La Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Fideicomiso para el Ahorro de la Energía Eléctrica (FIDE) recomendaron que los gobiernos de los estados promuevan la inversión tanto de energías renovables intermitentes como en esquemas tradicionales de plantas de baja emisión de gases.
De acuerdo a la presentación elaborada por el titular del FIDE, Raúl Talan Ramírez, las entidades interesadas en promover inversiones en materia de energía deben cuidar que se articulen con los principios de competitividad, soberanía, equidad y medioambiente.
El documento establece que no por lograr avances de carácter ambiental a costa de pérdidas en la soberanía energética, o bien, en detrimento de la equidad en el acceso a las nuevas fuentes de energía.
En su presentación, Talan Ramírez señala que las energías renovables intermitentes no son la única opción para lograr una sociedad más baja en carbono, ya que existen opciones más económicas, de mayor beneficio social y más respetuoso de la soberanía energética del país.
Dentro de las energías renovables intermitentes ubican las plantas eólicas debido a que el viento es un recurso variable y la cantidad de electricidad dependerá de la velocidad y la densidad del aire.
En el caso de Puebla, en la actualidad operan dos parques eólicos de la trasnacional Iberdrola y la empresa mexicana Impulsora Latinoamericana Energía Renovable ubicados en los municipios de Esperanza, Cañada Morelos, Chapulco y Palmar de Bravo y cuenta con un total de 84 aerogeneradores que generan 285 mega watts de energía renovable intermitente.
Respecto a las inversiones privadas en esta materia, el documento del FIDE establece que las inversiones realizadas por gobiernos anteriores representaron elevadas erogaciones de recursos públicos en beneficio de grandes empresas generadoras de energía eléctrica, mayoritariamente extranjeras.
El FIDE sostiene que en materia de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), México ha tenido una reducción importante, debido no sólo a la introducción de plantas generadoras eólicas y fotovoltaicas, sino también a la reconversión que la CFE ha hecho de plantas con elevado factor de emisión por plantas de menores niveles de emisión.