Conoce qué hacer tras el estrés del sismo

Redacción

  · jueves 21 de septiembre de 2017

Después de haber vivido el sismo, experimentamos miedo,ansiedad, angustia, estrés e incluso tristeza.

¿Qué pasa en nuestro cerebro frente a estas situaciones? Traslos sentimientos de miedo y angustia, tenemos la necesidad desentirnos acompañados y de acompañar al otro.

Desde el punto de vista neuroquímico, liberamos oxitocina, unahormona que nos brinda esas satisfacciones, en un proceso en el quetambién intervienen las neuronas llamadas espejo que contribuyen aque entendamos el dolor de otras personas, a tranquilizarnos yhacer que los otros se sientan comprendidos.

“En la medida en que empezamos a sentirnos estresados y esteestrés común nos genera ansiedad, depresión y tristeza, laúnica manera de liberarnos —y es algo hermoso en contraparte deesta terrible tragedia— es que nos sentimos capaces de ayudarcuando estamos bien”, comparte el doctor Eduardo Calixto,investigador del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de laFuente Muñiz (INPRFM).

El especialista en neurociencias detalla que en crisis de estetipo, cuando más solos nos sentimos y más agraviados estamos,buscamos a otras personas que nos puedan ayudar y esto genera, a suvez, un principio de protección de la especie.

Esta situación biológica nos condiciona a ayudarnos, y a ellose suma el aspecto psicológico que nos ha dado el aprendizaje decomportarnos de cierta manera.

El doctor Eduardo Calixto menciona que esta sensación estápresente en la capital del país porque 95 por ciento de lapoblación sintió el temblor, y que se sumará a la experienciaque se sumará a su vida.

“Un niño aprende el miedo de ver a los demás con miedo, yhace una asociación del evento en sí con la proyección que lerepresentan los que están a su alrededor. Cuando vamos creciendo yviendo la magnitud de lo que nos representa, esto se hace másintenso. A partir de los 13 años, este proceso representa unaamenaza importante para la vida misma y hace que uno tenga elprincipio de huida”, añade.

¿Cómo reaccionar?

De acuerdo con el especialista, ante situaciones como esta sedebe explicar abiertamente a los más pequeños lo que sucede, queestamos frente a una situación con problemas y que implica sersolidarios.

“Hay que enseñarles a abrazar y tocar, es importante queabracemos al niño para que con ello, su cerebro pueda disminuir laangustia, la ansiedad y el miedo. El abrazo, un beso o la suavidadde una palabra”, dice.

En el caso de los adultos, se recomienda hablar tantas vecescomo sea necesario de la situación, al tiempo de mantenerseinformados, pues el desconocimiento aterra.

“Saber qué está pasando —aun en la crisis más fuerte—disminuye la tensión y es algo muy interesante porque entre menossepamos, la vulnerabilidad del humano se aprecia ás”,abunda.

A través de ello, poco a poco iremos controlando la situaciónsabiendo que tenemos un techo y alimento confiable, considerandoque cuando el evento es controlado, la mitigación del miedo esmenor. (Agencia Informativa Conacyt)