"Yo sólo quería una nueva oportunidad de vida que mepermitiera conocer a mi hijo el cual viene en camino, pero por uninstante, de verdad creí que moriría quemado ya que salía humode mi auto. La gente que estaba en el lugar y los rescatistas-principalmente uno que me pidió que confiara en él-, me dieronánimos para no rendirme y que sintiera que iba a salir vivo deesta", dijo en entrevista Ángel González González, quien sesalvó milagrosamente tras un fuerte accidente vehicular dondequedó atrapado entre fierros retorcidos.
Fue el pasado 26 de abril cuando El Sol de Puebla dio a conocerel percance donde el hombre de 31 años de edad originario deMinatitlán, Veracruz terminó prensado dentro de su Pointercolor blanco en el kilómetro 123 de la autopista México-Puebla, ala altura del puente de San Felipe Hueyotlipan, luego que untráiler lo embistiera y proyectara contra una camioneta conplataforma.
Con mínimos rasguños en un brazo y una pierna, Ángel –quienvive en Puebla desde hace tres años con su esposa embarazada y suhija de 8 años- narró que minutos antes del accidente tuvo unpresentimiento que algo malo le sucedería “desde que vi pasar eltráiler a mi lado, sentí la negatividad, algo feo. Yo ya lohabía dejado por casi 400 metros y manejaba sobre el carrilderecho, pero el tráfico estaba más fluido en el izquierdo, meincorporé a ese lado, que es el mismo en el cual iba él pero esteaún venía lejos, me detuve y puse mi música en espera de queavanzaran los autos, algo me dijo que volteara, pensé que iba afrenar, lo vi cerca y me pregunté si el chofer no frenaría, puesvenía con mucha velocidad”, contó.
En ese instante, según lo relatado, el hombre se encontró enuna disyuntiva, entre pasarse nuevamente al carril derecho y chocarcontra otro vehículo con el riesgo de que ambos cayeran a undesnivel de más de 10 metros de altura. “Dije, si lo empujo nos vamos air los dos al vacío, ni modo no lo voy a hacer, ya que sea lo queDios quiera”, fue la decisión tomada enmilésimas de segundos. En el momento del impacto, el sobrevivientenarró que sintió como si alguien lo hubiera jalado del hombro ylo acomodara en la zona del vehículo donde no le ocurrió nadamás que unos cuantos rasguños. “Es como si me hubieranabrazado”, expresó Ángel con el rostro lleno de alivio, frentea su madre, su hija y otros familiares que escuchaban a detalle elrelato del trabajador de una proveedora de la armadora Volkswagen,asegurando que tanto sus jefes como compañeros le han brindadoapoyo.
Sin embargo, González González cuenta que al verse prensado ensu automóvil sintió de cerca la muerte, por lo que consideró quelo mejor era hablar por teléfono con su madre y con su esposa paradespedirse, suplicarles que se cuidaran y hacerles saber cuántolas ama. “Me puse ahablar con Dios, ya estaba prensado, no podía creer lo que estabaocurriendo. Una persona en el accidente me prestó su teléfono yle hablé a mi mamá y le dije ‘te amo mamá’, pero también lemarqué a mi esposa y le dije ‘te amo mucho, cuida a mi bebé’,yo ya me daba por muerto”, contó el jovenmirando hacia un altar con diferentes santos y vírgenes que sumadre tiene a la entrada de su cuarto. Y es que aquel día,el humo que comenzó a salir del vehículo de Ángel, aunado a lascaras de angustia y preocupación de quienes estaban en el lugar delos hechos y que en algún instante quisieron ayudarlo a salir lohicieron imaginarse lo peor, pues si no había muerto por laslesiones del choque, tal vez sí calcinado o aplastado luego de quela camioneta con plataforma debajo de la cual se encontraba, cayeratotalmente encima de él. “Yo veía la cara de sufrimiento de la gente,mujeres, hombres, cómo se agarraban las manos y yo me preguntaba¿tan mal estoy? Compartían mi dolor”, narró ala par de decir que en el aquel momento su sufrimiento fue enormepues los minutos para él fueron horas de desasosiego, tiempodurante el cual vio pasar toda su vida, desde lo malo hasta lobueno que ha hecho. [videomp4="https://cdn.oem.com.mx/elsoldepuebla/2017/05/Sobrevive-ángel.mp4"][/video]
Cuando todo se había dado por perdido, comenzaron a llegardiversos cuerpos de emergencia, en primera instancia dosparamédicas de SUMA que le colocaron un suero y que el hombre pordesesperación de querer salir se arrancó; después, seapersonaron rescatistas urbanos de Protección Civil Municipal encompañía de su coordinador de socorros, quien a decir delentrevistado, fue junto con algunos testigos, quienes le dieron laesperanza de que saldría vivo.
