/ domingo 26 de noviembre de 2017

Con virus, parásitos y metales pesados, los cultivos de Tecamachalco

Las hortalizas que se producen en la región de Tecamachalcotienen presencia de virus, parásitos y metales pesados porque sonregadas con las aguas del río Atoyac, a través de los canales dela presa de Valsequillo, reveló Gabriela Pérez Castresana,investigadora de Ciencias Agrícolas del Instituto de Ciencias dela BUAP.

En el río existen hasta 38 millones de bacterias que sonresponsables de enfermedades y recordó que el cilantro poblanotiene una restricción para exportar a Estados Unidos en mesesespecíficos del año.

Durante su participación en el primer simposio “Efectos de laContaminación de la Cuenca del Alto Atoyac en la Salud Humana”,organizado por “Dale la Cara al Atoyac”, la especialistaseñaló que la contaminación ha llegado más allá y ahora seencuentra en suelos y pozos de riego.

La presencia de metales pesados es frecuente en hortalizas, yéstos se transmiten a más poblaciones a través de su consumo.Plomo, cadmio o arsénico, explicó, son elementos que no seencuentran de manera natural en el organismo, por lo que sonperjudiciales para la salud humana. “¿Por qué regar con las aguasdel Atoyac?”, cuestionó y dijo que el problema que existe en esedistrito de riego en particular es que el acuífero del Valle deTecamachalco presenta un déficit de (-) 49.1 millones de metroscúbicos anuales, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional delAgua (Conagua), y en consecuencia se tiene que echar mano del aguadel río.

No obstante, destacó que los elementos contaminantes que seencuentran en el agua son transmisoras de enfermedades. “El riegocon agua contaminada implica un riesgo enorme, además aumenta lacontaminación”.

Aseguró que la recuperación del río debe ser un asuntoprioritario, y añadió que investigaciones realizadas en elInstituto de Ciencias de la BUAP arrojaron que también existenelementos cancerígenos en la leche de vaca, animal que se alimentade pastura regada con las aguas del río, que pasan a los niñosprincipalmente a través de la ingesta.

Pérez Castresana finalmente señaló que las personas quetrabajan en ese distrito de riesgo están altamente expuestas acontaminantes porque muchas veces hacen sus labores descalzos ocruzan  los canales sin zapato especial, además los animalesbeben agua del río Atoyac, a pesar de la contaminaciónexistente.

Las hortalizas que se producen en la región de Tecamachalcotienen presencia de virus, parásitos y metales pesados porque sonregadas con las aguas del río Atoyac, a través de los canales dela presa de Valsequillo, reveló Gabriela Pérez Castresana,investigadora de Ciencias Agrícolas del Instituto de Ciencias dela BUAP.

En el río existen hasta 38 millones de bacterias que sonresponsables de enfermedades y recordó que el cilantro poblanotiene una restricción para exportar a Estados Unidos en mesesespecíficos del año.

Durante su participación en el primer simposio “Efectos de laContaminación de la Cuenca del Alto Atoyac en la Salud Humana”,organizado por “Dale la Cara al Atoyac”, la especialistaseñaló que la contaminación ha llegado más allá y ahora seencuentra en suelos y pozos de riego.

La presencia de metales pesados es frecuente en hortalizas, yéstos se transmiten a más poblaciones a través de su consumo.Plomo, cadmio o arsénico, explicó, son elementos que no seencuentran de manera natural en el organismo, por lo que sonperjudiciales para la salud humana. “¿Por qué regar con las aguasdel Atoyac?”, cuestionó y dijo que el problema que existe en esedistrito de riego en particular es que el acuífero del Valle deTecamachalco presenta un déficit de (-) 49.1 millones de metroscúbicos anuales, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional delAgua (Conagua), y en consecuencia se tiene que echar mano del aguadel río.

No obstante, destacó que los elementos contaminantes que seencuentran en el agua son transmisoras de enfermedades. “El riegocon agua contaminada implica un riesgo enorme, además aumenta lacontaminación”.

Aseguró que la recuperación del río debe ser un asuntoprioritario, y añadió que investigaciones realizadas en elInstituto de Ciencias de la BUAP arrojaron que también existenelementos cancerígenos en la leche de vaca, animal que se alimentade pastura regada con las aguas del río, que pasan a los niñosprincipalmente a través de la ingesta.

Pérez Castresana finalmente señaló que las personas quetrabajan en ese distrito de riesgo están altamente expuestas acontaminantes porque muchas veces hacen sus labores descalzos ocruzan  los canales sin zapato especial, además los animalesbeben agua del río Atoyac, a pesar de la contaminaciónexistente.

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