/ jueves 13 de abril de 2023

'La ley está de adorno', vapeadores se venden ilegalmente

Lomas de Angelópolis, Avenida Juárez, La Paz y Angelópolis son las zonas donde prolifera la venta clandestina de cigarros electrónicos

Lomas de Angelópolis, Avenida Juárez, La Paz y Angelópolis son las zonas más frecuentes donde prolifera la venta clandestina de cigarros electrónicos, ya sea de forma abierta o por medio del comercio ambulante, informó Brahim Zamora Salazar, director de Desarrollo Institucional del Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr).

A través del proyecto de Control del Tabaco se llevó a cabo durante septiembre y octubre del año pasado la supervisión de 73 establecimientos, en donde se observó que en 31 (42 por ciento) se viola la ley que prohíbe la venta de los también conocidos como vapeadores.

El pasado 31 de mayo de 2022 se emitió un decreto en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para prohibir la circulación y comercialización de este tipo de productos que buscan sustituir el consumo de nicotina, entre los que se incluyeron los cigarros electrónicos.

De acuerdo con este proyecto se observó que los vapeadores que más se compran son los desechables, pues tienen un costo de 150 pesos, mientras que otros llegan a costar más de mil pesos.

“La venta se da de manera discrecional, llegas a un local donde preguntas dónde comprar un vapeador y así llegamos a la persona donde lo venden (…) hay otros sitios donde sí están exhibidos”, declaró.

Zamora Salazar detalló que en las plazas comerciales antes mencionadas se encontró que es en los quioscos donde se venden estos productos, pero de manera discrecional, pues a simple vista ofrecen accesorios de celulares y comida, no obstante, al solicitarlos los comercializan.

En tanto, añadió que en las zonas de bares y antros de la Avenida Juárez y Cholula los comerciantes ambulantes que se dedican a la venta de dulces y cigarros, también ofertan los vapeadores.

A su vez, Oscar Medina Castro, representante de la asociación de Códice, agregó que los centros de distribución de importaciones chinas, igualmente comercializan los cigarros electrónicos de manera abierta, con lo que se puede llegar a un público mayor, tanto que se estima que a partir de los 11 años los menores empiezan a “vapear”, lo cual es preocupante.

Debido a esta situación hicieron un llamado a las autoridades sanitarias para que pongan mayor atención en esta problemática que afecta la salud de quienes hacen uso de estos productos. Parte de este exhorto es que se hagan campañas de difusión del daño que causan los cigarros electrónicos, que se sancione a los vendedores y que se informe del daño a la salud.

Cabe mencionar que de acuerdo con la Secretaría de Salud estatal los cigarros electrónicos tienen niveles de metales como cadmio, níquel y plomo, los cuales representan un riesgo a la salud por alta afectación pulmonar en las personas.

Pese a la prohibición, la venta de estos productos se sigue registrando en una gran cantidad de lugares. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Se acata con ligereza el decreto que prohíbe la venta de cigarros electrónicos

Con la misma ligereza con la que se desvanece el humo de un vapeador es como se acata la ley que prohíbe la venta y distribución de estos productos en México, y por ende, en Puebla. A unas semanas de que se cumpla un año de la entrada en vigor del decreto federal, el uso de estos dispositivos continúa, principalmente entre la población joven. Los especialistas aseguran que, incluso, ya se han registrado muertes por neumonías lipoideas, es decir, por un bloqueo en el sistema respiratorio derivado por la inhalación de las esencias con las que funcionan los equipos.

Uno de los factores que promueven su uso es el fácil acceso que se tiene a estos. Basta con googlear o buscar en redes sociales los productos para contactar a algún vendedor y concretar algún punto de entrega. Sin embargo, no solo se vende de manera virtual, también en puntos fijos como restaurantes, centros comerciales, pequeñas plazas e incluso zonas turísticas como Val´Quirico y San Andrés Cholula.

Al recorrer algunas de las pequeñas plazas comerciales que se ubican en el primer cuadro del Centro Histórico de Puebla (principalmente las que se ubican sobre Avenida Reforma y calle 5 de Mayo) es muy fácil encontrar estos vapeadores sin ningún tipo de restricción.

En plazas concurridas de Angelópolis y Zavaleta también se distribuyen los aparatos y esencias que se utilizan para el vapeo.

