Huesitos u hojaldras, aquí la verdadera historia del origen del pan de muerto en México

Maritza Mena

  · martes 24 de octubre de 2017

Se acerca noviembre y la temporada de día de Muertos estápresente, desde la venta de flores de cempasúchil hasta laelaboración y venta de las hojaldras, que comenzó desde mediadosde octubre en diversas panaderías de la ciudad.

Los pueblos del México antiguo celebraban, entre finales deoctubre y principios de noviembre, el retorno, por un breveperiodo, a la tierra de los familiares y seres queridos fallecidos,fecha que también coincide con el fin del ciclo anual del maíz,cultivo predominante en el país.

Sin embargo, las hojaldras, tal como las conocemos ahora,nacieron cuando se incorporó el pan de hojaldre en el virreinato,solo que la figura evocaba a una calavera, con rostro definido yhuesos, y era más parecida a la que usan como estandarte losbarcos piratas, comparte el arqueólogo Eduardo Merlo.

Aunque algunos historiadores mencionan que el origen del pan demuerto se remonta a la época prehispánica, lo cierto es que nofue sino hasta el virreinato cuando este alimento se elaboró contrigo y azúcar.

Después de la Conquista, las comunidades indígenas colocabansus banquetes, pero ahora con pan hecho de trigo, cuyo nombreprovino del hojaldre originario de Francia. Fue así como dioinicio su popularidad y su hechura forma parte ahora de la ofrendadel día de Muertos, señala el especialista.

 

La hojaldra debe ser vista como un conjunto de elementos queconforman la ofrenda que evoca al tradicional festejo, mismo quedesde 2003 tiene la categoría de obra maestra de la humanidad,determinado así por la UNESCO.

Las imágenes del difunto, las veladoras, el banquete, lascalaveritas de azúcar, los objetos personales de la personafallecida, papel picado, copal, flores de cempasúchil, objetosreligiosos, un vaso de agua y por supuesto, el pan de muerto o lahojaldra, forman la ofrenda que ha de recibir a las almas de losdifuntos por un breve tiempo, según dicta la tradiciónprehispánica a la cual le fueron añadidos elementoscatólicos.

Hoy en día, agrega Merlo, las hojaldras han tenido unaevolución.

Ahora se aprecian panes redondos y en pocas ocasiones se llegana observar los huesos, bien definidos; además, los ingredientesque se usaban todavía en el virreinato eran mucho más finos.“Ha venido a menos, ahora (las hojaldras) no son tanfinas”.

Por desgracia para todos nosotros, no hay fotografías ni rastrode aquellos panes de muerto más parecidos al escudo de un barcopirata que a los panes redondos de los tiempos actuales, porque,habrá que recordar, cuando se elaboraban no se habían inventadoaún las cámaras fotográficas.