Un cadáver encima de otro, enterrados en la tumba de quien apenas conocieron en vida o llevados a otro panteón es lo que se vive en las juntas auxiliares del municipio de Puebla debido al colapso de camposantos, mismo que en su gran mayoría se desencadenó debido a la pandemia de coronavirus y la poca atención del gobierno municipal para prevenir el problema.
Sin pasillos, con sobrecupo y hasta enmallados es como se observan los panteones, pues los números de defunciones ocasionadas por el virus SARS-CoV-2 provocaron que los pocos espacios que había se agotaran y derivaran en la búsqueda de alternativas de las familias de estas demarcaciones para poder enterrar a sus difuntos.
EL SOL DE PUEBLA acudió a las juntas auxiliares para poder constatar esta problemática, que, a decir de los ediles, en su gran mayoría se ha comunicado a las autoridades municipales y estatales, sin embargo, no se les ha dado el apoyo que solicitan.
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San Pablo Xochimehuacan, ubicada al norte de la capital, poblana es una de las juntas auxiliares que ha pedido el apoyo del Ayuntamiento de Puebla para poder comprar un nuevo predio, sin embargo, no les han dado respuesta alguna.
De acuerdo con Paulo Cesar Juárez González, presidente de dicha comunidad, el panteón que en su momento estuvo pensado para mil 800 personas hoy alberga más de 7 mil cuerpos, por tanto, para quienes no tienen familiares ahí o un espacio, se les niega el servicio, pues no hay lugar para enterrarlos.
Es por ello que el mismo edil ha pedido el apoyo de sus homólogos a fin de que puedan darles un espacio a aquellos que lo necesiten o en todo caso mandarlos al panteón municipal, pero esto representa una complicación para las personas que enfrentan la pérdida de un ser querido.
“Los corredores o espacios están ya poblados, están ya ocupados por tumbas… ve cuántas cruces tenemos en un espacio, y así como eso es muy repetido, hay siete u ocho cruces, no hay ni un solo espacio disponible en este momento”, dijo.
Acusó que fue por el mal manejo de anteriores administraciones que vendieron “a diestra y siniestra” que hoy el espacio de alrededor de una hectárea ya no cuenta con más lugares, pues hay tumbas que son de un área de más de cinco metros cuadrados.
Es aquí en donde se ha implementado la construcción de nichos por encima de las mismas tumbas, para que en caso de que un familiar fallezca puedan cremarlo y poner sus cenizas en ese lugar y así tener un lugar a donde llorarle, a donde llevarle flores.
Tan solo en el 2020 fallecieron 198 personas, mientras que hasta lo que va del mes de septiembre se han sumado 117 decesos, lo que es preocupante porque no hay dónde enterrarlos y las muertes, evidentemente, no esperan.
EN SANTO TOMÁS CHAUTLA PIDEN COOPERACIÓN A CIUDADANOS
En Santo Tomás Chautla la situación es similar, pues, aunque compraron hace varios años un predio pequeño, éste se volvió a llenar desde el año pasado por la Covid-19, por lo que parte de las soluciones que han implementado es pedir una cooperación de mil pesos a los ciudadanos para que se pueda adquirir un terreno que está a 500 metros del actual panteón auxiliar.
Aunque en su momento se les mencionó que los apoyarían con la mitad del pago del predio, esto no se concretó y quienes se “truenan los dedos” debido a que ya no hay espacios para quienes fallecen son los mismos habitantes de la junta auxiliar y las autoridades del lugar.
Pese a que se ha tomado la alternativa de buscar a algún pariente o compadre para enterrar a los muertos en las tumbas que ya existen, esto también se ha vuelto una problemática puesto que comienzan fricciones porque no les gustan las flores que llevan, las veladoras u otros aspectos que, en lugar de sumar, solo dificultan la situación actual.
“Hablamos de buscar alternativas, ya que, si fallece una persona, pero no tienen algún familiar, busca a un compadre, a un amigo que les den permiso sepultar a los difuntos, la misma comunidad se está uniendo para platicar los con los familiares de los propietarios de las tumbas para que ahí mismo se puedan sepultar”.
En uno de los predios de menos de 5 mil metros es donde ya no cabe ni un alma. Aunque los antecesores de la comunidad sembraban árboles en donde enterraban a una persona, poco a poco se perdieron pasillos y áreas verdes que no se tenían pensadas para ser tumbas.
A decir de Otilio Flores Navarra, presidente de Santo Tomás Chautla, ya solo espera a que se les apoye, pues si bien los árboles son pulmones de la zona, estos tampoco han permitido que se arranquen para poder colocar más tumbas.
Inclusive destacó que optaron por volver a ocupar las tumbas que han quedado abandonadas, pues si nadie las reclama se exhuman los cuerpos y se da el espacio a quien lo necesite y pueda comprarlo.
COLONOS DE SAN FELIPE HUEYOTLIPAN AÚN TEMEN A LA CREMACIÓN
Aunque se pensaría que la cremación de los cuerpos tuvo mayor relevancia y no quedó de otra que aceptarla justo frente a la llegada de la emergencia sanitaria, en algunas comunidades como San Felipe Hueyotlipan las costumbres siguen muy arraigadas y esto dificulta dar soluciones a un panteón colapsado.
Por fuera el espacio pareciera estar en óptimas condiciones para dar servicio, sin embargo, la realidad es que desde hace tiempo no hay ningún lugar para poder enterrar a los difuntos, a menos que ya haya una tumba de algún familiar.
José Baraquiel Calva Limón es otro de los presidentes que manifestó abiertamente que ha solicitado el apoyo del síndico municipal del ayuntamiento de Puebla, Gonzalo Pérez Castillo, para poder comprar un predio, pero no les han dado luz verde y a menos de un mes de que culmine la administración municipal ya ha perdido las esperanzas.
Por ello construirá gavetas para que puedan entrar más cuerpos y también nichos para las cenizas de los difuntos, aunque no sean muy aceptadas. Esto a la espera de que llegue el próximo presidente municipal, Eduardo Rivera Pérez, y les apoye con esta problemática que se vuelve cada vez más aguda.
SEGUNDO PANTEÓN MUNICIPAL LO DEBERÁ CONSTRUIR LA PRÓXIMA ADMINISTRACIÓN
Para la capital también es necesario otro camposanto, pues en 2019 la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco dio a conocer que se construiría un segundo Panteón Municipal, el cual estaría ubicado en la zona de Valsequillo, al sur de la ciudad, cuya construcción iniciaría en el 2020.
En su momento, Gerardo Ríos Bermúdez, director del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN), informó que con una inversión de 72 millones de pesos el cementerio tendría un área de 110 mil metros cuadrados para albergar 9 mil 222 espacios.
Sin embargo, el 21 de junio de este año, el funcionario aseveró que el proyecto será heredado a la administración de Rivera Pérez, pues por la pandemia se retrasó y hubo un recorte presupuestal que no permitió seguir adelante.
Asimismo, aseveró que no hay espacios públicos que cuenten con las características que requiere un cementerio, por lo que al momento no se tiene contemplado este proyecto y en todo caso será una decisión que tendrá que tomar el próximo gobierno panista.