La medida -promovida y firmada por el presidente Andrés Manuel López Obrador- se publicó el pasado 31 de mayo del 2022 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la cual provocó una serie de reacciones tanto positivas como negativas por parte de los distintos sectores de la sociedad, principalmente entre quienes lo venden y lo usan, así como de los especialistas de la salud.

El motivo que llevó al gobierno a tomar esta decisión, señaló el mandatario federal, fue la creciente popularidad que adquirieron los aparatos entre la juventud mexicana en los últimos años, hecho que obligó a las autoridades a poner mayor atención sobre estos.

Aun con ello, la ley no ha sido suficiente para detener la distribución. Al menos en la capital se pueden encontrar alrededor de 30 puntos de entrega y 30 puntos físicos de distribución, actividad que se hace de manera ilegal.

Organizaciones civiles que se oponen a la venta de estos productos también han alzado la voz para hacer visible esta problemática. “Desde lugares económicamente altos como Lomas de Angelópolis o como incluso Angelópolis, hasta zonas comerciales muy populares como La Fayuca y las inmediaciones de la CAPU", señaló Brahim Zamora Salazar, coordinador de la organización Comunicación, Diálogo y Conciencia.

Vapeadores sí causan afectaciones a la salud

La preocupación, asegura el doctor Iván Juárez Verdugo, Neumólogo Intervencionista del Hospital Ángeles Puebla, se acrecienta debido a que aquellos adolescentes que nunca habían fumado han comenzado a hacerlo a través de estos dispositivos.

Recordó que, a pesar de que los productos emergieron en el mercado en el 2003, como una estrategia para dejar de fumar, a 20 años de su distribución, aún no se tiene evidencia que demuestre que estos sustituyen de manera positiva los tratamientos convencionales, como son los parches de nicotina, el bupropión (medicamento para ayudar a dejar de fumar reduciendo los síntomas de abstinencia) o la terapia psicológica.

"Tenemos un aumento significativo de estos cigarrillos electrónicos y vapeadores que son los principales dispositivos de administración de nicotina en variada cantidad y que puede llegar hasta los 36mg/ml”, destacó el especialista en entrevista con El Sol de Puebla.

Dicha cifra equivaldría a fumar 17 cigarros diarios, por lo que otra de las alertas que destaca el médico es la falta de regulación en torno a los productos.

Juárez Verdugo enfatiza que, a diferencia de los cigarros convencionales, los vapeadores no están sujetos a las mismas normas y regulaciones sanitarias, lo que permite que muchos fabricantes y distribuidores no cumplan con las mismas normas. Tan solo un elemento fundamental, como lo es el etiquetado, no lo integran en el producto.


Iván Juárez Verdugo, Neumólogo Intervencionista del Hospital Ángeles Puebla. Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

"Al no haber un etiquetado correcto, no sabemos exactamente qué contiene. Hay muchos que contienen metales pesados muy tóxicos o productos cancerígenos como el plomo o cadmio”, compartió el neumólogo.

El análisis del médico coincide con las alertas que también han lanzado los especialistas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En 2021, la organización informó a través de un foro virtual que “no es cierto que los vapeadores y cigarrillos electrónicos sean inofensivos para la salud o que permitan dejar de fumar”, motivo por el cual incluyeron un llamado de atención sobre los múltiples riesgos que representan los sabores llamativos, la facilidad de acceso y la desinformación.

“Cada vez es mayor la población joven que está usando estos dispositivos que muchas veces administran más nicotina que los cigarrillos tradicionales”, aseguró el doctor Alfonso Ávila, miembro de la Sociedad Colombiana de Medicina Familiar.

Durante el foro también se destacó que los vapeadores no solo tienen nicotina, sino también más de 22 sustancias cancerígenas como pulegona, arsénico, formaldehído y nitrosaminas. Su uso, explicaron, baja la respuesta inmune, aumenta síntomas de asma y hasta en cinco veces la posibilidad de desarrollar casos graves de COVID-19.

Antibióticos son insuficientes para la cura

Bajo este escenario, el doctor del Hospital Ángeles Puebla explicó que los vapeadores funcionan mediante una sustancia oleosa, es decir, a base de lípidos (grasas). Cuando se calienta la sustancia, puede pasar directamente al sistema respiratorio y llegar hasta los alvéolos (unas diminutas bolsas que se agrupan como racimos en el extremo de cada bronquio). Cuando estas grasas se adhieren se imposibilita la función normal de oxigenación.

