En nueve municipios de la Sierra Norte de Puebla existen al menos mil 700 productores de café que no pueden solventar sus gastos con base en las ganancias de la cosecha, pues al no comercializar la producción total, optan por venderlo con acopiadores regionales a precios por debajo de su valor real.
Eso es lo que afirma el presidente del comité de la Unión Agrícola Regional de Productores de Café del Estado de Puebla, Norberto Hernández Torres, quien mantiene afiliados a mil 726 productores cafetaleros distribuidos en Ahuacatlán, Tlaola, San Pedro Itztla, Xicotepec, Mazahuatlán, Jopala, San Felipe Tepatlán, Pahuatlán y Tlaxco.
A decir de Bertha González Hernández, cafetalera de San Pedro Itztla, estos acopiadores pertenecen a grandes empresas comerciales, las cuales acuden a las regiones cafetaleras del estado para comprar el café hasta en seis pesos el kilo, para revenderlo en otras ciudades a un precio más caro.
Pese a que la Unión mantiene el objetivo de comercializar este producto con enlaces de venta directos sin la intervención de intermediarios, en el último año no lograron liquidar las más de 4 mil toneladas de cosecha cultivadas por mil 726 afiliados con precios justos, los cuales oscilan entre los 120 y 170 pesos el medio kilo.
Hernández Torres detalla que, ante ello, sus afiliados además de su trabajo en el campo, han tenido que buscar actividades económicas adicionales para pagar su alimentación, vivienda y demás servicios básicos.
Para abatir esta problemática, a nivel estatal la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) mantiene el programa “Recuperación de la Caficultura Poblana” para el apoyo a los productores de café de 54 municipios, el cual, con base en un presupuesto de 200 millones de pesos, entrega anualmente insumos de nutrición, maquinaria y herramientas postcosecha, aunado a la estrategia de vinculación comercial.
Sin embargo, más allá de los apoyos oficiales, este sector agropecuario busca formar su autonomía económica para que pueda comercializar su producción anual a precios justos y sin la intervención de acopiadores, precisó Hernández Torres.
A propósito del Día Internacional del Café, que se celebra hoy 1 de octubre, El Sol de Puebla realizó un recorrido por cuatro de los municipios de la Sierra Norte de Puebla, sede de la Unión Agrícola Regional de Productores de Café del Estado de Puebla. Así se constató, junto con algunos productores cafetaleros, que existe una incertidumbre económica por el precio en que se venderá cada cosecha.
Vender a un precio justo
Albino Santos Amador, productor de café en Xicotepec, lleva más de 40 años dedicado a este oficio, no obstante, comparte que durante ese lapso de trabajo no ha notado que su café se venda en precios justos, pues aunque a nivel estatal se inyectan recursos al campo, lo importante es la promoción de su cosecha para que pueda venderla al costo que él elija.
“Me pueden dar despulpadores, secadores solares, bombas de motor, no digo que no sirva, pero lo que necesitamos son los canales de comercialización para tener la certeza de que nuestro producto se va a vender en un precio justo”, expresa.
Apunta que contrario a la perspectiva que algunas personas puedan llegar a tener de la producción del café, es un trabajo que no rinde lujos ni grandes ganancias, pues aseguró que quienes continúan en las labores del campo es por el amor que le tienen.
“Nunca van a encontrar un productor vestido de traje, nunca van a encontrarlo con camionetas nuevas, no, nunca, porque somos los que llevamos la peor parte y somos los menos beneficiados (…) nos estamos acabando aquí, nuestra vida está aquí en los cafetales, pero no hemos avanzado (…) atrás de nosotros están nuestras familias que dependen económicamente de nosotros y la verdad hemos estado batallando bastante”, manifiesta.
Por su parte, Bertha González Hernández, quien cosecha en San Pedro Itztla, relata que este trabajo es arduo, pues a sus más de 60 años debe escalar diariamente las montañas para llegar al predio donde tiene sus cultivos y posteriormente bajar cargando cerca de 20 o 30 kilos de producción. “No vendemos por negocio, vendemos por necesidad”, dijo.
Ella, al igual que Albino, coincide en que las pocas ganancias de sus ventas no son suficientes para solventar sus gastos básicos. “Ahorita también le voy buscando a ver dónde vendo un poco para írmela pasando, ni modo que me quede yo sin comer, no puedo quedarme esperando, vendemos por otro lado, pero nos pagan como quieren, porque no te pagan precios justos”, comparte.
Por otra parte, Silveria Lechuga, a sus 71 años, mantiene una pequeña cosecha en el municipio de Tlaola. Tras la muerte de su esposo, encontró en sus cultivos una pequeña fuente de ingresos, pues desde su casa realiza todo el proceso de la producción hasta comercializarlo tostado y molido.
No obstante, por su edad y al ser un municipio alejado de la ciudad, opta por venderlo solo con vecinos de la zona, sin embargo, no obtiene grandes ganancias de este comercio, pues cada cuarto de kilo lo ofrece a 30 pesos.
