Decenas de palomas mensajeras aún son entrenadas en Puebla para volar largas distancias. En sólo minutos, estas aves son capaces de viajar entre la capital del estado y los municipios de Atlixco y Tehuacán. Algunas, inclusive, recorren trayectos de poco más de 800 kilómetros para llegar a lugares como Durango. La colombofilia, definida por el Instituto de Ecología A.C. como el arte antiguo de criar palomas de carreras, sobrevive a los años y las nuevas tecnologías de comunicación, y sus practicantes buscan recuperar su importancia en México.
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A sus 75 años de edad, Benjamín Hidalgo Rojas, presidente de la Unión Colombófila de Puebla y Tlaxcala, una organización con al menos 20 integrantes entre ambos estados que comparten la pasión por esta actividad, relata que las palomas ahora son utilizadas para competencias y no para enviar recados o cartas, como ocurría en el pasado, cuando no existían aplicaciones de mensajería instantánea o internet.
El hombre recibe a El Sol de Puebla en su domicilio de la colonia El Carmen, en la ciudad de Puebla, donde resguarda a 170 palomas listas para competir. En entrevista, señala que esta tradición es ahora una pasión que comparte con su familia desde que tenía 12 años de edad.
¿Qué es la colombofilia?
A nivel mundial, la colombofilia ganó popularidad entre las décadas de 1930 y 1940, pero fue iniciada desde inicios del siglo XIX, señala Hidalgo, quien encabeza desde hace varios años esta organización adherida a la Federación Mexicana de Colombofilia, que a su vez forma parte de la Confederación Deportiva Mexicana, A.C. El concepto se deriva de columba, palabra en latín para paloma.
De acuerdo con un artículo publicado por Diego Santiago Alarcón, doctor en Biología por la Universidad de Missouri e investigador del Instituto de Ecología A.C., la crianza de palomas mensajeras es una práctica centenaria.
En la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, las aves fueron utilizadas para enviar mensajes. Y aunque en la Segunda Guerra Mundial el uso de telecomunicaciones era mayor, dichos animales siguieron siendo un canal de comunicación entre los combatientes.
Además, el especialista publicó que México es el país de América con el mayor número de aficionados a esta actividad.
Dejan cartas por carreras
Aunque las palomas mensajeras en realidad ya no se utilizan para trasladar recados, pese a que técnicamente pueden hacerlo, las carreras de vuelo entre estas aves es una actividad sumamente importante para quienes practican la colombofilia.
En México, cada año se realizan competiciones de diversas categorías, donde los entrenadores de estos animales voladores los entrenan para realizar trayectos de entre 300 a mil 100 kilómetros, dependiendo de la categoría y la raza de los ejemplares.
Sin embargo, quienes practican esta actividad en México, como es el caso de Benjamín, anhelan formar parte de carreras globales, como el Gran Vuelo de Barcelona, que parte desde esa ciudad española y finaliza al norte de Europa.
El hombre comparte que, durante los casi 60 años que le ha dedicado a la colombofilia, sus palomas han volado poco más de 830 kilómetros, de Durango a Puebla, pero también en lugares como Islas Canarias, España.
“Fueron 830 kilómetros los que volaron mis palomas desde Durango hacia Puebla; se las llevó el chofer, junto con otras palomas, estos son los vuelos nacionales que les llamamos”, comparte.
Pese a que varias carreras globales, especialmente en Estados Unidos y Europa, ofrecen premios económicos a los ganadores, alcanzando incluso miles de dólares o euros, en México lo que más se acostumbra es otorgar trofeos y reconocimientos, reprocha el hombre.
No obstante, reconoce que los eventos que se realizan a nivel nacional suelen ser relevantes debido a que los organizadores cuidan varios aspectos, como es el control sanitario y físico de las aves.
Desde Puebla los vuelos más comunes son hacia San Felipe Torres Mocha, una localidad situada en Guanajuato, a 2 mil 080 metros sobre el nivel del mar, esto debido a la facilidad del camino entre ambas entidades, señala, por su parte, Juan Carlos Hidalgo, hermano de Benjamín y uno de los mayores apasionados de la colombofilia en el estado.
Una pasión costosa
Desde la azotea de su casa, donde cada día libera a sus 170 palomas para que vuelen sobre la colonia El Carmen, Benjamín Hidalgo comparte que su vínculo con la colombofilia es emocional, pero también financiero, pues el cuidado y entrenamiento de las aves puede ser, en algunos casos, una actividad costosa.
En su caso, relata que ha llegado a pagar hasta 3 mil pesos por una pareja de ejemplares. Sin embargo, remarca que entre quienes practican dicha acción suelen intercambiar crías para crecer su inventario de ejemplares.