"Se han registrado bastantes muertes por neumonías lipoideas asociadas al vapeo, algo que se conoce como EVALI (lesión pulmonar asociada al cigarrillo electrónico o al vapeo). Todas estas neumonías tienen una alta mortalidad debido a que, en estos casos, los antibióticos ya no funcionan en los pacientes”, indicó.

Además, se ha demostrado que los cigarros electrónicos pueden resultar igualmente dañinos para la salud que los cigarros convencionales, ya que contienen sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para el organismo.

“Esto está bien estudiado: los vapeadores ocasionan irritación de todas las mucosas del sistema respiratorio, es decir, ardor en la faringe , irritación de la tráquea y de los bronquios, incluyendo los bronquiolos, lo que provoca problemas para respirar, sibilancias (sonido silbante y chillón durante la respiración), tos con mucha flema que desencadena en una fuerte inflamación de los bronquios”, indicó el doctor.

Otro de los argumentos que se atribuyen a la prohibición de los cigarros electrónicos y vapeadores es su potencial para convertirse en una puerta de entrada al consumo de otros productos relacionados con el tabaco. Muchos expertos en salud temen que el uso de estos dispositivos pueda crear una adicción que después sea difícil de superar.

En este sentido, la OPS destaca que, de acuerdo a datos epidemiológicos, en adolescentes hay entre 80 y 700 % más probabilidad de fumar cuando utilizan vapeadores.

Piden regulación y no prohibición

Javier Rojas, quien por seguridad pidió no revelar el punto de venta que tiene, compartió que, en efecto, sus principales clientes son jóvenes que oscilan entre los 15 y los 30 años de edad, ya que la variedad de sabores atrae su atención.

Javier reconoce que cualquier producto que se ingiera y que vaya a los pulmones puede generar, en mayor o menor medida, algún tipo de afectación, sin embargo, “Mi abuelo decía, ‘lo único que debe entrar a nuestros pulmones es oxígeno’, a pesar de ello uno decide no acatar eso y probar el cigarro y otros productos, en este caso los vapeadores. En el caso específico del vapeador es un producto que está en etapa temprana para decir si es bueno o malo o si puede tener efectos a corto o largo plazo”, consideró.

Desde su perspectiva, como consumidor y vendedor, compartió que el vapeador le funcionó en un inicio como una alternativa para disminuir su ansiedad para dejar por un tiempo el cigarro, pues asegura que es más ligero. A pesar de ello, su gusto por la nicotina lo llevó a retomar los cigarrillos.

No obstante, consideró que, así como el alcohol y el cigarro, que es un producto legalizado, se debería hacer lo mismo con los vapeadores, a fin de que los consumidores tengan la certeza de que están adquiriendo un producto que cumple con las normas adecuadas para poder adquirirlo.

“El producto no está regulado justamente porque no se tiene certeza de los efectos que pudiera ocasionar, es que no se permitió la libre venta. Yo quiero pensar que las autoridades sanitarias y las involucradas están trabajando en alguna medida para que esto pueda tener un curso legal”, compartió con este medio.

En su caso, decidió correr el riesgo de venderlo a la par de otros productos de novedad para camuflar la venta, no obstante, hay quienes han optado por los puntos de venta para evitar que las autoridades puedan levantarles algún tipo de multa o sanción.

Incluso, no todos acceden a hacer entregas, a menos que sean clientes frecuentes, muestren evidencia de que ya han comprado con anterioridad, o que en verdad sean consumidores del producto, esto para evitar a la autoridad.

Los vapeadores tiene gran popularidad entre los jóvenes por su cantidad de sabores y colores. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Necesario que se regule para evitar la piratería

Ante este panorama, considera más viable que existan algunas normas para evitar que también se promueva la piratería, es decir, que se vendan productos de muy mala calidad, con sustancias nocivas y que pongan en riesgo la salud y vida de los consumidores.

“Hay quienes se aprovechan del nombre o la marca reconocida de algunos vapeadores, la clonan y no son de buena calidad”, indicó.

