La Catedral de Puebla abrirá sus puertas, el próximo 1 y 2 de noviembre, para que el público en general pueda visitar las reliquias de los santos y las criptas de los obispos que se encuentran en esta sede.
De acuerdo con el rector de la Catedral, Jesús Vázquez, el 1 de noviembre se expondrán las reliquias de los santos mártires que se encuentran en la Capilla de las Santas Reliquias y en los altares de San José y de San Miguel.
“La Capilla de las Reliquias aloja restos en la urna central, de origen filipino. En los bustos de yeso, elaborados por la academia de las Bellas Artes, contiene las reliquias de los respectivos santos”, explicó.
¿Qué restos de personajes resguarda la Catedral de Puebla?
Algunos santos presentes son San Basilio, San Sotero Papa, San Cornelio, Santa Catalina de Siena, San Irineo y otros. Las reliquias en Catedral podrán ser visitadas de 10:00 a 12:00 horas y de 13:00 a 18:00 horas.
En tanto, el 2 de noviembre, los interesados podrán visitar la Cripta de los Obispos en la Catedral. Esto con la finalidad de pedir por el eterno descanso de quienes fueron los pastores de la Iglesia en la entidad, explicó.
“Esta Cripta se encuentra de bajo del ciprés del Altar Mayor, ahí reposan los restos mortales de 13 de los 35 obispos y /seis arzobispos difuntos que han guiado la Iglesia en Puebla”, presumió.
Refirió que entre los obispos sepultados en este lugar se encuentran Fray Julián Garcés, primer obispo de Puebla; Salvador Bienpica y Sotomayor (1790-1802), y los arzobispos Don Pedro Vera y Zuria (1924-1944), así como los restos mortales de Mons. Rosendo Huesca Pacheco, octavo arzobispo de Puebla.
La Cripta de los obispos en Catedral podrá ser visitada el 2 de noviembre de 10:00 a 12:00 horas y de 13:00 a 18:00 horas. Finalmente, el rector recordó que fue el beato Juan de Palafox y Mendoza quien ordenó el traslado de los restos de sus predecesores a esta sede.
¿Quiénes son los santos enterrados en la Capilla de las Reliquias de la Catedral de Puebla?
Dentro de la Capilla de las Reliquias de la Catedral de Puebla, específicamente bajo el altar de San Miguel, se encuentra una escultura de San Herculano mártir, misma que resguarda un ánfora que contiene restos de su sangre, este personaje, también conocido como Herculano de Perugia quien fue un obispo de la ciudad del mismo nombre cuya fiesta principal es el 7 de noviembre.
De acuerdo con el Papa Gregorio Magno, Herculano sufrió el martirio cuando Totila, quien era el rey de los ostrogodos lo capturó en 549, antes de lo que intentó salvar la ciudad alimentando con el último saco de grano al último cordero con la intención de dar a los ostrogodos la impresión de que los perugianos tenían comida de sobra y podían alimentar a un cordero débil.
Otras de las reliquias resguardadas son las de Catalina Benincasa, mejor conocida como Santa Catalina de Siena, que fue una laica dominica reconocida por la Santa Sede como copatrona de Europa e Italia y doctora de la Iglesia, pues era considerada como una de las grandes místicas de su tiempo, además de que tuvo una faceta de predicadora y escritora.
Fue hija de Jacobo Benincasa y de Lapa di Puccio di Piagente, quienes formaron una familia muy numerosa pese a que cuando Catalina y su hermana gemela Giovanna nacieron su madre tenía cuarenta años y ya había dado a luz veintidós hijos, aunque no tuvo una educación formal a los cinco años tuvo una primera visión de Cristo y a tan temprana edad empezó su gusto por la soledad y la oración.
Dentro de las reliquias más importantes se encuentra las del Beato Juan de Palafox y Mendoza, que consisten en un relicario con un hueso, un báculo de madera con incrustaciones de carey y una mitra que le perteneció, así como una casulla, alba y capa pluvial del siglo XVII; quien fue un obispo español que ejerció su obispado de Tlaxcala con sede en Puebla de los Ángeles.
De su trabajo destaca la protección de la población indígena, con acciones como la prohibición en el uso de cualquier método de conversión que no fuera el de la persuasión, fundó el convento de religiosas dominicas de Santa Inés; redactó constituciones para el seminario de San Juan y erigió los colegios de San Pedro y San Pablo, además de terminar la Catedral de Puebla.
¿Cuáles son algunos obispos cuyos restos descansan en la Catedral de Puebla?
En lo que respecta a la Cripta de los Obispos, dentro de ella se encuentran los restos de Fray Julián Garcés, quien fue el primer obispo de Puebla entre 1527 y 1542, era originario de Munébrega, Reino de Aragón y se ordenó sacerdote mediante la orden de los dominicos, profesó en el convento de Calatayud y estudió en las universidades de Salamanca y París.
Cuando optó por dedicarse a la academia enseñó Teología en el convento de Zaragoza, donde alcanzó el título de maestro, para posteriormente estudiar en París filosofía, teología y latín, convirtiéndose incluso en predicador de Carlos I de España, hasta que fue nombrado obispo de la nueva diócesis de Tlaxcala, en la Nueva España, por real cédula de 6 de septiembre de 1527.
Así mismo se encuentran los restos de monseñor Antonio Joaquín Pérez Martínez, quien destaca por haber plasmado su firma en el acta de Independencia, nació en la ciudad de Puebla el 13 de mayo de 1763, destacando en su desempeño del sacerdocio pese a sus raíces criollas, principalmente en el último periodo del virreinato de la Nueva España.
En este periodo destacó su activa participación en la primera época de las Cortes de Cádiz, la consumación de la independencia de México y la política nacional del México independiente, pues siempre fungió como un miembro activo de la sociedad poblana.
El cuerpo que más reciente fue ingresado a este sitio fue del monseñor Rosendo Huesca Pacheco, quien nación en Ejutla de Crespo, Oaxaca, el 3 de marzo de 1932 y se desempeñó como sacerdote y arzobispo que en su último cargo se desempeñó como Arzobispo Emérito de Puebla luego de renunciar el 5 de febrero de 2009 hasta su fallecimiento en 2017.
Atravesó sus primeros estudios en el Seminario Palafoxiano de Puebla para posteriormente concluirlo en Roma, donde se licenció en teología y en derecho canónico por la Universidad Gregoriana, ordenándose sacerdote el 28 de octubre de 1956, para posteriormente desempeñarse como Rector del Seminario Mayor Palafoxiano.
(Con información de Guillermo Pichardo)