Detrás de cada ramo o maceta de cempasúchil que se compra en la temporada de Día de Muertos están familias como la de Gilberto Brindis Domínguez, que tiene como principal actividad económica la producción de flores y, con esperanza, esperan obtener suficientes ingresos en la temporada de Día de muertos.
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Para esta familia originaria de San Matías Atzala, junta auxiliar de San Felipe Teotlalcingo, todo el año hay trabajo produciendo diversas variedades de flor, pero hay épocas específicas en las que sus ingresos mejoran a partir de la venta de ciertas variedades, como es el 14 de febrero o el 10 de mayo, cuando aumenta la demanda de rosas y, próximamente, los días de Todos Santos, en donde el cempasúchil se convierte en el de mayor demanda.
Gilberto compartió que desde hace 17 años ha sembrado esta flor amarilla con la que se visten los altares y sepulturas el 1 y 2 de noviembre; sin embargo, este es el primer año en que el clima ha entorpecido el ciclo de su trabajo, ya que regularmente comienza el corte de la planta sembrada a cielo abierto el 18 de octubre, en un ambiente cálido, pero ahora hay humedad y eso lo perjudica.
El cempasúchil requiere de mucho Sol, mucho calor, entonces la humedad afecta la producción a cielo abierto, hubo lluvia y también heladas, eso afecta a la flor porque ya no crece como debería o se mancha, entonces su calidad es menor y si nuestra cosecha no es buena no tendremos dinero para subsistir las próximas semanas y para invertir en la próxima temporada, que inicia en diciembre expuso.
El productor detalló que el trabajo para poner la flor a disposición de los clientes comienza en agosto, con la siembra de la planta a cielo abierto y en julio si se trata de las cultivadas en invernadero para vender en macetas, aunque en ambos casos las jornadas para fumigarla y mantenerla en buenas condiciones se mantienen hasta que llega la fecha de corte.
Nosotros como familia estamos al frente pero detrás de nosotros hay más personas a las que les damos empleo en los invernaderos o en las hectáreas y si el clima o la venta no nos favorece también les va mal a ellos, porque no hay trabajo o no podemos pagarles a tiempo contó.
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Brindis subrayó que cada que alguien compra un rollo de flores de cempasúchil o una maceta con la planta ayuda a la economía de cientos de familias y consideró que pagar el precio justo, sin regateos, es también un reconocimiento a los floricultores.