por Pilar Pérez
Con incertidumbre trabajan ambulantes, locatarios, dueños denegocios y operadores de taxis que se ubican alrededor del HospitalGeneral Regional 36 San Alejandro del Instituto Mexicano del SeguroSocial (IMSS) pues luego del desalojo del nosocomio por elterremoto del 19 de septiembre las ventas cayeron hasta 90 porciento.
La preocupación es generalizada. A los mismos problemas, porlas bajas y hasta nulas ventas, se enfrentan vendedores de tamales,jugos y otras bebidas, que restaurantes, misceláneas, papelerías,panaderías y los conductores de taxis de la base SanAlejandro.
Algunos comercios ya decidieron cerrar sus puertas a casi 20días de terremoto, pues con lo poco que venden es prácticamenteimposible sostener sus gastos como renta, luz, gas ymantenimiento.
En Villas San Alejandro eran los derechohabientes, trabajadoresy otros usuarios del hospital quienes sostenían la economía dedecenas de familias, las cuales ahora desconocen su futuro.
Los vendedores informales han hecho lo mismo pues cuando elhospital se encontraba a su máxima capacidad, tan solo en unacalle se ubicaban alrededor de 10 puestos de diferentes productosque en ocasiones hacían que el paso peatonal fuera imposible, hoyno queda más que el rastro de un par de ellos.
Un vendedor de tamales y una de jugos son quienes permanecen alpie del cañón, pero, de acuerdo con Eduardo hasta su horario–de 9:00 a 15:00 horas- y mercancía han debido reducir, pues lasventas decayeron un 80 por ciento.
Para los comercios establecidos el panorama no cambia ypermanecen en incertidumbre, pues no saben si las autoridades delIMSS reconstruirán el hospital en la misma zona o si el terrenoquedará solo.
Alejandro Cortés es, por ejemplo, uno de los comerciantesestablecidos con afectaciones económicamente, pues se ubica en unacontraesquina del hospital. En su cafetería parece que todos losdías son sábados, sin gente y sin ventas, por lo que dentro desus medidas extremas ha debido despedir gente.
Su problema principal es que debe pagar la renta delestablecimiento y si bien le han recomendado cambiar de giro, nohay propuestas alentadoras y está en incertidumbre sobre eldestino del inmueble, por lo que no sabe si permanecerá ahí odeberá reubicarse.
Las tiendas misceláneas, panaderías y papelerías sufren elmismo calvario, sus ventas decayeron hasta 90 por ciento y debenencontrar pronto algunas alternativas para poder recuperarseeconómicamente.
LOS TAXISTAS TAMBIÉN FUERONAFECTADOS
La base de taxis “San Alejandro”, hasta hace unos 20 días,estaba integrada por 44 unidades de las cuales solo permanece el 50por ciento, dado que “la zona está muerta” como mencionan lospropios conductores.
En un día normal, relataron algunos de los operadores de estabase de taxis, cada unidad realizaba hasta 18 viajes partiendo delHospital de San Alejandro a diferentes puntos de la ciudad, perotambién a Huejotzingo, Tehuacán o Atlixco y ahora pueden pasarmás de tres horas en la estación sin tener un solo pasaje.
Su alternativa podría ser reubicarse en el punto donde seráconstruido el nuevo hospital programado por el IMSS a nivel federalcon una inversión de mil 300 millones de pesos, pero laspropuestas tampoco son claras para ninguno de los oferentes deservicios alrededor de donde se ubica el hospital dañado.