“La ley está de adorno”

Además, se ha señalado que los cigarros electrónicos pueden ser usados como herramientas para el consumo de sustancias como la marihuana. Esto se debe a que estos dispositivos pueden ser modificados para permitir la inhalación de otras sustancias distintas al tabaco.

En este sentido, Andrea, de 24 años de edad, señala que en su caso sí usa un vaporizador para la planta de cannabis, siendo esta la única sustancia que consume en forma de vapor. Asegura que, aunque conoce de la existencia de otras sustancias de sabores, que cataloga como sintéticas, ha optado por no probarlas al considerar que ese tipo de aceites, de los cuales se desconoce su procedencia e ingredientes, pudiera resultar dañino para su organismo.

“El aparato que yo tengo, lo que hace es generar un tipo de ebullición para que se pueda consumir la esencia de la planta, y es un consumo moderado el que yo hago. En ese sentido, considero que lo que sí deberían atender las autoridades es la distribución de otras sustancias ilegales como el crack u otras drogas que son realmente fuertes”, compartió.

Así como Andrea, un importante sector de la población ha mostrado su descontento con la medida, argumentando que la prohibición de los cigarros electrónicos y vapeadores limita la libertad individual de las personas para elegir cómo consumir tabaco. “Me parece que la ley que se metió contra los vapeadores está de adorno porque se sigue vendiendo. En realidad, lo que se debería hacer, no es prohibir, sino regular la venta”, aseguró.

Por su parte, el gobierno ha anunciado que se pondrán en marcha una serie de programas y políticas públicas para ayudar a los fumadores a dejar el tabaco, así como para prevenir el consumo entre los jóvenes y evitar el consumo de sustancias dañinas que pongan en riesgo su salud y su vida.

México no es el primer país que toma medidas en torno a la venta de cigarros electrónicos. En muchos países del mundo, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y la Unión Europea, se han implementado restricciones y regulaciones para limitar el acceso a estos dispositivos.

En conclusión, la prohibición de la venta de cigarros electrónicos en México es una medida que busca proteger la salud pública y prevenir el consumo de tabaco entre los jóvenes., y aunque algunos sectores de la sociedad han mostrado su descontento con la medida, se espera que esta medida vaya acompañada de políticas públicas y programas que ayuden a los fumadores a dejar el tabaco y prevenir el consumo entre los jóvenes.


Lomas de Angelópolis, Avenida Juárez, La Paz y Angelópolis son las zonas más frecuentes donde prolifera la venta clandestina de cigarros electrónicos, ya sea de forma abierta o por medio del comercio ambulante, informó Brahim Zamora Salazar, director de Desarrollo Institucional del Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr).

A través del proyecto de Control del Tabaco se llevó a cabo durante septiembre y octubre del año pasado la supervisión de 73 establecimientos, en donde se observó que en 31 (42 por ciento) se viola la ley que prohíbe la venta de los también conocidos como vapeadores.

El pasado 31 de mayo de 2022 se emitió un decreto en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para prohibir la circulación y comercialización de este tipo de productos que buscan sustituir el consumo de nicotina, entre los que se incluyeron los cigarros electrónicos.

De acuerdo con este proyecto se observó que los vapeadores que más se compran son los desechables, pues tienen un costo de 150 pesos, mientras que otros llegan a costar más de mil pesos.

“La venta se da de manera discrecional, llegas a un local donde preguntas dónde comprar un vapeador y así llegamos a la persona donde lo venden (…) hay otros sitios donde sí están exhibidos”, declaró.

Zamora Salazar detalló que en las plazas comerciales antes mencionadas se encontró que es en los quioscos donde se venden estos productos, pero de manera discrecional, pues a simple vista ofrecen accesorios de celulares y comida, no obstante, al solicitarlos los comercializan.

En tanto, añadió que en las zonas de bares y antros de la Avenida Juárez y Cholula los comerciantes ambulantes que se dedican a la venta de dulces y cigarros, también ofertan los vapeadores.

A su vez, Oscar Medina Castro, representante de la asociación de Códice, agregó que los centros de distribución de importaciones chinas, igualmente comercializan los cigarros electrónicos de manera abierta, con lo que se puede llegar a un público mayor, tanto que se estima que a partir de los 11 años los menores empiezan a “vapear”, lo cual es preocupante.

