Stan Lee, el padre de todo

Creador de varios personajes de Marvel, como el Hombre Araña y Los Cuatro Fantásticos

Por Miguel Ángel Contreras Pérez

  · lunes 3 de diciembre de 2018

Recuerdo apurarme de niño haciendo mis tareas y deberes domésticos, portándome “bien”, juntando dinero como era posible, el cambio de esto, el cambio de aquello, ahorrando lo del recreo, vendiendo alguno que otro dibujo, todo ello para ir por historietas al puesto de periódicos que está en los portales del zócalo. Si bien aprendí a leer con Dumas, Verne, Salgari, clásicos que me atrajeron por las aventuras que desarrollaban en lugares lejanos y exóticos, era normal que siendo pequeño me resultara atractivo ver historias dibujadas, algunas en sepia como Kalimán por ejemplo (al él ya lo conocía por la radio), historieta que no tenía que comprar, porque mis hermanos la llevaban a casa.

Así que mi atención se centraba en las que venían a todo color, entre ellas El Sorprendente Hombre Araña y Los Cuatro Fantásticos, con las que me sumergí al maravilloso y adictivo mundo de Stan Lee.

Y ustedes dirán, hay muchos superhéroes, ¿por qué tanto escándalo por un creador de personajes?, ¿por qué la gente enloquece con tan solo escuchar este nombre?, ¿por qué tantas apariciones en series, cómics y películas? ¿Descubrió acaso la cura contra el cáncer? Bueno, la respuesta es larga como la cuaresma, pero empezaré por lo más simple y directo: Stan Lee humanizó a los superhéroes.

Antes de que Stanley Martin Lieber (nombre real de Stan) le pusiera temáticas emocionales a los personajes, el arranque de las historietas de este género —en los años 30 del siglo pasado—, liderado por Superman, nos mostraba a los superhéroes como dioses, seres poderosísimos, inalcanzables, a los que era casi imposible vencer. La Mujer Maravilla es una amazona griega con facultades extraordinarias, por ejemplo, o los que eran humanos como Bruce Wayne, alias Batman, traumados pero llenos de fortaleza y carácter inquebrantable —libres de problemas económicos— y, además, bellísimos físicamente. La empresa dueña de esta Liga de la Justicia era igual de fuerte que sus personajes, porque además era la principal distribuidora: Detective Comics (DC).

Aquí viene la parte interesante... ¿cuáles eran los puntos de identificación de los lectores con estos personajes tan non plus ultra? Las personas que consumían cómics de superhéroes antes de la era de Stan, lo hacían bajo la premisa de la adoración más que de lo aspiracional.

Si bien los personajes abanderaban una coqueta ideología norteamericana enfundada en buenos valores, los lectores quedaban rendidos ante las mitológicas y ajenas figuras, como en la antigüedad. Sí, recordemos que eso que marcó a las culturas de antaño era la adoración de dioses y seres poderosísimos que definían a placer el destino de la humanidad. Con Lee el tema quedó reducido a un asunto de niños y adolescentes.

HACER LA DIFERENCIA

El estilo de Stan, esa línea editorial tan inclusiva, se nota a partir de la aparición de Los Cuatro Fantásticos en los años 60, que fue su creación kamikaze, ya que consta en múltiples entrevistas que estaba a punto de tirar la toalla en la empresa Timely Comics (ahora Marvel), ya que no le había ido muy bien. En parte, uno de los bloqueos de Stan respondía a que él no quería ser reconocido como editor de cómics, porque él quería ser escritor serio, de libros, de ahí el seudónimo. Por otro lado, las presiones de la editorial por la competencia con DC pesaban demasiado. Los fans agradecemos el apoyo que le brindó su esposa Joan, dado que ella lo motivó a jugarse el todo por el todo, dando pie a las primeras temáticas emocionales.

A medida que fue avanzando en la creación de personajes, dejaron de ser acartonados, estableció más puntos de identificación con los lectores, los dilemas morales, la cotidianeidad, asuntos domésticos desarrollados en tramas tragicómicas a veces.

