Con devoción y fervor transcurrió la misa en honor de la Virgen del Carmen a cargo del arzobispo de la Arquidiócesis de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, a la que acudieron cientos de poblanos, tanto de la capital como del interior del estado para agradecer a una de las imágenes religiosas más queridas por la comunidad.
“Hoy nuestra Iglesia celebra a nuestra madre del monte Carmelo. Esta comunidad, esta iglesia, está de fiesta… es su santuario en Puebla… encomendémonos, pues, a nuestra madre en el cielo, la Santísima Virgen”, aludió el arzobispo por el motivo principal de la celebración durante la ceremonia.
Además, entre el discurso de la autoridad eclesiástica se intercaló, como lo dicta la tradición de la Orden Carmelita, la oración emblemática a la Virgen:
“Flor del Carmelo, viña florida, esplendor del cielo, virgen fecunda y singular. ¡Oh, madre! Fiel intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre estrella del mar…”.
Cabe destacar que, conforme avanzó la liturgia católica en honor de la Virgen del Carmen, el arzobispo llevó a cabo la confirmación de tres niños y tres niñas, evento que consideró como dichoso para ellos, ya que recordarán años después que esta etapa de la religión la llevaron a cabo en una fecha significativa.
A la par, los feligreses trataban de estar lo más cerca posible de la Virgen o en algún lugar desde el cual escuchar y ver mejor en un templo que lució abarrotado.
No solo de la capital arribaron al festejo, sino de distintas partes del estado, tal es el caso de Lucila Alvarado y Crescencio Gutiérrez, quienes son originarios del municipio de San Nicolás de los Ranchos.
La familia Gutiérrez comentó que es una tradición que llevan a cabo año con año como muchos otros, sin embargo, el hecho de que vengan desde un lugar lejano le da mayor fuerza a su sentir religioso.
“Venimos a pedir por nuestros problemas familiares, por nuestra estabilidad económica, por el bienestar de la familia, por nuestra salud… que nos bendiga (la Virgen del Carmen) todo el año y que siempre se acuerde de nosotros”, dijo Lucila con un rostro en el que se reflejaba la convicción de su espíritu.
“La Virgen del Carmen, la Virgen de Santa Rosa… a todas las Marías hay que venerarlas… es una tradición de venerar a nuestra Santísima Virgen… ya que nosotros creemos que es la madre nuestra, la madre universal”, agregó.
Otro de los entusiastas fue Jorge Rivas, quien dijo que para él siempre es un evento muy emotivo que no se pierde.
“Cada año vengo y es una sensación de fervor religioso. Nuestros padres nos inculcaron la fe hacia la virgen”, dijo, al tiempo que agregó que ya les llevaba sus escapularios a sus tres hijas, quienes no lo pudieron acompañar en esta ocasión.