Los altos costos, documentación imprecisa y hasta negocios turbios son las principales causas que expusieron los poblanos por las que no sacan su automóvil de los corralones en la capital, ya que se vuelve un proceso complicado e incluso tedioso.
En la ciudad de Puebla, los motivos más comunes por los que un vehículo puede ser retenido son: si el conductor no cuenta con la licencia, tarjeta de circulación, placas o si alguna de éstas se encuentra vencida. También puede ser por obstruir una entrada o salida de algún inmueble, por llevar vidrios polarizados, conducir en estado de ebriedad, si el automotor está abandonado en vía pública, entre otros.
Los montos que se tienen que pagar para sacar un auto, o moto del depósito oficial de la SSC de acuerdo a la Ley de Ingresos del municipio de Puebla, van de los 17.30 a los 115.37 pesos por ocupar un espacio al día. Para el servicio de la grúa o también conocido como arrastre, el cobro oscila entre los 475 a los mil 755 pesos. En ambos casos los precios dependen del tamaño del coche.
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Para recuperar el vehículo sancionado se pide identificación oficial vigente con fotografía, licencia de conducir, tarjeta de circulación actualizada, el pago de la infracción, del arrastre (grúa) y piso (estacionamiento). Además de una carta factura que acredite la legal posesión de la unidad.
Una vez que se haya infraccionado al ciudadano, dispone de un plazo de 30 días naturales para pagar la multa y los gastos que se generen en el tiempo que permanezca en el depósito oficial o equiparado, que son otros espacios, pero particulares que tienen la misma función que el de la SSC, resguardar los automotores.
En caso de que no sean reclamados por más de 10 años, los coches pasarán a ser parte de la Hacienda Pública Municipal y se llevará a cabo la liquidación de este bien.
Los pagos sobrepasan el valor del vehículo
El Sol de Puebla realizó un sondeo con algunas personas que fueron infraccionadas y reconocieron no haber retirado su vehículo del corralón, destacaron que a veces no les conviene pagar más de lo que vale su carro, pues prefirieron haber tomado otras alternativas como trasladarse en transporte público o comprar un nuevo auto.
Según lo relató, Brian Rodríguez, hace cinco años se estacionó en una zona no permitida, pues iba a bajar rápidamente unas cajas, sin embargo, los policías de tránsito llegaron y sin dejar que explicara la situación remitieron su carro.
La travesía comenzó ahí, pues no le dejaron papeles que acreditaran que los uniformados se habían llevado el vehículo, por lo que al acudir a las oficinas de la Secretaría de Seguridad, no logró pagar el arrastre del automotor, ni mucho menos el pago del espacio que ocupó. Para buscar entre los reportes, le dijeron que regresara tres días después y fue entonces cuando se dio cuenta que la suma era muy alta, ya que le pedían 10 mil pesos.
Buscó dinero prestado, juntó sus ahorros y cuando acudió de nueva cuenta al lugar para intentar pagar cinco días después, la suma era mayor y al paso del tiempo iba incrementando, lo cual solo le causó desánimo y fue así que decidió dejar el trámite inconcluso, ya que su salario no le permitía juntar la cantidad que ya había alcanzado hasta el 2017 los 23 mil pesos.
Para Isaac Corona, un ciudadano que también vivió esta situación, refirió que por falta de dinero y tiempo no renovó su tarjeta de circulación y un mes después del vencimiento los policías lo frenaron y “ahí le tocó”, ya que lo sancionaron de manera directa y con justa razón.
Admitió que hizo mal, sin embargo, criticó que en el 2014, por solo dos días de estadía de su coche en el corralón le cobraban 19 mil pesos, lo cual no pudo costear y por ello decidió dejar su automóvil, ya que éste valía apenas 25 mil pesos.
Las motos también son remitidas
Dos casos más se sumaron a los testimonios, Andrés Gómez y Daniel Tepox, quienes coincidieron en señalar que la remisión de motocicletas también tiene inconsistencias, ya que ambos argumentaron no haber infringido la ley, sin embargo, los elementos de tránsito los frenaron y se llevaron sus medios de transporte.
En entrevistas separadas y sin que los dos sujetos tengan alguna relación indicaron que los uniformados solo buscaban extorsionarlos para que les dieran dinero, pero se negaron a hacerlo y las motos terminaron en el corralón.
Daniel indicó que al ser cobrador se quedó sin su medio de trasporte y trabajo en el 2008, por lo que pidió un préstamo y compró una motocicleta usada, ya que cuando buscó recuperar su moto, la cifra era elevada y no era viable pagar casi 17 mil pesos.
A su vez, Andrés comentó que al dedicarse a la entrega de productos o mandados no gana un sueldo que pudiera solventar la infracción, el arrastre y el espacio en el corralón, por ello es que tuvo que adquirir una bicicleta que le costó menos de 5 mil pesos y que desde el 2019 (cuando se llevaron su moto) ha utilizado para seguir ganándose la vida.
Denuncian robo de autopartes
Si bien el corralón ubicado en Rancho Colorado perteneciente a la Secretaría de Seguridad Ciudadana alberga a miles de autos, no todos van a parar ahí, ya que los siniestrados se llevan a corralones particulares manejados por las empresas DEA, DOAMA y Antorcha.
En estos al menos dos ciudadanos que prefirieron quedarse en el anonimato, denunciaron robo de autopartes, pues dijeron que al no estar vigilados de manera constante por la policía municipal, los encargados realizan negocios turbios con los vehículos que ahí se encuentran.
Según lo señalaron al ser vehículos accidentados, les quitan alguna pieza y hacen pasar como que se le cayó en el momento del percance vial.
Una de las personas declaró que hace cinco años chocó contra un muro de contención y al acudir por su vehículo se percató que le faltaban piezas, pero él había tomado fotos antes de que se llevaran su automotor, por lo que se percató al momento de que lo querían engañar.
Si bien pagó todo lo que se requería, los encargados del depósito no se hicieron cargo de lo faltante, por lo que ante lo engorroso que sería iniciar una investigación lo dejó pasar.
Mientras tanto, el otro ciudadano contó una escena parecida, ya que dijo al acudir por su motocicleta se percató de la venta de autopartes, pero nunca denunció. No descartó que actualmente persistan estas prácticas ya que eso ocurrió en 2010.
Cabe señalar que para poder sacar los vehículos y motocicletas de los depósitos complementarios es el mismo procedimiento que al acudir al corralón de la SSC, pues deben llevar el comprobante del retiro y los documentos antes enlistados.
5 mil 602 carros se vendieron como chatarra
En abril de este año, el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, dio a conocer que se enajenarían 5 mil 602 vehículos que no fueron reclamados del año 2000 al 2018, ya que se había sobrepasado el límite del corralón de la SSC.
A esa información se sumó la Tesorera Municipal, María Isabel García Ramos, quien aseveró que en la mayoría de los casos los ciudadanos no reclaman los autos porque carecen de la factura que compruebe la legal posesión de los mismos, por ello los dejan olvidados y pasan a ser propiedad del municipio.
Es así que la comercialización de los carros se inició debido a que representaba un problema de salubridad, pues generaban basura, además de ser riesgosos, ya que había vehículos que todavía tenían almacenada la gasolina y esto era un factor de riesgo
"Hay mucha gente que nada más de piso debe más de lo que cuesta su unidad y bueno no se presentó nadie”, dijo en su momento la funcionaria.
Se debe recordar que para julio de este 2022 se emitió una licitación para vender los vehículos como chatarra por un monto de 23 millones 212 mil 649 pesos.