Música de Jarana es el proyecto con el que cuatro jóvenes buscan exponer el son veracruzano en Puebla. Bailando fandango (Lucía Tapia) y tocando sus instrumentos (Abraham Mora, José Antonio Jaimes y Rafael Rosas) es como llevan alegría a la gente cuando se presentan en festivales, parques públicos o en alguna banqueta de la ciudad.
Todos tienen una profesión o trabajan en áreas ajenas a la cultura; sin embargo, también están relacionados íntimamente con el arte, pues algunos lo estudian o se desenvolvieron en un ambiente donde esta música era de lo más común.
Música de Jarana existe desde hace tres años y nació con la necesidad de conjuntarse para tocar el son jarocho tradicional, toda vez que en Puebla no hay espacios para tocar, así que la calle se convirtió en el lugar adecuado para esta exposición de talentos.
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“Más que por dinero es por la idea de juntarnos a tocar, siempre hay gente de Veracruz que está de paso o hay mucha gente de Veracruz que estudia acá o que vive acá y por eso nos juntamos para tocar y hacerlo públicamente”, expresó Abraham.
Lucía baila los sones de tarimas y con un traje regional, que es el elemento que le da más color a este proyecto, toda vez que, mientras los cuatro músicos interpretan alguno de los sones, ella, con una gran coordinación y perfecta sonrisa, se dedica a la danza.
“A la gente le gusta cómo bailo, me dice que bailo bonito, que me expreso de diferente forma, que se ve que disfruto lo que hago. Y también domino diferentes géneros: el ballet, el jazz, el contemporáneo y también la música folklórica”, compartió la maestra de danza.
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Para Rafael la situación no es muy diferente, su interés por participar en el proyecto fue para aprender más, pero tocar el instrumento para él representa un momento de esparcimiento o para relajarse, igual que leer un libro.
Sostuvo que su música y danza brindan un poco de alegría a las personas que están pasando un mal momento. Y para él es un periodo, también, de felicidad.
“Yo siento que aportamos un poco de cultura, más que nada, lo que a nosotros nos gusta hacer de la parte o región a la que pertenecemos, queremos mostrar lo que nos hace felices, es como un momento de relajación, tanto para las personas que nos ven como para nosotros”, agregó.
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Por su parte, José Antonio, quien es originario de Veracruz, aprendió a tocar el son desde los seis años de edad, por lo que la música jarocha ha sido parte de su vida desde temprana edad, por lo que también le gusta presentarse frente a la gente y hacerla feliz.
“Aquí me aporta mucho porque me desestreso, aprendo mucho, me divierto. Es algo muy padre, porque yo pienso que hacer arte, hacer cultura, es muy bonito”, agregó.
Música de Jarana se ha integrado a muchas caravanas culturales en todo el estado y algunos otros de la república y tienen la intención de viajar a París, Italia, Estados Unidos y Canadá.