“¿Sabes quién es el peor presidente del mundo? Juan Orlando Hernández”, compartió Jorge Alexander Valverde, un joven hondureño de 23 años de edad que por segunda ocasión transita ilegalmente México para llegar a Estados Unidos, porque en su país no existen derechos ni oportunidades para la población.
Esta madrugada llegó del sur del territorio un contingente de 500 personas que fue recibido en el templo de Nuestra Señora de la Asunción, con capacidad para mil personas. Ahí estaba Valverde, acompañado por Darwin Perdomo Martínez, de 17 años de edad.
Ambos coincidieron en que dejaron su país porque el presidente actual tiene “comprado” al Ejército, a la Suprema Corte de Justicia, a la Policía y a los diputados, por eso se mantiene en el poder a pesar de las múltiples demostraciones de rechazo de la población hacia su gobierno. Además, Perdomo comentó que son millones de personas las que viven en completa miseria.
En una localidad de Honduras, la Policía mató a 50 personas porque protestaron. “Allá si protestas te matan”, comentó un indocumentado que intervino en el relato de Valverde, quien aseguró que cuando no hay trabajo los jóvenes, sobre todo, son reclutados por las bandas criminales, la mayoría “maras”.
“Si quieres poner un negocio no puedes porque las bandas te piden cierta cantidad de dinero mensual y si no la das, te matan. Pagas dos rentas (impuestos)”, relató. De igual modo, dijo que la Caravana Migrante que se dirige a Estados Unidos está conformada por alrededor de 15 mil personas que han salido de su país por la violencia y la falta de oportunidades.
“Nadie quiere dejar su país”. Explicó que los ciudadanos han hecho todo lo posible para derrocar el régimen de Orlando, sin resultados porque aseguró que son precisamente los norteamericanos quienes apoyan el mandato del hondureño e incluso respaldaron su triunfo durante unas elecciones cuestionadas, las de 2013, cuando por cinco minutos se cayó el sistema y los resultados cambiaron. Alexander sostuvo que hubo fraude electoral, por eso ganó; además, ha hecho del país un lugar inhabitable para las clases económicas más desfavorecidas: “Allá en Honduras si no tienes dinero no eres nadie”.
A él le gusta hacer ejercicio y caminar, solía hacerlo cuando vivía en su país; ayer se dijo cansado de estar a pie, pero no pierde la esperanza de que Honduras se recupere. Da gracias por la hospitalidad y el apoyo de las personas de México, porque la primera vez que intentó cruzar el país casi pierde la vida y aunque la salvó, fue deportado al llegar a la frontera.