Baches y deslaves en el Periférico Ecológico han provocado que conductores dismuyan la velocidad para evitar accidentes. Asfalto roto y parchado obliga a los automovilistas a dar ‘volantazos’.
Debido al deterioro de la vialidad, colonos de Loma Bella y Flor del Bosque han sido testigos de accidentes constantes. Pues mencionaron que cada día, ven alrededor de dos automóviles detenidos en el tránsito tras ponchar sus llantas, e incluso pierden partes del coche por caer en un bache a alta velocidad.
Además, las lluvias han agravado las condiciones en las que se encuentra el Periférico Ecológico, ya que los baches existentes se han hecho más grandes, así como se han formado nuevos hundimientos.
Cabe destacar que al tratarse de una vía rápida, los automovilistas no pueden disminuir la velocidad al encontrarse con obstáculos en el camino, por lo que la vialidad se vuelve aún más peligrosa para quien transite por ella.
Tal es el caso de Félix, automovilista que se dirigía a su trabajo por el Periférico Ecológico durante la intensa lluvia del pasado lunes, y a pesar de conducir a baja velocidad, su auto cayó en uno de los baches de la vía, lo que provocó que su llanta explotara al instante.
No sólo los baches son un problema para los automovilistas que transitan la zona, sino que los deslaves se han incrementado por las lluvias, es así que tierra y rocas caen en el paso de los coches para permanecer en el lugar por días sin que elementos de Seguridad Pública y Tránsito Municipal se acerquen a despejar el camino.
En un recorrido realizado por esta casa editorial, se pudo observar alrededor de cinco deslaves de tierra a lo largo de sólo ocho kilómetros, además, de tres automóviles detenidos a un lado del camino para cambiar sus llantas. De la misma manera, se constató que, a lo largo de 15 kilómetros, la vialidad se encuentra parchada con concreto, lo que provoca un desnivel en el camino.
Igualmente, fue posible verificar que los autos que se detienen a un costado del camino por emergencia, son susceptibles a ser golpeados por los que aún transitan, pues los baches obligan a los conductores a girar repentinamente hacia los extremos de la vía.