Hoy en día se habla mucho de ser inclusivo, pero Stan ya lo había hecho en los cómics. Impulsó la creación no solo de personajes femeninos, que ya se hacían cargo de resolver grandes conflictos, o incluso de ser el conflicto mismo, como Jean Gray de los X Men en su etapa peligrosa como Dark Phoenix (próximamente, solo en cines).


Introdujo personajes afroamericanos, como Luke Cage, que actualmente tiene una serie en Netflix, y ya que andamos en el vecindario, dijera el propio Stan, Matt Murdock, el abogado ciego que de noche es Daredevil, haciendo crossover eventualmente en el mismo servicio de streaming con Jessica Jones, una poderosa chica con problemas de alcoholismo, y ni se asusten, que Tony Stark, alias Iron Man, tuvo una etapa de copas. Ahí está lo humano de ellos: caer y luego levantarse para ayudar a la gente.

Stanley siempre mencionó que su personaje favorito era Peter Parker (El Hombre Araña), porque se veía reflejado en él de cuando era joven. Por eso le era fácil escribir sus historias. Y cuando ves que el personaje tiene problemas amorosos, económicos, escolares, etc., ¿a poco no te identificas con él en esa etapa de tu vida?


LOS PLAGIOS

Durante mucho tiempo se ha hablado de las dudas acerca de la autenticidad de las creaciones de Stan, que si tal personaje es plagio de este, que si estos otros son plagios de estos otros más. En mi opinión, no hay personajes originales, más bien diría que hay interpretaciones, unas muy buenas y otras pésimas. La verdad es que en el medio de los cómics se han copiado unos a otros, hasta de las joyas de la literatura, y mejor aún, lo han aceptado los propios autores. Así que cuando dicen que si le robó el crédito a sus colaboradores, o plagió cosas de la competencia, solo puedo decir que no hay nada nuevo bajo el sol.

¿Acaso Los Increíbles de Pixar no son una copia descarada de Los 4 Fantásticos? Solo cambian los poderes de lugar, y el hijo menor es el mutante más poderoso, con infinidad de poderes. Hasta el villano El Topo es de los primeros en salir en ese cómic. Y si a esas vamos, Thor, Odín (el padre de todo) y el Valhalla completo, vienen de la mitología nórdica. ¿Para qué nos hacemos patos?

El denominado rey de los cameos, ha salido en cómics, en series animadas, en las primeras series de Marvel, en series de otras compañías tales como Los Simpson, The Big Bang Theory, en una película de Pixar (Grandes Héroes), en fin, es tanto el respeto que le tienen en el medio, que la compañía que siempre ha sido competencia de Marvel, DC, lo invitó a hacer cameo en la película animada de Teen Titans Go!, y dos veces. Y sí, todavía saldrá en Vengadores 4 y Capitana Marvel.

Para concluir, les diré que la línea editorial de Stan Lee es tan definida que en las versiones cinematográficas los villanos están muy humanizados. No son los clásicos malos que solo buscan hacer el mal por el mal, o por ideologías comunistas, como se manejó durante las guerras. Dicen que solo basta una mala racha para transformar a cualquiera en una mala persona, o un día de furia. Ahí está Thanos, que sufrió en carne propia los conflictos y pérdidas generados por la sobrepoblación. Un día decide hacer algo radical asumiendo las consecuencias de sus actos.

Gracias, Stan Lee, por desarrollar y ser el hilo conductor del universo imaginario de Marvel, influyendo también a las otras compañías de cómics, a películas, a novelas gráficas, a series de televisión, a tantas y tantas generaciones que aprendieron que “todo gran poder trae consigo una gran responsabilidad”, por enseñarnos que los incomprendidos pueden ser héroes también. Gracias por hacernos olvidar nuestros problemas por un rato, ya sea emocionándonos teniendo un cómic en las manos o viendo una película en la majestuosidad del cine.

Ya estás con tu universo real, Joan, que se adelantó un año a tu partida.

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