La propuesta de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, para sanear la subcuenca del Alto Atoyac, que es una de las más contaminadas y sobreexplotadas del país, tiene elementos para prosperar, toda vez que, a diferencia de administraciones pasadas, se plantearon estrategias para atender esta problemática de manera integral y regional, consideró Valentina Campos Cabral, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla.
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Por su parte, Verónica Mastretta Guzmán, ambientalista, fundadora de la organización Puebla Verde y consejera de la asociación civil Dale la Cara al Atoyac, evaluó que, si bien la iniciativa de la presidenta es relevante e inédita, el éxito de la misma dependerá del interés que coloque en ella el gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, así como la mandataria de Tlaxcala, Lorena Cuellar Cisneros. Lo anterior debido a que, desde su perspectiva, el fracaso de las propuestas para ese fin han fracasado por la falta de voluntad de los gobernadores en turno.
Durante su primer día como titular del Poder Ejecutivo Federal, Sheinbaum Pardo dio a conocer que el saneamiento de los ríos más contaminados del país, entre ellos el Atoyac, será una prioridad para su administración. Sin embargo, en Puebla la misma promesa se ha replicado a nivel estatal desde hace al menos tres décadas, sin que hasta la fecha los índices de polución en el raudal, así como sus niveles de peligrosidad para la salud humana, disminuyan.
Propuestas de Sheinbaum Pardo dan esperanza
Desde finales del siglo pasado, particularmente en la administración del exgobernador Manuel Bartlett Díaz, hasta la actual administración, iniciada por el exmandatario fallecido Miguel Barbosa Huerta, la promesa de recuperar la subcuenca del Alto Atoyac ha sido constante. El problema, sin embargo, es que la contaminación de dicha región hidrológica se encuentra en su peor momento. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dicha subcuenca es la que posee los niveles más altos de polución en todo el estado.
A nivel federal, sin embargo, es la primera vez que un presidente o presidenta focaliza el saneamiento de dicha región hidrográfica entre sus promesas de gobierno. Para Campos Cabral, académica de la Ibero Puebla, la priorización de esta problemática supone una mayor preocupación de la agenda ambiental en México, lo que puede significar el éxito de la promesa.
Para la investigadora, el planteamiento hecho por Sheinbaum Pardo para descontaminar la subcuenca del Alto Atoyac es relevante, debido a que éste se acompaña de otras propuestas análogas. Es decir, la problemática se aborda de forma integral, lo que es ideal para materializar el objetivo.
Según Campos Cabral, ejecutar acciones de saneamiento hídrico sin políticas transversales que permitan cumplir este cometido de forma sistémica es poco funcional, toda vez que las problemáticas en la materia suelen estar interconectadas. Prueba de ello es que hasta este momento no se han tenido avances significativos en la descontaminación del sitio.
Por ese motivo, la especialista consideró ideal que las propuestas de la mandataria federal incluyan el abordaje de la crisis de contaminación atmosférica, así como la necesidad de instaurar un sistema de energía circular, revisar las concesiones hídricas actuales, entre otras.
“Es destacado que la presidenta lo menciona como uno de los puntos importantes en su gobierno. Creo que hay que entenderlo en el marco de un planteamiento más complejo, que tiene que ver, no solo con el saneamiento de los ríos más contaminados, sino también en el establecimiento de ejes y políticas de manera sistémica (...) Cuando analizas todos los planteamientos ambientales de la mandataria, se entiende que se está aproximando al problema de manera sistémica”, expuso Campos Cabral.
En ese sentido, la investigadora argumentó que, en un primer análisis, las iniciativas de la titular del Ejecutivo federal son “interesantes”, pues elevan las necesidades ecológicas al nivel de las exigencias en materia de seguridad y justicia. Pero destacó que las mismas deberán acompañarse de políticas públicas integrales, toda vez que es importante atender todas las causas de la crisis hídrica que se vive actualmente en Puebla.
Un ejemplo de ello es institucionalizar la prevención de enfermedades derivadas de la contaminación, además de instaurar mecanismos de ordenamiento, y el fortalecimiento de la vigilancia y sanción de las violaciones a las leyes vigentes en la materia, entre otras medidas.
“Habrá que ver el planteamiento acompañado de todo este conjunto de políticas integrales. Por ejemplo, en cuanto al derecho al agua, que fue uno de los puntos más relevantes, planteó la revisión de las concesiones del agua. Esto es muy importante para la cuenca, así como la tecnificación del riego y sobre todo garantizar la reutilización del agua. Entonces, si nos enfocamos sólo en el saneamiento, perdemos de vista otros elementos que pueden resultar positivos”, declaró.
Aunado a lo anterior, la catedrática de la Ibero Puebla consideró que el gabinete ambiental de Sheinbaum Pardo se destaca por integrar a personalidades con trayectoria y experiencia justificada en el ramo ecológico. Esto, sin embargo, será inservible si dichos funcionarios no establecen diálogo con todos los actores involucrados en la contaminación del Alto Atoyac.
