A mes y medio de que finalice la administración federal, solo 37 municipios de los 217 cuenta con Atlas de Riesgo, muchos de ellos están a punto de ser obsoletos porque se realizaron en 2011; razón por la que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) hará tres estudios de cuenca, dijo el delegado Juan Manuel López Arroyo.
Explicó que informes que abarcan las cuencas del Alto Atoyac, Necaxa y Nopalucan, tendrán información acerca de las obras y acciones que deben realizarse para mitigar los efectos del cambio climático, que ha agudizado fenómenos como huracanes o sequías.
En Puebla, el exceso de precipitación pluvial y huracanes fue responsable del 93 por ciento de los daños ocasionados durante el periodo 2000-2017, casi similar a la media nacional. Las sequías, incendios y deslaves representaron el 7 por ciento restante de los siniestros, señala el proyecto ejecutivo compartido por la Sedatu, al que se autorizaron 17.6 millones de pesos.
“Desde 1851 a 2016 se tiene un registro de mil 721 ciclones tropicales en el Atlántico; de estos, 51 han impactado con lluvias atípicas a la entidad poblana. En ese mismo periodo se tiene el registro de mil 471 ciclones tropicales como el Pacífico, de los cuales, 27 han impactado costas de Guerrero y Oaxaca, afectando con lluvias severas a casi todo el estado de Puebla”.
Estos estudios permitirán también que los Ayuntamientos puedan acceder a fondos para mitigación, ya que el Atlas de Riesgo regional -que se trabajaría en coordinación con el Gobierno del Estado- no se concretó.
La cuenca del Río Atoyac, destacó, se considera prioritaria porque la mayoría de los escurrimientos pasan por zonas rurales y la capital de Puebla, por lo que cualquier evento climatológico por menor que sea, causa inundaciones, mientras la de Nopalucan abarca la nueva Ciudad Modelo, en donde se estima que la población ascenderá a 100 mil en los próximos 10 años.
En el análisis, la subcuenca del Río Necaxa tiene alta vulnerabilidad ambiental y muestra factores de peligro ante la exposición de una perturbación o de estrés climático, como ocurrió en 2016.
El delegado de la Sedatu informó que en las próximas semanas serán presentados los estudios de cuenca que servirán para especificar las posibles obras y acciones de mitigación. Un Atlas de Riesgo, dijo, tiene un valor aproximado de 1.6 millones de pesos; muchos municipios tienen un presupuesto anual menor a esta cifra.