En promedio, cada día se obliga a 38 niñas a contraer matrimonio con hombres adultos y desconocidos, esto bajo la justificación de que ello constituye una expresión de usos y costumbres, evidenció la diputada federal de origen zapoteco, Eufrosina Cruz Mendoza.
“En este país las mujeres indígenas somos el problema y el asunto. No. Somos personas, y no somos grupos vulnerables; somos posibilidad y somos oportunidad (…) Me siento orgullosa de ser mujer y de ser indígena”, enunció con fuerza la tarde de este sábado 11 de marzo desde el Auditorio Metropolitano de la ciudad de Puebla.
Al presentar su ponencia titulada “Los derechos que la vida me negó”, la legisladora que representa los intereses del pueblo oaxaqueño en la Cámara de Diputados expuso en el último día del Festival de las Ideas 2023 (FID) que cada día hay niñas a quienes se les obliga a contraer nupcias contra su voluntad, no sólo en comunidades rurales o indígenas, sino también en las periferias de las grandes metrópolis.
Ante esa realidad, Cruz Mendoza propuso reformar el Código Penal Federal para tipificar como delito grave el matrimonio infantil. Será el próximo lunes cuando el Senado de la República defina el rumbo de las infancias, enfatizó la diputada.
Hizo hincapié en que la realidad que enfrentan cientos de niñas cada año es consecuencia de un sistema que avala la violación de derechos humanos bajo el argumento de que son tradiciones.
Relató que en su familia, por ejemplo, su hermana mayor fue obligada a casarse con un hombre a sus 10 años de edad.
“Mi mamá tuvo 10 hijos, y a la más grande la casaron a los 10 años; ya era mamá… por usos y costumbres, nos han dicho”, comentó.
Ante ese contexto, sabía que si ella prolongaba su estancia en el pueblo del que es originaria, Santa María Quiegolani, una comunidad indígena de las montañas de la región zapoteca, su destino sería idéntico al de su hermana. Esa voluntad la obtuvo gracias a la inspiración de su profesor Joaquín Rodríguez, quien le mostró un mundo de posibilidades fuera de su comunidad.
“Si yo regresaba al pueblo ya sabía que mi origen iba a definir mi historia, que era casarme con un hombre que ni siquiera conocía (…) Me di cuenta que los sueños no suceden por arte de magia; aprendí a ser mi mejor amiga, y mi mejor amiga soy yo”, agregó.
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Pese a la incertidumbre, Cruz Mendoza se armó de valor para salir de Santa María Quiegolani y sólo se llevó la bendición de su padre y algunos vestidos que le hizo su madre. Sin contar con recursos, la hoy legisladora buscó la forma de cursar una carrera universitaria, no con subsidios gubernamentales, sino con programas públicos en los que ella pudo retribuir a la sociedad su contribución por haber pagado sus estudios. Fue así como obtuvo su título en Contaduría Pública.
Tras años de preparación e incidencia comunitaria, forjó su carrera política y logró ser electa en 2010 como diputada en la LXI Legislatura del Congreso de Oaxaca, parlamento en el que fungió como presidenta de la Mesa Directiva. No obstante, antes de llegar a esa posición buscó ser alcaldesa de su municipio natal, sin embargo, no lo logró debido a la discriminación que sufrió por el hecho de ser mujer.
Años después fue electa como legisladora en la LXII Legislatura de la Cámara Baja federal, donde presidió la Comisión de Asuntos Indígenas. Desde esa trinchera, promovió varias reformas, algunas incluso constitucionales, para reducir la brecha de género en la sociedad y fortalecer los derechos de las mujeres.
Igualmente alcanzó la máxima tribuna de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde expuso que ningún derecho humano era superior a los usos y costumbres en los países del mundo.
Para finalizar, la parlamentaria emanada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) opinó, en entrevista con El Sol de Puebla, acerca de lo ocurrido hace dos semanas, cuando el presidente del Congreso de Puebla y presidente estatal del partido tricolor, Néstor Camarillo, silenció a la activista María Elena Ríos, quien acusó al diputado poblano de querer ser protagonista de la aprobación de la llamada Ley Ácida, que fue inspirada en el ataque que sufrió Ríos en Oaxaca.
“Quien calla a una mujer, calla a todas, quien sea”, sostuvo la reconocida legisladora Cruz Mendoza.
Aunado a ello, reveló que está interesada en ser gobernadora de su estado, pues señaló que aún falta mucho por hacer para garantizar a las infancias y a las mujeres vidas libres de violencia. También señaló que desde las cámaras legislativas se necesita actuar para erradicar la desigualdad que violenta a las personas indígenas.