Debido a esta situación hicieron un llamado a las autoridades sanitarias para que pongan mayor atención en esta problemática que afecta la salud de quienes hacen uso de estos productos. Parte de este exhorto es que se hagan campañas de difusión del daño que causan los cigarros electrónicos, que se sancione a los vendedores y que se informe del daño a la salud.

Cabe mencionar que de acuerdo con la Secretaría de Salud estatal los cigarros electrónicos tienen niveles de metales como cadmio, níquel y plomo, los cuales representan un riesgo a la salud por alta afectación pulmonar en las personas.

Pese a la prohibición, la venta de estos productos se sigue registrando en una gran cantidad de lugares. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Se acata con ligereza el decreto que prohíbe la venta de cigarros electrónicos

Con la misma ligereza con la que se desvanece el humo de un vapeador es como se acata la ley que prohíbe la venta y distribución de estos productos en México, y por ende, en Puebla. A unas semanas de que se cumpla un año de la entrada en vigor del decreto federal, el uso de estos dispositivos continúa, principalmente entre la población joven. Los especialistas aseguran que, incluso, ya se han registrado muertes por neumonías lipoideas, es decir, por un bloqueo en el sistema respiratorio derivado por la inhalación de las esencias con las que funcionan los equipos.

Uno de los factores que promueven su uso es el fácil acceso que se tiene a estos. Basta con googlear o buscar en redes sociales los productos para contactar a algún vendedor y concretar algún punto de entrega. Sin embargo, no solo se vende de manera virtual, también en puntos fijos como restaurantes, centros comerciales, pequeñas plazas e incluso zonas turísticas como Val´Quirico y San Andrés Cholula.

Al recorrer algunas de las pequeñas plazas comerciales que se ubican en el primer cuadro del Centro Histórico de Puebla (principalmente las que se ubican sobre Avenida Reforma y calle 5 de Mayo) es muy fácil encontrar estos vapeadores sin ningún tipo de restricción.

En plazas concurridas de Angelópolis y Zavaleta también se distribuyen los aparatos y esencias que se utilizan para el vapeo.

La medida -promovida y firmada por el presidente Andrés Manuel López Obrador- se publicó el pasado 31 de mayo del 2022 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la cual provocó una serie de reacciones tanto positivas como negativas por parte de los distintos sectores de la sociedad, principalmente entre quienes lo venden y lo usan, así como de los especialistas de la salud.

El motivo que llevó al gobierno a tomar esta decisión, señaló el mandatario federal, fue la creciente popularidad que adquirieron los aparatos entre la juventud mexicana en los últimos años, hecho que obligó a las autoridades a poner mayor atención sobre estos.

Aun con ello, la ley no ha sido suficiente para detener la distribución. Al menos en la capital se pueden encontrar alrededor de 30 puntos de entrega y 30 puntos físicos de distribución, actividad que se hace de manera ilegal.

Organizaciones civiles que se oponen a la venta de estos productos también han alzado la voz para hacer visible esta problemática. “Desde lugares económicamente altos como Lomas de Angelópolis o como incluso Angelópolis, hasta zonas comerciales muy populares como La Fayuca y las inmediaciones de la CAPU", señaló Brahim Zamora Salazar, coordinador de la organización Comunicación, Diálogo y Conciencia.

Vapeadores sí causan afectaciones a la salud

La preocupación, asegura el doctor Iván Juárez Verdugo, Neumólogo Intervencionista del Hospital Ángeles Puebla, se acrecienta debido a que aquellos adolescentes que nunca habían fumado han comenzado a hacerlo a través de estos dispositivos.

Recordó que, a pesar de que los productos emergieron en el mercado en el 2003, como una estrategia para dejar de fumar, a 20 años de su distribución, aún no se tiene evidencia que demuestre que estos sustituyen de manera positiva los tratamientos convencionales, como son los parches de nicotina, el bupropión (medicamento para ayudar a dejar de fumar reduciendo los síntomas de abstinencia) o la terapia psicológica.

"Tenemos un aumento significativo de estos cigarrillos electrónicos y vapeadores que son los principales dispositivos de administración de nicotina en variada cantidad y que puede llegar hasta los 36mg/ml”, destacó el especialista en entrevista con El Sol de Puebla.

Dicha cifra equivaldría a fumar 17 cigarros diarios, por lo que otra de las alertas que destaca el médico es la falta de regulación en torno a los productos.

