La primera piedra que se colocó para construir la catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, mejor conocida como catedral de Puebla, se instaló un día como hoy, 18 de noviembre, pero de 1575. Para los cronistas de la ciudad, este edificio no sólo es relevante por su historia religiosa, sino porque representa la importancia cultural y artística de la ciudad en toda Latinoamérica.
Juan Pablo Salazar Andreu, cronista poblano, compartió que más allá de las leyendas que rodean a la catedral, que este año cumple 447 años desde la colocación de su primera piedra, la realidad es que su edificación tuvo que ver con la fundación de la ciudad.
El cronista explicó que todo comenzó con el rey Carlos de España, “mal llamado Carlos V”, quien, a su vez, tenía un segundo hombre en el poder, que era el canciller Mercurino Arborio Gattinara. Este hombre quería concretar la “venida de Jesús, el reino del padre, el hijo y del espíritu santo” en una ciudad.
Ambos, con su objetivo de buscar un lugar en donde “se manifestara el poder del creador”, encontraron a Puebla, que tenía una característica única, y es que se fundó exclusivamente para dicho fin y para españoles. La fundación se concretó en 1531 y con este anuncio se creó una nueva Jerusalén y la llegada tan esperada del espíritu santo.
Cuando la ciudad nació, es decir, se fundó, no se contempló construir una catedral, debido a su cercanía con Tlaxcala y a que en este estado estaba el primer obispo de la Nueva España, perteneciente a la diócesis Carolense, fray Julián Garcés.
Sin embargo, Julián Garcés consideró que Tlaxcala “no era un lugar muy agradable” y por ello decidió cambiar la diócesis a Puebla. Ya con este cambio arrancaron los planes para la construcción de una primera catedral y así continuaron los objetivos que tuvieron el rey Carlos y el canciller Gattinara.
Cuando aún no se construía la catedral, las primeras ceremonias religiosas se llevaron a cabo en el barrio de San Francisco, de El Alto y todos los barrios de esta zona. Ya para 1535 se trasladaron al famoso “portal de Borja”, que es el portal que está en la continuación de la calle 16 de Septiembre. Incluso en este lugar hay una placa que dice: “Aquí se fundó la primera iglesia catedral”.
Esta iglesia estuvo en funciones por varios años, pero debido a las lluvias y otros estragos climáticos fue trasladada a lo que hoy se conoce como el templo de La Concordia. No obstante, los vecinos querían que estuviera justo al centro de los barrios que rodeaban la ciudad y pidieron su cambio. De manera que, en 1575, se le encomienda la construcción al arquitecto Francisco de Becerra y en este mismo año se puso la primera piedra.
“Dicen las leyendas urbanas que había tres planos que se traspapelaron, pero esto es un mito, los planos se mandaron (desde España) vía barcos con la flota y el diseño original de la catedral no tiene nada que ver con lo que es ahora. En 1575 empezó la catedral, pero implicó mucho dinero y Puebla hacia 1620 ya no tenía recursos para seguir construyendo”, relató.
El cronista dijo que los poblanos antes ironizaban con la construcción de la catedral debido a que ya había tardado mucho tiempo en su edificación y cada vez que debían algo respondían: “pagaré cuando se termine de construir la catedral de Puebla”, pues ellos creían que eso nunca pasaría, pero en el año 1640 llegó al territorio Juan de Palafox y Mendoza, para darle un nuevo giro.
“Llega y se encuentra una catedral (construida) a la mitad, con unos habitantes que decían que nunca se acabaría de construir y el señor de Palafox, de sus sueldos, puso todo su empeño para terminar de construirla (…) él era un alto funcionario de la corona española, vino de más a menos y cuando llegó, firmó una carta compromiso en donde juró nunca abandonarla (la catedral)”, narró Salazar Andreu.
En tan sólo nueve años logró avances importantes y a partir de 1649 se empezaron a embellecer las capillas, se instaló herrería, agregaron el coro, toda la colección musical, la construcción de torres y contrataron a los artistas “más brillantes de la época”, entre ebanistas y escultores.
La construcción de este templo poblano terminó finalmente en 1768, 193 años después de la colocación de la primera piedra.
“No hay ni una sola catedral en todo el continente americano que se compare con la belleza de la de Puebla, ni la de México le llega (…) es el resumen de la cultura, bonanza económica y sobre todo es el espejo de los habitantes y se resume la intelectualidad de una ciudad”, enfatizó.
En suma, hoy en día, la catedral poblana es una máxima expresión artística, pues alberga obras de Cristóbal de Villalpando, Miguel Mateo Maldonado y Cabrera, Manuel Vicente Agustín Tolsá y, por si fuera poco, el Altar de los Reyes es diseño de Juan Martínez Montañés, el escultor más grande del siglo XVII de España.
La catedral de Puebla es un centro del esplendor del arte, no hay otro templo que tenga esa cantidad de obras. Además, conserva un archivo valioso en cuanto a cultura que no pueden ignorar los poblanos. No sólo es religión.
Para concluir, opinó que los horarios de la catedral deben de cambiarse para que no se afecte al turismo, pues muchos de los visitantes cuando llegan se encuentran con misas los domingos a las 10 am y se van sin conocer su interior.
Asimismo, consideró que la arquidiócesis debe cobrar por ingresar, pues en varias catedrales del mundo piden una cooperación para su mantenimiento. También cree que debe de difundirse más su historia, pues muchas personas acuden, pero pocos saben su verdadero pasado.
“Nadie por su capricho personal puede poner horarios como se le plazca porque el templo es del gobierno y la Iglesia sólo lo administra (…) se requiere más difusión y que los colegios la visiten, que se apoderen en su corazón y su cabeza de la catedral y de su centro histórico. Hay que fomentarles a los alumnos el amor por la ciudad”, concluyó.
Dato curioso de la Catedral de Puebla
Pocas personas saben que en la catedral de Puebla se encuentra enterrado Miguel Miramón, que fue el presidente más joven que ha tenido México, pues ascendió a la presidencia con tan solo 27 años de edad.
Sus restos están aquí debido a que la Iglesia simpatizaba con ciertas corrientes políticas y Miramón era conservador y defendía los intereses de la iglesia y por ello sus restos fueron traídos a la catedral de Puebla.