Si bien se ha estigmatizado la donación de sangre por parte de quienes se han realizado tatuajes y piercings, esta acción sí es permitida solo en cierto tiempo, sin embargo, no significa que sea compatible con la persona que va a recibir esta donación.
En entrevista con El Sol de Puebla, Eduardo López Villalobos, médico y docente de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), señaló que el tiempo ideal para poder ser donantes es un año, pero si no se puede entonces el mínimo es de cuatro meses ya que es el tiempo en que habrá curado la herida y será menos propenso a contraer infecciones en la sangre.
Refirió que aunque existen estereotipos acerca de que las personas con tatuajes o piercings no pueden ser candidatos para donar sangre, esto no es cierto, siempre y cuando esté corroborado que las agujas que se hayan utilizado para hacer el diseño u orificio estuvieron esterilizadas.
De igual forma es necesario que exista certeza de que la tinta fue única y no se ocupó con otras personas, pues podría estar infectada con algunas bacterias y se podrían desarrollar infecciones como la hepatitis b y c, VIH, entre otras enfermedades.
“Si es posible (donar) cuando te hacen tatuajes o se ponen piercings (...) el hecho de que se pongan un tatuaje no significa que ya inmediatamente puedan donar sangre, lo que se sugiere normalmente es que pasen cuatro meses o más para que puedan donar sangre después de haberse tatuado”, declaró.
Asimismo, aseveró que una vez que se saca la muestra de sangre, los médicos tienen que revisarla a fin de que se confirme que ésta no se encuentra contaminada y así se puede utilizar.
También agregó que no es verdad que influya la zona en donde se realizaron los tatuajes o piercings, pues de manera general solo se debe esperar el tiempo antes mencionado.