Mucha producción, pocos beneficios
Norberto Hernández Torres detalla que la calidad de vida de quienes se dedican al sembradío de café en la Sierra Norte, incluso de quienes iniciaron desde la niñez, no ha mejorado en la actualidad, pues aunque cuentan con gran cantidad de productos de calidad, las ventas al precio justo son aun mínimas y tienen que vivir al día.
“No existen todavía esos contratos que estamos buscando de agricultura donde nos pidan suministros de toneladas de café mensuales, los únicos que han mejorado son los proveedores con los que adquirimos las materias primas, el problema es que el café es negocio de volumen, si empezamos a vender grandes volúmenes que involucren a todos los productores entonces sí ya vendría una mejora económica”, comparte Hernández Torres.
Por su parte, Rutilio Cruz García, cofundador de Café Casín de Puebla (perteneciente a la Unión), coincide con Hernández Torres en que no toda la cosecha de los socios logra venderse con base en los precios que la Unión estableció, lo que ocurre por dos principales motivos: la competencia en los mercados y la poca demanda que existe de los consumidores en los canales directos de venta.
“Ellos continúan a la expectativa de lograr comercializar todo su café (…) hay que entender que la economía local no está del todo desarrollada, por lo regular el productor tiene lo que va a cobrar para su familia y alimentación, van al día”, detalla.
A la par, precisa que ante las bajas ventas sólidas, sus asociados optan por comercializar su producción con acopiadores regionales que sí cuentan con mercados seguros, los cuales acuden a las regiones a recolectar las cosechas pero pagan un precio bajo para exportar el café poblano a un costo elevado.
Las bajas ganancias orillan el abandono de los cultivos
Ante las leves ganancias que existen detrás de la producción de café ha disminuido el interés de las nuevas generaciones en preservar este trabajo, resalta Evaristo López Lugo, productor de café en Mazahuatlán. A la par, manifiesta su preocupación ante la disminución de cafetaleros en su región, pues informó que en dicho municipio hace una década existían 180 productores, mientras que actualmente únicamente 40 pobladores se dedican a este oficio.
“Esa es nuestra realidad y nuestros hijos ya no quieren seguir este negocio (..) el problema es que la juventud ya no se interesa por esto, por preservar la tradición del café y no podemos obligarlos”, enfatiza.
A la par, Albino Santos coincide con dicha postura, pues afirmó que los jóvenes al observar el trabajo que representa la cosecha del café optan por elegir otra fuente de ingresos más sólida y menos desgastante.
“El problema es que el productor ha envejecido y de las nuevas generaciones pocos se están quedando, es un gran peligro que corre la producción de café, si hay despertares en las nuevas generaciones para el consumo del café, pero no para su producción, más los costos de materia prima en los que tienen que invertir”, expresa.
Ante ello, hace un llamado a los consumidores para reflexionar sobre el trabajo que existe detrás de cada taza de café poblano, pues cada vez son más las personas que desisten de este oficio al observar que el esfuerzo es inmenso y las ganancias son escasas.
“Los que sobreviven (en este oficio) es porque tienen otra fuente de ingreso, ya que pueden tener familiares en Estados Unidos, o tienen un comercio, o con su ganado, los que se quedaron ya no regresan (…) hay muchísimos productores que desistieron del cultivo, lo cambiaron por cabezas de ganado que es lo más rentable, o empezar a sembrar maíz, frijol, chile”, expone.
Cifras del café poblano a nivel nacional
De los 217 municipios que conforman el estado de Puebla, 54 de ellos albergan la tradición cafetalera, albergando a más de 47 mil trabajadores dedicados a este cultivo, de acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR).
Xicotepec es el municipio que ocupa el primer lugar a nivel nacional con mayor concentración de productores de café, seguido por Zihuateutla, Cuetzalan del Progreso, Hueytmalco y Jalpan.
Con base en datos proporcionados por la dependencia, se sabe que la entidad se ha posicionado como una productora de café sólida, pues durante la cosecha anual 2021-2022 Puebla obtuvo el primer lugar a nivel nacional por su rendimiento de 3.7 toneladas de café por hectárea.
Asimismo, durante el mismo año, Puebla ocupó el tercer lugar a nivel nacional por más superficie de sembradío, abarcando un total de 75 mil hectáreas de cultivo.
Puebla destaca a nivel internacional por su café de especialidad (catalogado así cuando mantiene mejor sabor por encima del café convencional), con base en su puntaje por arriba de los 83.5 puntos, establecido en la escala de la Specialty Coffee Association (SCA), la cual es una organización mundial dedicada a catar profesionalmente este producto.
Dicha escala abarca del 0 al 100 y únicamente los cafés con más de 80 puntos son considerados de especialidad, es decir, Puebla mantiene índices altos por el sabor y calidad de su café no solo a nivel nacional, sino internacional.