Inclusive, afirma que la selección genética influye en esta práctica, pues cada persona elige rigurosamente a las palomas que se reproducirán o que cuidarán a las crías, esto basado en las habilidades y aspectos físicos de los animales.
Por otra parte, señala que cada mes gasta unos 2 mil 500 pesos para cuidar y alimentar a las palomas. Esto incluye su alimentación, limpieza del espacio y atenciones médicas que en muchos casos exigen las organizaciones para permitirles participar en competiciones.
Actualmente, además de las carreras, Benjamín Hidalgo diversificó el entrenamiento de sus palomas y ahora ofrece vuelos en eventos especiales, como bodas, funerales, entre otras ceremonias. De esta manera, obtiene algunos ingresos para sostener su pasión.
En las carreras existen las siguientes categorías: velocidad, fondo y gran fondo. La diferencia entre ellas es que la primera contempla distancias de entre 100 a 250 kilómetros, mientras que las dos restantes precisan trayectos de entre 500 a mil 200 kilómetros.
Los sitios de competencia se conocen como colombódromos, y el más importante de la zona central de Puebla se encuentra en el municipio de Atlixco, señala Benjamín Hidalgo.
Muchas de las palomas más codiciadas por los colombófilos provienen de otros países. El sitio Pigeon Paradise (PIPA) ofrece ejemplares en subasta desde Europa con diversas certificaciones y linajes comprobables. El costo inicial actualmente para entrar en la puja es de mil 110 euros.
No obstante, de acuerdo con la BBC, en 2020 la paloma nombrada New Kim, criada en Bélgica, fue subastada por 1.6 millones de euros, convirtiéndola en el ave de esta categoría con el costo más elevado de los últimos años.
Retos de entrenamiento en Puebla
La colombofilia en Puebla tiene varias limitaciones, la principal es la geográfica, pues el entrenamiento de las aves se dificulta en los alrededores de la ciudad de Puebla, pues volar más allá de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl complica las prácticas de los animales, subraya Benjamín Hidalgo.
Aunque reconoce que la entidad poblana no concentra el mayor número de personas dedicadas a esta práctica, refiere que en el siglo pasado el estado tuvo más importancia, debido a que los retos para entrenar a los ejemplares eran más altos, debido a la falta de carreteras, pues eso conllevaba mayor reconocimiento para los entrenadores.
Las ciudades de México y Guadalajara albergan el mayor número de personas apasionadas de la colombofilia en el país, mientras que, a nivel mundial, Bélgica encabeza esta práctica. No obstante, también resaltan China, Alemania, Holanda, Reino Unido y Polonia.
Entrenamiento
Lograr que uno de estos animales voladores sea capaz de viajar trayectos predeterminados, o bien de larga distancia, es una tarea compleja que requiere, principalmente, ser capaz de crear un vínculo entre el ave y su entrenador, sostiene Benjamín Hidalgo.
En primer lugar, es necesario tomar en cuenta que no todas las palomas son aptas para competir, es decir, una persona no puede adoptar a cualquier ejemplar que vea y entrenarlo para participar en dichas actividades.
Los animales adiestrados en la colombofilia requieren forzosamente llegar a sus dueños mientras son recién nacidos. Una vez adoptada, el ave debe ser criada por otras palomas entrenadas.
Cuando se convierten en pichones, es decir, que alcanzan una etapa preadulta, conviven con otras aves de su edad, y es así como empiezan sus prácticas de vuelo.
El entrenamiento para que sean capaces de volar entre ciertas distancias consiste en la transportación de los ejemplares en jaulas especiales que les permiten reconocer su entorno. Durante la marcha, los animales identifican sensorialmente el camino que los llevó hasta ahí. En un determinado lugar son liberadas y, naturalmente, vuelven a la percha donde fueron criadas.
Benjamín Hidalgo, por ejemplo, entrena sus pichones dentro del municipio de Puebla. Cada semana acude a diferentes puntos de la ciudad para liberar las aves y, eventualmente, las lleva a puntos más lejanos.
Me voy aquí a la Medalla Milagrosa y suelto a los pichones nuevos (...) luego me voy rumbo a San Manuel (...) y llegan a casa. Siempre las palomas regresan al lugar donde nacieron y crecieron enfatiza.
Al respecto, Juan Carlos Hidalgo considera que no sólo el adiestramiento físico determina el éxito de las palomas en las competencias, pues “aunque estén bonitas a la vista, no sabemos lo que tienen dentro, es decir, su inteligencia, valentía y orientación”.
Finalmente, Benjamín Hidalgo asegura que la colombofilia enfrenta varios desafíos, sin embargo, confía sobre la continuidad de esta actividad, pues, desde su perspectiva, aunque es un arte poco conocido, hay muchas personas interesadas en ella, sobre todo las más jóvenes.
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