En la junta auxiliar de Oyameles del municipio de Tlatlauquitepec, Puebla, se encuentra un taller llamado “Juguetes Artesanales Oyameles” y popularmente conocido como “La Fabrica de los Reyes Magos” ya que muchas comunidades de la región los buscan para los regalos del 6 de enero. Este emprendimiento es creación Luis Fernando Rodríguez García, quien además colocó al Pueblo Mágico como fabricador de artesanías a nivel estado.
Desde hace más de diez años, las comunidades cercanas al municipio de Tlatlauquitepec buscan la fábrica para que les hagan los juguetes, hechos de madera, que les llevaran Los Reyes Magos a los más pequeños de sus hogares, algunos hasta son personalizados.
Son más de 200 modelos de juguetes que ofertan, y el dueño de Juguetes Artesanales Oyameles” relata que en Reyes llegan a vender millares de artículos por la alta demanda que tienen en esta temporada que se ha convertido en una tradición en México.
Entre agosto y septiembre de cada año comienzan a fabricarse los juguetes para que en enero estén listos para las entregas “No estamos para tener una o dos piezas en el mercado, tenemos que tener una extensa variedad para complacer a los clientes”, revela Luis, quien actualmente tiene 31 años de edad, a El Sol de Puebla.
Los precios de las piezas de madera dependen del tamaño y el modelo. Se pueden encontrar desde carritos chicos y grandes hasta artículos para las casas de muñecas “La madera es muy noble y podemos hacer magia con ella”, indica el dueño.
La gente que quiera le haga juguetes, pueden ir directamente a su negocio ubicado en Oyameles o le pueden escribir en su página de Facebook llamada Juguetes Artesanales Oyameles y/o vía WhatsApp al 2331067636.
La historia de la fábrica
La historia del taller tiene comienzos con el Papá de Luis, el señor Braulio Lorenzo Rodríguez Vega, quien es ebanista carpintero desde hace más de 50 años y le heredara a sus hijos el gusto por el oficio que practica hasta la fecha.
“Es descendencia, una herencia, mi papá ha sido un maestro, y estoy muy agradecido con eso, gracias a Dios compartimos el amor por esto y seguimos, vamos por muchos años más”, describe Luis.
Los juguetes a la carpintería
El señor Braulio se dedicaba solamente a hacer muebles, sin embargo, en una ocasión un cliente le hizo un pedido de juguetes, él los hizo. Pero en particular le regaló a Luis un camión de redilas, que significó mucho en su vida.
“Mi padre hace años le hicieron el pedido de juguetes, dentro de ese pedido hizo ese carrito, me regaló uno de ellos y eso significó mucho para mí, tanto fue significó que poco a poco me fui imaginando que podía hacer más cosas”, relata Fernando.
Los inicios de la fábrica
Conforme fueron pasando los años, Luis se dio cuenta de que había mucha retacería que sobraba de los muebles que, hacia su papá, la mayoría se iba a la basura, así que recordó aquel juguete que le había regalado su papá y empezó a probar haciendo diferentes artículos.
Los primeros juguetes fueron vendidos a familiares y vecinos, popularizándose poco a poco en la comunidad por la innovación que estaba haciendo “Oyameles es conocido por la agricultura, pero no por la artesanía, entonces al ver que éramos los primeros, muchos se sorprendiendo, ya que era raro. Esto fue hace 15 años”, menciona.
Reconocimiento a nivel estado
Lo que hacía Luis empezó a comunicarse de boca en boca hasta que llegaron a oídos de la Secretaría de Turismo en el 2010, por lo que se les dio el reconocimiento por ser los primeros artesanos en el municipio y en la región.
“Dijeron, `¿Cómo que tenemos artesanos y nadie lo dice? Tenemos que darlos a conocer, porque queremos ser un Pueblo Mágico`, entonces nos empezaron a llamar a exposiciones, museos, zonas arqueológicas, entre otras más, fue bonito y lo es aún, porque seguimos acudiendo”, destaca el emprendedor.
Vendidos a nivel nacional
La fábrica empezó a vender más juguetes, mismos que han sido llevados a gran parte de la república mexicana, algos hasta han salido del país. “Se enamoran tanto niños como adultos, ya que en estas piezas algunos ven muchos recuerdos en sus infancias”.
Aunque el dueño es Luis, actualmente su papá, su hermano, Carlos Alberto, y trabajadores le ayudan a fabricar las artesanías y muebles que aun les llegan a pedir durante el año.
“Esto es mi vida, dentro de todo hemos tenido parte de nosotros con lo que hacemos. Cada juguete lleva nuestro tiempo, nuestra imaginación, entonces esto es todo para mí, ojalá se siga consumiendo la artesanía, es algo que debemos valorar”, finaliza Luis.