Juárez Verdugo enfatiza que, a diferencia de los cigarros convencionales, los vapeadores no están sujetos a las mismas normas y regulaciones sanitarias, lo que permite que muchos fabricantes y distribuidores no cumplan con las mismas normas. Tan solo un elemento fundamental, como lo es el etiquetado, no lo integran en el producto.


Iván Juárez Verdugo, Neumólogo Intervencionista del Hospital Ángeles Puebla. Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

"Al no haber un etiquetado correcto, no sabemos exactamente qué contiene. Hay muchos que contienen metales pesados muy tóxicos o productos cancerígenos como el plomo o cadmio”, compartió el neumólogo.

El análisis del médico coincide con las alertas que también han lanzado los especialistas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En 2021, la organización informó a través de un foro virtual que “no es cierto que los vapeadores y cigarrillos electrónicos sean inofensivos para la salud o que permitan dejar de fumar”, motivo por el cual incluyeron un llamado de atención sobre los múltiples riesgos que representan los sabores llamativos, la facilidad de acceso y la desinformación.

“Cada vez es mayor la población joven que está usando estos dispositivos que muchas veces administran más nicotina que los cigarrillos tradicionales”, aseguró el doctor Alfonso Ávila, miembro de la Sociedad Colombiana de Medicina Familiar.

Durante el foro también se destacó que los vapeadores no solo tienen nicotina, sino también más de 22 sustancias cancerígenas como pulegona, arsénico, formaldehído y nitrosaminas. Su uso, explicaron, baja la respuesta inmune, aumenta síntomas de asma y hasta en cinco veces la posibilidad de desarrollar casos graves de COVID-19.

Antibióticos son insuficientes para la cura

Bajo este escenario, el doctor del Hospital Ángeles Puebla explicó que los vapeadores funcionan mediante una sustancia oleosa, es decir, a base de lípidos (grasas). Cuando se calienta la sustancia, puede pasar directamente al sistema respiratorio y llegar hasta los alvéolos (unas diminutas bolsas que se agrupan como racimos en el extremo de cada bronquio). Cuando estas grasas se adhieren se imposibilita la función normal de oxigenación.

"Se han registrado bastantes muertes por neumonías lipoideas asociadas al vapeo, algo que se conoce como EVALI (lesión pulmonar asociada al cigarrillo electrónico o al vapeo). Todas estas neumonías tienen una alta mortalidad debido a que, en estos casos, los antibióticos ya no funcionan en los pacientes”, indicó.

Además, se ha demostrado que los cigarros electrónicos pueden resultar igualmente dañinos para la salud que los cigarros convencionales, ya que contienen sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para el organismo.

“Esto está bien estudiado: los vapeadores ocasionan irritación de todas las mucosas del sistema respiratorio, es decir, ardor en la faringe , irritación de la tráquea y de los bronquios, incluyendo los bronquiolos, lo que provoca problemas para respirar, sibilancias (sonido silbante y chillón durante la respiración), tos con mucha flema que desencadena en una fuerte inflamación de los bronquios”, indicó el doctor.

Otro de los argumentos que se atribuyen a la prohibición de los cigarros electrónicos y vapeadores es su potencial para convertirse en una puerta de entrada al consumo de otros productos relacionados con el tabaco. Muchos expertos en salud temen que el uso de estos dispositivos pueda crear una adicción que después sea difícil de superar.

En este sentido, la OPS destaca que, de acuerdo a datos epidemiológicos, en adolescentes hay entre 80 y 700 % más probabilidad de fumar cuando utilizan vapeadores.

Piden regulación y no prohibición

Javier Rojas, quien por seguridad pidió no revelar el punto de venta que tiene, compartió que, en efecto, sus principales clientes son jóvenes que oscilan entre los 15 y los 30 años de edad, ya que la variedad de sabores atrae su atención.

Javier reconoce que cualquier producto que se ingiera y que vaya a los pulmones puede generar, en mayor o menor medida, algún tipo de afectación, sin embargo, “Mi abuelo decía, ‘lo único que debe entrar a nuestros pulmones es oxígeno’, a pesar de ello uno decide no acatar eso y probar el cigarro y otros productos, en este caso los vapeadores. En el caso específico del vapeador es un producto que está en etapa temprana para decir si es bueno o malo o si puede tener efectos a corto o largo plazo”, consideró.