“En ese momento entró la poca fe que tengo, puse mi confianzaen Dios, pidiéndole que me diera otra oportunidad, de repentellegó la gente que me dio ánimos, y empecé a tranquilizarme.Seguí orando, mirando hacia el techo de mi auto, viendo cómo losfierros traspasaron mi asiento, yo ya no sentía mi pierna y dijeDios no importa, quítame mi pie pero déjame ver a mi familia,dame otra oportunidad. Uno de los rescatistas me preguntó:“¿confías en mí?, ¿crees en Dios? Bueno, puestranquilízate”, comentó.
Cuenta que en aquel momento le dijo dónde meter la pinza porqueél quería cortar las puertas, “pero a mí ya no importaba mipie derecho porque ya lo había ofrecido a cambio de unaoportunidad para ver nacer a mi hijo, solo quería liberarme”,relató Ángel como si se hubiera trasladado a aquel día.
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-Ángel, mi compañero fotógrafo y yo cubrimos el accidente,vimos que ayudado por los rescatistas saliste por una ventana delauto como si nada te hubiera sucedido, empezaste a caminar y losparamédicos te detuvieron para revisarte ¿Qué querías hacer?,pregunta con curiosidad esta reportera. -Quería que me dejara de doler una pierna yagacharme, pero no me dejaron, quería ir a respirar, hincarme,darle gracias a Dios, voltear y también agradecerle a esa personaque me estaba sacando, por cierto, le mando un saludo y un abrazo,ya no pude verla pero yo quería abrazarla y darle las gracias,ahora es alguien muy especial para mí.****
Cuerpos de socorro policías, testigos, reporteros, todo mundoquedó asombrado ante la nueva oportunidad que la vida le dio aÁngel, quien comentó que incluso algunos le sugirieron quecomprara un billete de lotería, pues estaba de suerte.
Una vez que Ángel fue dado de alta, al verificar con estudiosque solo sufrió rasguños, acudió con los policías federalespara conocer qué pasaría con su auto, pero se sabe que gran partede los gastos por los daños serán absorbidos por la aseguradoradel auto ya que decidió darle el perdón al trailero, presuntoresponsable del accidente.
“Llegué con los policías federales, cuando me dieron de altaluego, luego, tomé un taxi, llegué con los federales de caminos.No sé si el trailero iba dormido o si le fallaron los frenos, mepreguntaron si tenía alguna represalia pero yo no soy nadie paracastigar a alguien, salí vivo y estoy bien gracias a Dios, loúnico que quiero es la devolución del carro mediante elseguro”, pronunció el joven y comentó que el conductor delcamión pesado se sorprendió al verlo intacto.
“Si me ve, si lee esto, le mando un saludo y un abrazo altrailero, que Dios siempre lo cuide y si se siente cansado es mejorque duerma, que tenga más cuidado y abra más los ojos al subirsea su unidad”, es el mensaje del sobreviviente.
ENSEÑANZAS
Después de toda la experiencia por la que pasó, Ángel dijoque entendió muchas cosas, la primera es que cuando se sale decasa uno debe de quedar bien con la familia porque no se sabe quées lo que ocurrirá en el camino y si esa sea la última vez que lavea. Por otro lado, también aprendió a no prejuzgar a la genteque sin nada que ver, se acerca a los accidentes.
“Me da pena decirlo pero yo juzgué mucho a la gente, uno aveces dice: mirones, metiches, pero en ese momento te dan ánimos,sabes que no estás solo, que hay personas que te están apoyando yuno a veces prejuzga y piensa que sólo están ahí estorbando,pero hasta que uno está en el accidente es cuando se da cuenta dela valiosa ayuda de esas personas”, reveló el entrevistado,sonrojado ante la confesión.
Por último, aunque él no incurrió en lo siguiente, invitó alos conductores que ante la presencia de un tráiler o algúnvehículo de grandes dimensiones, no se “juegue al vivo”, o“se tiente a la muerte” y mejor dejen que pasen lostraileros.
LA SUERTE A SUFAVOR
Con lágrimas en los ojos mientras observaba a la Guadalupana,Rufina González, madre del sobreviviente, dijo que ese ha sido elmilagro más grande que ha tenido pues aunque cuando recibió lanoticia del accidente, estuvo tranquila y mostró mucha fuerza, sele hace increíble que su hijo haya sobrevivido.
Sin embargo, ese día, el mundo conspiró a su favor ya quemuchos vecinos la ayudaron para ir a ver a su hijo, incluso, elvecino que nunca está con su auto, ese día se encontraba y pudollevarla a encontrarse con Ángel y afirmó estar agradecida con lavida por esta oportunidad.