Tenemos que estar atentos a cómo se traduce esta buena intención (...) y tenemos que estar muy atentos en la manera en cómo retoman estos temas en las futuras administraciones, es decir, verificar que no se queden sólo en el papel añadió la experta.
Gobierno de López Obrador avanzó brevemente en la materia
De forma análoga, Campos Cabral expuso que en la administración que concluyó recientemente, la del expresidente Andrés Manuel López Obrador, tuvo avances significativos en la descontaminación de la subcuenca, pero reconoció que los mismos quedaron inconclusos.
La estrategia más reciente fue la integración del Programa de Ordenamiento Ecológico de la Subcuenca del Alto Atoyac, que realizó la Federación junto a los gobiernos de Puebla y Tlaxcala.
Según la investigadora, dicha acción, que tuvo la finalidad de delimitar las responsabilidades de las autoridades en la gestión del territorio y los recursos a nivel regional, se enfocó en atender uno de los principales problemas que ocasionan la contaminación en esta zona del país: la falta de mecanismos regulatorios y el desorden administrativo en algunos municipios.
Aunque este proceso no ha concluido de forma oficial, pues fue presentado apenas en 2023 por la exsecretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores González, la investigadora de la Ibero Puebla consideró que es mejor conformar mecanismos completos, a entregar proyectos hechos de forma rápida y sin fundamentos.
La doctora Campos Cabral consideró que la integración de esta política pública fue ideal, pues incluyó a representantes gubernamentales, sociales, académicos y empresariales. Además, permitió la retroalimentación simultánea de los diferentes actores, lo que supuso mayor participación ciudadana en ese sentido.
Gobernadores han evitado saneamiento del Atoyac
Por su parte, la activista Mastretta Guzmán subrayó que la mención hecha por Sheinbaum Pardo a la crisis hídrica que vive Puebla en materia de contaminación es importante. No obstante, desde su perspectiva, lo verdaderamente relevante es que el gobierno estatal, que próximamente será encabezado por Armenta Mier, comprometa una agenda en ese sentido.
Según la fundadora de la organización Puebla Verde, si bien es fundamental que el gobierno federal vincule recursos económicos para establecer proyectos ecológicos a nivel local, es necesario que las administraciones estatales organicen y obliguen a los ayuntamientos a cumplir con sus obligaciones de diseñar ordenamientos territoriales.
Para Mastretta Guzmán, la descontaminación de la subcuenca del Alto Atoyac ha sido impedida por la falta de voluntad de los gobernadores, esto a pesar de que la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley de Aguas Nacionales obliga a las administraciones estatales a desempeñarse como ser agente de contacto entre autoridades federales y municipales.
Siempre he hecho énfasis en que, que bueno que una presidenta lo ponga con nombre y apellido, pero, además de un presupuesto, debe entenderse que, sin el liderazgo de los gobiernos estatales, no se va a lograr señaló.
Y agregó: “Son los gobernadores los que tienen influencia directa con los alcaldes, sin importar el partido del que vengan. Esa gestión con los municipios, y su enorme rezago normativo, sólo lo pueden hacer los gobiernos estatales. Eso es algo que me tardé en entender, pero hoy lo tengo claro”.
Desde su perspectiva, los mandatarios son responsables de vigilar que los gobiernos municipales actualicen sus códigos reglamentarios, y que eventualmente los cumplan. Lo anterior con la finalidad de que actualicen sus requerimientos en materia de factibilidad ambiental, emisión de licencias, entre otras gestiones gubernamentales.
La activista agregó que muchos apoyos federales para la construcción de plantas de tratamiento, por ejemplo, han fracasado debido a que los ayuntamientos no destinan recursos para su mantenimiento, esencialmente porque los presupuestos en la materia no son suficientes, debido, en gran medida, a la falta de planeación financiera.
Todo eso lo tiene que orquestar un gobernador, y tiene que haber la voluntad de la Federación, sí, porque hay presupuesto, por ejemplo, para plantas tratadoras en lugares estratégicos, que deben bajar del gobierno federal, pero, sin este orden técnico y jurídico, hacer plantas de tratamiento seguirá siendo inútil, porque no habrá manera de operarlas destacó.
Afortunadamente, señaló la activista, Armenta Mier convocó, de forma inédita, a varios actores sociales para diseñar una agenda hídrica, y señaló que se escucharon y analizaron múltiples propuestas para atender las problemáticas que vive la entidad poblana en la materia.
No hay que olvidar que todos los gobernadores que ha tenido Puebla en las últimas tres décadas han prometido diversas acciones para aminorar la contaminación de esta región hidrográfica. Desde análisis inconclusos hasta plantas de tratamiento inservibles, los exmandatarios estatales abandonaron su cargo sin haber dado resultados en ese sentido.
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Finalmente, Mastretta Guzmán consideró que el hecho de que la presidenta de la República, el gobernador electo, así como la mayoría de los alcaldes que componen la subcuenca del Alto Atoyac, formen parte de la misma fuerza política, permita que finalmente se logre el saneamiento de esta serie de ríos, que hoy padecen la intensa polución derivada de la contaminación furtiva que se hace en complicidad de industrias, autoridades y sociedad civil.