Desde su perspectiva, como consumidor y vendedor, compartió que el vapeador le funcionó en un inicio como una alternativa para disminuir su ansiedad para dejar por un tiempo el cigarro, pues asegura que es más ligero. A pesar de ello, su gusto por la nicotina lo llevó a retomar los cigarrillos.

No obstante, consideró que, así como el alcohol y el cigarro, que es un producto legalizado, se debería hacer lo mismo con los vapeadores, a fin de que los consumidores tengan la certeza de que están adquiriendo un producto que cumple con las normas adecuadas para poder adquirirlo.

“El producto no está regulado justamente porque no se tiene certeza de los efectos que pudiera ocasionar, es que no se permitió la libre venta. Yo quiero pensar que las autoridades sanitarias y las involucradas están trabajando en alguna medida para que esto pueda tener un curso legal”, compartió con este medio.

En su caso, decidió correr el riesgo de venderlo a la par de otros productos de novedad para camuflar la venta, no obstante, hay quienes han optado por los puntos de venta para evitar que las autoridades puedan levantarles algún tipo de multa o sanción.

Incluso, no todos acceden a hacer entregas, a menos que sean clientes frecuentes, muestren evidencia de que ya han comprado con anterioridad, o que en verdad sean consumidores del producto, esto para evitar a la autoridad.

Los vapeadores tiene gran popularidad entre los jóvenes por su cantidad de sabores y colores. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

Necesario que se regule para evitar la piratería

Ante este panorama, considera más viable que existan algunas normas para evitar que también se promueva la piratería, es decir, que se vendan productos de muy mala calidad, con sustancias nocivas y que pongan en riesgo la salud y vida de los consumidores.

“Hay quienes se aprovechan del nombre o la marca reconocida de algunos vapeadores, la clonan y no son de buena calidad”, indicó.

“La ley está de adorno”

Además, se ha señalado que los cigarros electrónicos pueden ser usados como herramientas para el consumo de sustancias como la marihuana. Esto se debe a que estos dispositivos pueden ser modificados para permitir la inhalación de otras sustancias distintas al tabaco.

En este sentido, Andrea, de 24 años de edad, señala que en su caso sí usa un vaporizador para la planta de cannabis, siendo esta la única sustancia que consume en forma de vapor. Asegura que, aunque conoce de la existencia de otras sustancias de sabores, que cataloga como sintéticas, ha optado por no probarlas al considerar que ese tipo de aceites, de los cuales se desconoce su procedencia e ingredientes, pudiera resultar dañino para su organismo.

“El aparato que yo tengo, lo que hace es generar un tipo de ebullición para que se pueda consumir la esencia de la planta, y es un consumo moderado el que yo hago. En ese sentido, considero que lo que sí deberían atender las autoridades es la distribución de otras sustancias ilegales como el crack u otras drogas que son realmente fuertes”, compartió.

Así como Andrea, un importante sector de la población ha mostrado su descontento con la medida, argumentando que la prohibición de los cigarros electrónicos y vapeadores limita la libertad individual de las personas para elegir cómo consumir tabaco. “Me parece que la ley que se metió contra los vapeadores está de adorno porque se sigue vendiendo. En realidad, lo que se debería hacer, no es prohibir, sino regular la venta”, aseguró.

Por su parte, el gobierno ha anunciado que se pondrán en marcha una serie de programas y políticas públicas para ayudar a los fumadores a dejar el tabaco, así como para prevenir el consumo entre los jóvenes y evitar el consumo de sustancias dañinas que pongan en riesgo su salud y su vida.

México no es el primer país que toma medidas en torno a la venta de cigarros electrónicos. En muchos países del mundo, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y la Unión Europea, se han implementado restricciones y regulaciones para limitar el acceso a estos dispositivos.

En conclusión, la prohibición de la venta de cigarros electrónicos en México es una medida que busca proteger la salud pública y prevenir el consumo de tabaco entre los jóvenes., y aunque algunos sectores de la sociedad han mostrado su descontento con la medida, se espera que esta medida vaya acompañada de políticas públicas y programas que ayuden a los fumadores a dejar el tabaco y prevenir el consumo entre los jóvenes.


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