Desde hace unos meses cobró fuerza la alerta sobre la venta de refrescos y cervezas piratas que, aunque inicialmente se culpó a los dueños de los establecimientos por rellenar las botellas, tiempo después se determinó que eran falsos repartidores los que hacían la entrega de estos productos, pero esta forma de estafa no había llegado a suelo poblano o por lo menos hasta ahora.
El caso se dio en una pequeña tienda cercana al Centro Histórico de Puebla y la víctima fue un hombre de la tercera edad que no dudó en adquirir el producto ante la llegada de un sujeto que se encontraba ataviado con insignias de una compañía cervecera, pues incluso fue atractiva la promoción del préstamo de los envases al no manejar dicha marca entre sus productos.
¿Cómo opera la estafa mediante cerveza falsa en Puebla?
Según narró el afectado a este medio, el hombre llegó al establecimiento para ofrecerle esta marca de cerveza que no comercializaba, por lo que incluso el estafador le indicó que con la intención de que pudiera ver cómo se vendía esta bebida entre sus clientes sin la necesidad de pagar un importe le podían dejar los envases a prestamos y devolverlo en caso de que no le convencieran.
Aunque hasta este punto todo pareciera una transacción normal, incluso en el hecho de que le fue solicitado el pago del producto para poder entregárselo, el cual ni si quiera es elevado o extremadamente bajo debido a supuestas promociones, sino que se encuentra dentro de los estándares de precio de otras marcas de esta misma bebida, por lo que poco o nada se duda.
Pero el problema llegó cuando el dueño del local decidió colocar a la venta su nueva adquisición, pues bastó con lograr vender una de las botellas para que el comprador regresara molesto a reclamar por el producto que le había sido entregado, pidiendo la devolución de su efectivo por lo que calificó como un engaño, ante lo que el dueño de la tienda reaccionó sorprendido.
Ofrecen envases de cerveza rellenos con agua
El problema fue que en lugar de cerveza, tanto al cliente como al propietario de la tienda, les fue vendida agua, alguna sin ningún aditivo y otras mezclada con jabón para generar el efecto de la espuma, pero tras lo sucedido, el dependiente y las personas que lo apoyan decidieron revisar el producto adquirido para poder encontrar elementos que a futuro les permita identificar un fraude.
En este caso se trato de botellas con la marca Victoria, que incluso fueron entregadas dentro de las cajas que utiliza la cervecera Grupo Modelo para la repartición de sus “caguamas”, sin embargo, tras realizar una revisión a detalle se percataron que la fecha de caducidad y el lote fueron tallados, además de que las etiquetas son sobrepuestas para darle el toque de nuevo.
Finalmente, otros de los elementos perceptibles son que las corcholatas si bien si cierran tienen un ligero giro, lo que no sucede comúnmente con este tipo de envasados, además de que al comparar con otras cervezas el peso entre la real y la falsa es distinto, siendo menor el de la fraudulenta, por lo que el llamado es a los dueños de establecimiento para tomar en cuenta estos aspectos.