho de material de construcción en barrancas representa una “bomba de tiempo” que podría desencadenar tragedias durante un desastre natural o agravar la contaminación del agua que se consume en la capital.
“De manera natural el agua va acarreando escombro y basura de lo que va cayendo, de obras de ramas que van cayendo, y se va generando una gran masa al encontrarse basura en general, además de los escombros, se van haciendo unas represas que van a generar una tremenda contaminación. Si a eso le sumamos los procesos de deforestación y la falta de zona de inmersión del agua para poder recargar el acuífero, lo que tenemos ahí en nuestras barrancas es una bomba de tiempo”.
Explicó que hay dos causas de peligro específicas en estos casos, el primero es la posibilidad de deslaves en estas barrancas a causa de las inundaciones que se puedan generar por el reblandecimiento de la tierra, provocado por que el escombro y material de construcción evita que el agua se filtre al acuífero de manera natural.
La segunda es que el material arrojado rellena las barrancas y genera más espacio de suelo, mismo que es utilizado por personas que se asientan a las orillas con la falsa idea de que es seguro.
“Si nosotros empezamos a echar desechos como lo hemos hecho hasta la fecha, rellenando barrancas, pasan dos cosas muy peligrosas. Una es que se azolva la barranca y a la larga son taponamientos que van a generar deslaves o venidas fuertes de corrientes de agua. Luego es la confianza de la gente, se empieza a asentar en los márgenes de la barranca y en eso es una zona inestable e insegura”.
En el caso de la contaminación del agua, el especialista advirtió de la cantidad de químicos que contienen algunos materiales de construcción como el cemento o el fierro y que derivan en un “caldo de cultivo” que absorbe el subsuelo.
“La gran ventaja de la cal es que quema las bacterias, pero ya no estamos usando cal, estamos usando cemento, están desechando asbesto, están tirando fierro, todo eso es un caldo de cultivo de químicos que lo va a absorber el subsuelo”.
TRÁMITES DETENIDOS GENERAN CORRUPCIÓN
De acuerdo con información obtenida por El Sol de Puebla, hay un total de 789 trámites detenidos porque el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Puebla No han liberado las autorizaciones, de los cuales 189 son rezago de personas que iniciaron el trámite cuando estaba vigente el convenio de expediente único y las 600 restantes son trámites independientes, además de 340 regularizaciones que se encuentran en auditoría.
Para una de las arquitectas que tiene en fila tres trámites pendientes y que pidió guardar el anonimato, este rezago provocó que muchos “gestores” aprovechen la situación para pedir “mordida” y agilizar la entrega de permisos.
“Hay un grupo de gestores y subieron la información de que por 2 mil 500 pesos están dando el resolutivo en 12 días hábiles, entonces son tres semanas y todavía tienes que pagar mordida”.
Detalló que son los permisos del banco de tiro, a cargo del gobierno estatal, así como la expedición de las licencias de construcción, a cargo del ayuntamiento, las que se encuentran paradas y frenan la reactivación económica qué hay alrededor del sector de la construcción.
“Son licencia de construcción y banco de tiro los que están parados, uno por el estado y otro por el municipio. No es que esté parada la obra, es que no puedes arrancar obra, entonces no generas empleos para los albañiles, para las casas de materiales, las compra-ventas, la de las memelas afuera de la obra, el pago de seguridad social de los trabajadores, el pago de impuestos”.
Otro de los empresarios del gremio, que también pidió no revelar su nombre, coincidió en que este rezago genera posibilidad de corrupción porque ahora son cinco trámites los que se tienen que hacer por separado y no solo uno como cuando había convenio.
“Ahorita como ya se venció este expediente único hay que regresar a las viejas prácticas de hacer trámite por trámite y ya en esa desesperación se da la corrupción porque como se tarda mucho, ya todo mundo te empieza a presionar para que sus trámites salgan y es cuando las cosas se empiezan a poner todavía peor”.
Agregó que los cambios en la Secretaría de Desarrollo Urbano municipal agravaron los problemas de rezago en los trámites por la llegada de personal nuevo.
“El panorama es muy malo para los que nos dedicamos a la construcción porque una es que está hecha un caos la dependencia, yo creo que por esta salida y que entró gente nueva, que sumada a la pandemia tienen un retraso terrible, lo que a mí me informan desde adentro es que no hay gente suficiente para poder atender”.