Para Reyna, sentarse a ver la imagen del Señor de lasMaravillas representa por sí mismo un consuelo espiritual cuandose encuentra en un momento de angustia; sin embargo, la tarde deayer acudió con una intención más grande que fue pedir que suhijo, quien se encuentra en prisión desde hace siete años, sealiberado pronto.
Ayer, por ser tercer Viernes de Cuaresma se celebró la efigiedel Señor de las Maravillas, quien desde temprana hora fuevisitado por decenas de personas quienes acudieron con diferentespeticiones, siendo más socorridas aquellas que tienen que ver consalud y trabajo.
Reyna, quien fue acompañada por otras dos familiares, una deellas a días de dar a luz, tiene una petición muy importantedesde hace siete años y a pesar del tiempo que ha pasado, nopierde la esperanza de que su hijo sea liberado pronto.
“Está acusado por muchas cosas, tal vez las cometió, tal vezno, pero está pagando una condena. De cualquier modo es mi hijo yyo espero que pronto esté fuera y con nosotros, que lo puedaabrazar”, añadió.
Como ella decenas de personas acudieron al templo durante todoel día, con mucho menos flujo que en su fiesta el primero dejulio, pero con la misma devoción llegaron con oraciones yveladoras a ser bendecidos.
De acuerdo con la leyenda, las religiosas agustinas de SantaMónica ganaron la imagen en una rifa; se dice que una noviciadescubrió que durante la noche, la efigie –que data del SigloXVII y representa una de las caídas que sufrió Cristo en sucamino a ser crucificado- era azotada por dos soldados romanos queformaban parte del “paso”. El suceso causó conmoción y diolugar a la gran veneración.
La imagen pesa -con todos los elementos- hasta 700 kilogramos yes la más venerada; es la efigie –de las que participa en laprocesión de Viernes Santo- que cuenta con más porteadoresllegando a juntar hasta 500 además de quienes lo resguardancolocándose alrededor de él durante toda la procesión.